«Epidemia» de estrés en la Universidad: problemas académicos y emocionales que precisan ayuda psicológica
ASTURIAS
Un estudio realizado por la Universidad de Oviedo destaca que una de cada cinco personas encuestadas presentaría un trastorno de ansiedad o depresión
10 dic 2019 . Actualizado a las 18:39 h.Un estudio de la Universidad de Oviedo ha sacado a la luz cuáles son las principales causas de estrés entre los estudiantes de esta misma institución. El estudio, en el que han participado más de 700 personas y que ha sido publicado en la revista Psicothema, ha revelado que una mala gestión de la carga del trabajo académico y el miedo a hablar en público son las principales causas de estrés entre los alumnos, aunque determinadas cuestiones emocionales también se encuentran muy presentes.
Los problemas en cifras
El trabajo, que ha estado a cargo de Concepción Fernández-Rodríguez, Tamara Soto-López y Marcelino Cuesta, profesorado de la Facultad de Psicología, ha evaluado tanto la presencia y severidad del malestar académico y emocional como las demandas específicas de atención psicológica. Los resultados han determinado que aproximadamente 2 de cada 3 encuestados expresan sentirse de forma regular entre moderadamente y mucho «desbordados por la carga de trabajo académico». Uno de cada 2 refiere miedo a hablar en público como una intensidad entre moderada y mucho. Y 2 de cada 5 tiene entre moderada y mucha dificultad para mejorar su método de estudio. Resultados similares se encuentran en estudios previos, que identifican a los exámenes, la distribución del tiempo y la excesiva cantidad en materia de estudio como las situaciones generadoras de mayor estrés académico, asociadas a la ansiedad y la depresión.
Las dificultades emocionales también están muy presentes entre los encuestados. En torno a 1 de cada 2 informa que su dificultad para tomar distancia de los problemas personales es entre moderada y mucha. Y si atendemos solo a las personas que refieren una dificultad elevada, llegan a ser 1 de cada 5 los que podríamos considerar que permanecen entre bastante y mucho fusionados a sus preocupaciones personales. En relación a su nivel de tensión y molestias físicas, en torno 2 de cada 5 lo considera una intensidad entre moderada y mucho. Aproximadamente 1 de cada 5 lo sitúa entre bastante y mucho, y al menos 1 de cada 5 refiere dificultades destacables para pedir ayuda en relación a sus problemas. Al menos 2 de cada 5 presentan malestar emociona indicativo de ansiedad y, como mínimo, 1 de cada 10 de depresión.
Este último dato, además de afectar a su salud, sin duda es un factor modulador de su competencia académica y futuro profesional, por lo que su prevención, identificación y tratamiento no puede resultar ajeno a las preocupaciones y competencias de la universidad. Con las dificultades emocionales sucede lo mismo que con las dificultades académicas, es decir, que a pesar de encontrar ciertas diferencias entre los alumnos dependiendo de su rama de estudio, estas no son muy amplias. En conjunto, los datos indicarían un nivel destacado de ansiedad entre los estudiantes de primer y segundo curso.
En cuanto al consumo de drogas, tabaco, alcohol, juegos de azar o redes sociales, o con respecto al ámbito de las relaciones sexuales, los alumnos no demandan una mayor campaña de prevención de conductas de riesgo por parte de la institución académica. A pesar de ello, más de 1 de cada 10 encuestados señala a las redes sociales como motivo destacado de preocupación y una condición para la que necesitaría recibir ayuda psicológica para provocar un cambio.
Institución y alumnado, en la búsqueda de una mejor atención a la salud mental
El objetivo principal de estos resultados es el de promocionar comportamientos saludables en la universidad, centrándose en el ideario de las Universidades Saludables definido por el Espacio Europeo de Estudios Superiores (EEES). La necesidad de promocionar hábitos de salud queda igualmente justificada por la propia demanda que formulan los estudiantes de Universidad de Oviedo de reciente ingreso. Considerando que de la totalidad de las solicitudes formuladas por los participantes en el estudio, 1 de cada 3, considera que necesita ayuda para modificar sus hábitos de actividad física y/o sueño y/o alimentación. En todas las ramas, las demandas frecuentes siempre son para promocionar hábitos de sueño y alimentación saludable. La ayuda psicológica también es muy demandada para el abordaje de dificultades académicas y emocionales.
Las situaciones más concretas para las cuales los alumnos solicitan esa ayuda, es para modificar el miedo a hablar en público, las dificultades para solicitar ayuda a otros, dificultades para tomar distancia de los propios problemas y la baja efectividad del método de estudio. En este estudio se ha observado, al igual que en otros muchos, que los demandantes de ayuda son, en cantidad, menos de los que reconocen presentar dificultades. A pesar de ello, todos los estudios coinciden en que sólo cuando existe una oferta de servicios psicológicos universitarios las cifras de identificación del problema y la demanda se aproximan. El hecho de que el 86% de los encuestados informen que solicitaría ayuda psicológica especializada en el contexto de una Clinica Universitaria Psicológica, y que más del 75% valore la disponibilidad de este servicio, apoya sobradamente la existencia de una demanda no satisfecha por parte de a universidad en relación a la atención psicológica de los estudiantes.
Desde el EEES se busca atender a estas necesidades para aportar una solución. Se contribuirá también a implementar uno de los objetivos de desarrollo sostenible contenidos en la Agenda 2030 de la ONU como es el de promover la salud y el bienestar físico y mental de todas las personas. Objetivos con los que la Universidad de Oviedo ha mostrado su firme compromiso de implementación. En este ámbito, hace ya dos décadas que algunas universidades españolas ofrecen ayuda psicológica a la comunidad universitaria, llegando a un total de 59 universidades en España que cuentan con este servicio.
Cabe destacar que los datos recopilados en esta investigación no muestran diferencias entre las diferentes ramas de estudio, es decir, que las respuestas de los alumnos son similares en todas las carreras. Tampoco se ha identificado un perfil emocional concreto según la rama de estudios. La única diferencia está en los alumnos de ciencias, que reconocen en más ocasiones, si les comparamos con estudiantes de ciencias de la salud, ingeniería y ciencias sociales, que su rendimiento es entre bastante o mucho inferior a lo esperado. Los alumnos más participativos han sido aquellos asociados a la rama de salud, mientras que los que menos son estudiantes de ingenierías. Además, se aprecia una mayor participación femenina que masculina, aunque, como era de esperar, esta superior participación femenina se da en carreras en las que la presencia de mujeres es mayoritaria, como pueden ser las Ciencias Sociales, Arte y Humanidades.