El censo del pasado año en la Cordillera Cantábrica es de entre 230 y 270 ejemplares, según las cifras de la administración
20 nov 2019 . Actualizado a las 13:53 h.La Cordillera Cantábrica sigue consolidando la presencia de osos pardos en su orografía, pues en 2018 se registraron 38 hembras con 64 crías, que además están ampliando su área de distribución, lo que son «buenas noticias» para la especie según las administraciones con influencia en esta zona. De esa cifra, en Asturias hay 22 hembras con 38 esbardos.
El director general de Biodiversidad de Cantabria, Antonio Lucio; la jefa de servicio de Especies Protegidas del Principado de Asturias, Teresa Sánchez; y el director general de Medio Natural de la Junta de Castilla y León, José Ángel Arranz, han presentado el censo de osos del pasado año de la Cordillera Cantábrica, que se estima que alberga entre 230 y 270 ejemplares. Según han explicado los representantes de las distintas administraciones, el recuento de hembras y crías es «el mejor indicador de cómo evoluciona la población de osos». Además, han avanzado que a partir de 2020 se realizará «un censo genético», un método más preciso que el actual -que se lleva a cabo mediante fotos y vídeos- y que no será invasivo. Con estas cifras, que siempre responden al mínimo posible, pues ante cualquier duda de duplicidad en el recuento se elimina el registro, se calcula que por unidad familiar existen 1,68 crías.
Por comunidades autónomas, Asturias registró el paso de 22 osas con 38 oseznos, Castilla y León contó 17 hembras y 28 crías, y Cantabria contabilizó una osa con 3 esbardos. Sin embargo, estos ejemplares no tienen porqué estar de forma permanente en un territorio determinado, y sólo se les adscribe a la región en la que fueron vistos por primera vez, pero se mueven por todo el territorio. Por ejemplo, de las siete hembras que se encuentran en la parte oriental de la Cordillera, pese a que todas menos una se registraron en Palencia y León, se cree que la gran mayoría estarán en estos momentos en la zona cántabra de Liébana, al estar el norte de Castilla y León cubierto por la nieve.
El hecho de que en 2019 se haya constatado la presencia de osos entre concejos limítrofes de Asturias y Galicia hace albergar esperanza a las instituciones de una posible expansión de la especie hacia el noroccidente. El director general de Castilla y León ha apuntado que «por primera vez en años» un oso ha llegado a Portugal tras atravesar León, Zamora y la autovía de las Rías Baixas. Los representantes de las tres comunidades autónomas han valorado que el corredor de Pajares, que separa la población de osos occidental de la oriental, ya «no es algo infranqueable», pues se ha constatado el movimiento de ejemplares a través de esta zona.
«Es la mejor noticia para la población de osos de la Cordillera, especialmente para el núcleo oriental, que ha tenido momentos críticos», ha subrayado Lucio, quien sin embargo ha recordado que la especie se encuentra el peligro de extinción. En el caso de Cantabria, además de consolidarse la presencia de osos en «lugares clásicos» como Liébana, Alto Nansa o Alto Campoo, Antonio Lucio ha añadido que cada vez se registran más fuera de estos espacios, como es el caso de Valderredible, aunque todavía «de forma esporádica». Todos ellos han coincidido además en el problema que supone que en la actualidad los osos se estén acercando a las poblaciones humanas a buscar comidas, para lo que se están llevando a cabo diversas medidas en las comunidades autónomas.
Y han considerado que este aumento en el número de osas con crías, que en 1994 era de 3 y que ha pasado a rondar los 40 desde hace cinco años, se debe no sólo a la permanente colaboración institucional a la que todos ellos se han referido y que han alabado, sino también a las condiciones del paisaje. «La evolución natural de la vegetación y los paisajes de la Cordillera favorecen al oso y no al urogallo», ha señalado el director de Medio Natural de Castilla y León, quien lo ha achacado al abandono de diversas actividades en esta zona, ante lo que ha añadido que «poco» pueden hacer las administraciones.