El secretario general de Podemos Asturies valora el surgimiento de Más País y señala sus líneas para llegar a acuerdos con el PSOE en el nuevo mandato
21 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Daniel Ripa renovó su mandato al frente de Podemos Asturies con amplia mayoría pero afronta una legislatura en la que los morados han visto rebajada su representación. De nueve a cuatro diputados, sus escaños en la Junta siguen siendo cruciales en todo caso para sumar una mayoría suficiente que permitira a los socialistas sacar adelante los presupuestos.
-La escuela de 0 a 3 años es uno de los ejes principales para llegar a acuerdos con el Gobierno asturiano, también el reto demográfico ¿y en el ámbito económico?
-Hay un problema que hay que afrontar que es una crisis industrial. Lo que hemos vivido ha sido una progresiva privatización y puesta en capitales extranjeros de las empresas asturianas, que la final pasan a fondos de inversión y, en cuanto pueden, saquean la empresa, cierran y envían a los trabajadores a la calle. Es una tensión que es estructural, que tenemos ahora el caso de Vesuvius como antes era Alcoa, Telecable ha pasado de fondo de inversión en fondo de inversión y lo vamos a ver con el resto de empresas. Necesitamos, con la implicación del gobierno estatal, políticas estratégicas en materia industrial y que para nosotros pasan por una ley antideslocalizaciones, que penalice a las empresas que lo hagan, derogar una reforma laboral que permite marcharse con beneficios y una política de la SEPI que permita la participación del Estado en las industrias estratégicas. En Francia o en Alemania, tan poco sospechosos de comunismo, grandes empresas tienen participación del estado y se aseguran una acción de oro para evitar deslocalizaciones. Para nosotros es la única solución, lo demás es poner parches ante una amenaza constante en la industria asturiana. No sólo se garantiza el futuro de Asturias con escuelas de 0 a 3 sino con una política industrial que mantenga el empleo. Debemos garantizar los puestos de trabajo, hacer una política de vivienda para que la gente joven se pueda emancipar y favorezcamos la natalidad con las escuelas de 0 a 3.
-Podemos Asturies es un partido con un línea muy autónoma respecto al partido estatal que nunca se ha decantado por los debates de «familias» ¿que no haya habido un acuerdo de investidura en el Congreso les influye en su posicionamiento respecto al gobierno socialista en el Principado?
-Esta es la paradoja, que nosotros apostamos en la investidura en Asturias por un acuerdo programático, dijimos que no queríamos ni un solo puesto en el gobierno, no queremos puestos de directores generales, sólo queremos que pactemos políticas, y no para Podemos sino para la ciudadanía. En Madrid lo que intentaron fue un acuerdo de coalición que luego sirviese de garantía para un acuerdo programático. Y el resultado fue el mismo. En Asturias los cientos páginas de documentos que remitimos al PSOE las respondieron con un folio y medio y 72 horas de reunión sin ninguna contrapropuesta. Hubo una propuesta de negociación y mano tendida desde Podemos a nivel estatal, que hasta el propio Pablo Iglesias se retiró diciendo que ‘si yo soy el problema me quito yo’ y se respondió intentando crear un gobierno en 48 horas sin acuerdo programático, que es imposible. Además el PSOE se plantó diciendo que ya no tenía nada más que negociar. ¿Por qué? Pues lo dijo Pedro Sánchez cuando dijo que no dormiría bien con ministros de Podemos en el Gobierno. Es lo que le decía también a la patronal o a los fondos de inversión; lo que hubo es una exclusión, no de las personas de Podemos, sino de las políticas que representa. Hay un giro de ese Pedro Sánchez que era un icono rojo en mayo y que cuatro meses después sucumbe a esas mismas presiones que él denunciaba en televisión, en Salvados, cuando decía que «me presionaron para no pactar con Podemos». Esas mismas presiones vuelven a suceder cuando se puede gobernar con Podemos y él sucumbe. ¿Es la hoja de ruta del PSOE, acercarse a PP y a Ciudadanos y alejarse de Podemos? Pues eso es lo que tienen que definir y lo que parece que están haciendo.
-¿Por qué se repiten las elecciones?
