La federación renuncia a seguir al cargo de la gestión al ver que en los nuevos presupuestos no se consigna una partida
23 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Si nada lo arregla en una enmienda antes de que se aprueben los presupuestos, los refugios de montaña de Asturias que ahora depende de la gestión de la Federación se quedarán sin mantenimiento. Los montañeros arrastran casi una década de retrasos en el abono de los gastos y al no ver ninguna partida consignada en las nuevas cuentasd han dicho basta. «Si quieren nos podemos poner de acuerdo con algo serio y sensato y si no el 1 de enero nosotros nos desligamos de todo, de refugios, de los guardas, de todo», señaló el presidente Juan Rionda.
Se encuentran en esta situación varios, aunque no todos, de los refugios de algunos de los parajes más emblemáticos de Asturias; cinco propiedad del Principado pero que gestiona la Federación de Montaña de Asturias. «Llevan 60 años de existencia, porque son construcciones de los años 50 y 60 que hicieron los pioneros que iban por Picos de Europa», explicó Rionda. Los terrenos son propiedad de los ayuntamientos pero los consistorios los cedieron al Principado por 75 años. Se trata del de Urriellu (que es del ayuntamiento de Cabrales); Vegarredonda (que es del Ayuntamiento de Cangas de Onis); Vega de Ario y el Jou de los Cabrones son del Principado. Brañagallones pertenece a Turismo y también lo gestiona la Federación de Montaña.
«Llevamos 20 años gestionando, poniendo guardas, aplicando la normativa nacional y el mantenimiento de los refugios. Desde el año 2000 teníamos una subvención de Deportes anual para cuestiones como el vaciado de fosas sépticas, el arreglo de placas solares, averías en los generadores, también el menaje, los mismos colchones»; destacó Rionda. Sin embargó, y señalando la etapa de gestión de José Ramón Tuero al frente de la Dirección de Deportes, apuntó que el Principado «empezó a poner en cuestión la propiedad». Hubo una tregua en 2014 con un reparto de grandes averías a cargo de la administración regional y el día a día para la federación. «La realidad es que cumplimos y desde 2011 hasta ahora los refugios están con averías y problemas graves mantenidos gracias al esfuerzo de los guardas que viven allí».
Rionda señaló algunos desperfectos destacados. En Brañagallones «la energía eléctrica la tiene por generadores que están fallando continuamente y hay goteras en las cubiertas»; en el refugio de Vega de Ario «que es uno de los emblemáticos y va mucha gente, está dejado, la cubierta mal, las paredes cayendo y entra el aire por todas partes». En el Urriellu «hay que hacer una obra enorme porque si no va a tener un deterioro medioambiental de olores tremendo».
El presidente de la federación llamó a reflexionar sobre que estas instalaciones no están en áreas habitadas y con comunicaciones, «están a 2.000 y pico metros, y siempre hay arreglos» y añadió que «los refugios no son un albergue que está puesto en un pueblo, tienen una normativa nacional, tiene descuentos para los montañeros federados» por lo que la gestión debe organizarse. ¿Se quedarán desatendidos con el año nuevo? No, gracias a los guardas que viven en ellos. «Pasaría como en 2011 que se salvó por los guardas, que es su vida y tiran por ello pero en precario, sin cobertura legal ni para cualquier avería que le pueda sobrevenir; es ilegal e inhumano».
«No podemos llenarnos la boca de turismo verde y paraíso natural y resulta que las instalaciones que son básicas para que la gente disfrute de eso que se vende las tenemos en la edad de piedra. Si comparamos con los refugios de Aragón o Cataluña nos da vergüenza», apuntó.
Rionda explicó que el refugio de El Meicín, en el macizo de las Ubiñas, en Tuiza de Arriba comenzó siendo propiedad de la Sociedad Cultural Mierense por 50 años. En las últimas décadas lo trasladaron a la federación, «que lo hicimos nuevo con una subvención del Consejo Superior de Deportes. Luego lo transferimos al ayuntamiento de Lena al cumplirse los 50 años de concesión del terreno y tiene puestos dos guardias». La Federación es propietaria de dos refugios pequeños, cabañas, en La Terenosa, en Bulnes; y en el Llano de Quirós. Los grupos de montaña Torrecerredo y Hunosa tienen unos refugios propios y privados en San Isidro.