«Que la próxima vez que vuelva sea como presidente para resolver los problemas de Asturias»
ASTURIAS
Sánchez pide en Gijón que el voto progresista se concentre en el PSOE y poder «trabajar codo con codo» con el presidente asturiano
05 nov 2019 . Actualizado a las 23:12 h.«La próxima vez que vuelva que no sea como presidente en funciones, que sea como presidente con todas las funciones para poder resolver los problemas de Asturias». Pedro Sánchez insistió esta noche en Gijón, ante unos 3.000 simpatizantes, en que el próximo domingo solo hay dos opciones: «O se vota al PSOE para formar gobierno o a cualquier otra fuerza para impedir que se forme gobierno». Y si no hay gobierno, dijo, «no vamos a poder resolver estos problemas» ni «trabajar codo con codo» con el presidente del Principado, Adrián Barbón, impulsando «buenas cosas por esta tierra».
Entre ellas, «una transición ecológica justa», que debe «subrayarse» sobre todo «en lugares como Asturias», o la aprobación «de una vez por todas» del estatuto para las empresas electrointensivas que consideró «fundamental para esta tierra». Por ello, animó a los votantes «progresistas» a movilizarse y votar al PSOE el 10N, haciendo caso omiso de la campaña de desmovilización del voto de izquierdas que circula por las redes sociales, «para defender una España diversa, inclusiva, tolerante, feminista, democrática».
Sánchez, que debido a lo apretado de su agenda llegó más de media hora tarde al mitin que se celebró en el pabellón central del recinto ferial de Gijón, tenía muy presente el debate a cinco de ayer. Extrajo dos conclusiones. Una, «muy clara», es que solo existen esas dos opciones de voto y «una segunda es que escuchamos todo tipo de barbaridades por parte de la extrema derecha», dijo, en referencia a Santiago Abascal, el líder de Vox que reiteró que ilegalizará «a los partidos que no piensan como ellos» o que, «yendo de constitucionalista, se cargó el título octavo de la Constitución» al decir que eliminaría el estado de las autonomías.
«Representan a la España en blanco y negro que dejamos atrás hace 40 años y que no va a volver jamás», aseguró Sanchez entre aplausos. Pero peor aún, dijo, fue «el silencio por parte del Partido Popular y Ciudadanos, una derecha acobardada frente a una ultraderecha agresiva y envalentonada». Para hacerle frente a la extrema derecha, y más teniendo en cuenta el impulso que se le atribuye en las encuestas, Sánchez defendió que su partido es el único que tiene un proyecto político, y que así lo han venido demostrando durante el gobierno en funciones «pese a tener unos presupuestos prorrogados» por no disponer de apoyo para lo que «necesitaba Asturias» y el resto de comunidades autónomas.
«El único proyecto que tienen el resto es frenar al PSOE y que el gobierno que salga del 10N sea lo más débil posible», contrapuso, incluyendo en el lote a «independentistas, derecha y ultraderecha». «Es un desastre. Es nocivo. Por eso necesitamos un gobierno fuerte y concentrar todos los votos en el PSOE», reiteró. «Lo que vimos en el debate fue eso: todos contra el PSOE». Y, enfrente, «al PSOE contra el bloqueo de todos».
Tierra de izquierdas
Sánchez ironizó también con «el pacto oculto» que le atribuye Albert Rivera, «que si vamos a pactar con Podemos y los independentistas, mientras que estos dicen que vamos a pactar con el PP y Ciudadanos, e Iglesias que si con la derecha, y la derecha que si con la ultraderecha. Lo único que queremos es un gobierno progresista y coherente porque es lo que necesitamos para los próximos cuatro años».
Aconsejó también a Pablo Casado, que previamente había estado en Oviedo, que hiciera autocrítica respecto a su estrategia en Cataluña, en donde recordó que solo habían obtenido una diputada: «Los catalanes no quieren ser salvados por el PP». Pero estando en Asturias, en donde el PSOE podría jugarse el tercer escaño con estas nuevas elecciones, perseveró en que el voto progresista debe ser socialista: «Habrá muchas papeletas, cada vez hay más, pero solo hay esas dos opciones: o se vota PSOE o se vota en contra de que haya gobierno. Estoy convencido de que el 10 de noviembre los progresistas se van a movilizar y van a dar su voto mayoritario al PSOE» para obtener un «regusto positivo e ilusionante en una tierra que es más progresista y que es de izquierdas como Asturias».
A Sánchez le precedieron en la tribuna la cabeza de lista del PSOE por Asturias, Adriana Lastra; el presidente del Principado y la alcaldesa de Gijón, Ana González, que también se refirieron al debate de ayer y que, por supuesto, alertaron del avance de la extrema derecha. «Tenemos que ir a votar contra quienes manipulan nuestra democracia para defenderla de quienes quieren robárnosla», dijo Lastra, que, de entre listado de objetivos de Vox, destacó que «quieren ir a por las feministas, nos vienen a decir a las mujeres que no seremos dueñas de nuestro propio cuerpo y destino y que los homosexuales necesitan terapia porque son enfermos» cuando la única «enfermedad es la de del machismo, la intolerancia y la homofobia que, por lo visto, es contagiosa».
«Son fascistas»
Arrancó aplausos al decir que «podemos llamarlos ultraderecha o extrema derecha, pero son fascistas» que deberían «volver a la cueva de la que nunca debieron salir». También alertó de esa campaña que «alimenta la abstención en los votantes de izquierdas» a través de las redes sociales como ya ocurrió en Estados Unidos «y ganó Trump», en Brasil «y ganó Bolsonaro» o en Reino Unido «y ganó el Brexit».
Lastra, además, dijo que «no podemos olvidar» que la derecha española «ha blanqueado al fascismo, que le marca el paso», como en Andalucía, en donde «quitan los impuestos a los más ricos de los ricos y, mientras, cierran consultorios de salud en los pueblos, ponen en riesgo a las víctimas de la violencia machista y persiguen al colectivo LGTBI».
«Sabemos que si suman, gobiernan, y luego tenemos a la izquierda que más le gusta a la derecha, a la que se le llena la boca diciendo que son la verdadera izquierda y que cada ocasión que pueden cortan con la derecha en Gijón y en España», arremetió contra Unidas Podemos, descartando las carambolas «de los maestros de billar» que piden el voto morado para que «la bola roja entre en el agujero».
El presidente asturiano, Adrián Barbón, también insistió en la idea de la «derecha acomplejada y sometida ante la extrema derecha» como, dijo, se vio en el debate de ayer, en el que «vimos a un presidente que ejerció como presidente y a otros cuatro que no sabíamos que querían aportar. Pablo Cascado y Adoquín Rivera demostraron que no son libres de nada, que están sometidos al chantaje de la extrema derecha».
«La derecha se junta siempre porque son lo mismo»
Para Barbón, estas elecciones son determinantes para Asturias porque «quiero un presidente que coge el teléfono y se reúne con el señor Mittal para defender nuestros intereses». Intereses entre los que destacó que se abra la variante de Pajares, «no más retrasos como pretende la derecha», en referencia a la propuesta del PP de cambiar el proyecto.
También la alcaldesa de Gijón, que recordó que en esta ciudad hasta hace unos meses gobernaba la derecha «y sólo había parálisis y dejadez», aportó su resumen del debate del lunes: «Un proyecto, un candidato, ninguna duda y muchas razones para decir que si a Pedro Sánchez. Ana González también quiso que los presentes recordaran que «la derecha se junta siempre porque son lo mismo» a través de la imagen de la plaza de Colón, «potente, de pura ideología, y que no podemos olvidar» el próximo domingo.