-Es que hay dos cuestiones; la primera que estamos ante una reconstrucción del bipartidismo, tanto PP como PSOE añoran los tiempos en que no había el engorro de otros partidos y podían repartirse el poder a su antojo, y si no ¿por qué lo primero que hicieron en los ayuntamientos fue subirse los sueldos? Ahora lo que quieren es excluir a estos nuevos partidos y creo que el tratamiento a Ciudadanos fue parecido al de Podemos, incluso peor. Quieren empezar un nuevo ciclo en el que sólo estemos PSOE y PP. ¿Cuál es el principal problema de España? Para Pedro Sánchez es el bloqueo, y desde nuestro punto de vista no. Primero, no hay un bloqueo, hay un chuleo a Podemos, una estafa; pero si tú le preguntas a cualquier ciudadano por la calle te dirá que el problema es que tiene un trabajo precario, que la vivienda no es de calidad o que le está subiendo el alquiler constantemente, que las pensiones son más pobres o la calidad en la educación y la sanidad. Esos son los problemas y lo que nosotros pedimos son garantías para solucionarlos y es esa petición la que lleva al PSOE a expulsar a Podemos de la negociación, del gobierno de coalición y por lo tanto a convocar unas elecciones. Está por ver si su cambio definitivo es un giro hacia PP y Ciudadanos o si Podemos mantiene suficiente fuerza. Y eso puede influir en Barbón, Barbón lo que ha sido, desde su elección como secretario general, un ventrílocuo de Pedro Sánchez. Él ha intentado repetir sistemáticamente la línea política que marcaba Pedro Sánchez, incluso de una forma que a veces estaba fuera de lugar, ¿por qué estás dedicándote a esto en vez de hacer de presidente de Asturias? Los cambios que ha ido dando Barbón han sido los de Sánchez. Cuando Sánchez intentaba llegar a un acuerdo presupuestario con Podemos también lo intentaba él; y ahora que gira hacia el PP Barbón le da grupo parlamentario a Vox.
-Ha destacado que ustedes no plantearon entrar en el gobierno con Barbón ¿no habría podido hacerse así a nivel nacional?
-Sí, pero el resultado fue el mismo. No hubo posibilidad de acuerdo porque Sánchez no quería un acuerdo programático, quería un apoyo sin garantías de cumplimiento, un apoyo gratis. Dice que el principal problema de España y es el bloqueo y que para desbloquear hay que votarle gratis para que haga lo que quiera. Pero si lo que te preocupa es la vivienda o las pensiones, lo que tendrás que decir es ¿qué garantías me das de que vas a subir las pensiones? Que ya lo has firmado y no lo has cumplido. El problema es que demandan un apoyo incondicional para hacer lo que les dé la gana. La política no es así. La acción de Podemos ha sido útil, si miras su trayectoria. En 2016 PSOE y Ciudadanos firmaron subir el SMI a mil euros en el año 2040 porque era imposible subirlo más. Poco después, con la presión de Podemos, se hizo la mayor subida de la historia, 245 euros en dos años. No es imposible nada, pero se requiere tener fuerza para presionar. Viendo lo de Madrid desde Asturias, la paradoja es que estábamos haciendo vías distintas para llegar al mismo lugar. No había voluntad porque lo que están haciendo es otra cosa, es fortalecer un nuevo ciclo de acuerdos con el PP, un nuevo ciclo bipartidista con Ciudadanos minorizado y un Podemos que no tenga peso. Si se subió el SMI es porque había diputados suficientes para decirle a Sánchez que o lo subes o no gobiernas.
-En el balance al día siguiente de las elecciones autonómicas señaló que Podemos había perdido escaños en todos los territorios independientente de su estrategia, de si llegó a acuerdos o no, con la perspectiva de los meses ¿cómo se explica la mengua diputados en Asturias?
-Lo primero, si se empeoran los resultados es porque hay que cambiar y mejorar cosas, la gente vota y decide, y elige unas cosas y no otras. Hay una parte de reflexión que tenemos que hacer y ya después de las elecciones impulsamos el proceso en una conferencia política que ahora está paralizada por las elecciones pero que continúa los meses siguientes. Hay que hacer un replanteamiento de la línea estratégica, del trabajo realizado, de lo que ha funcionado bien y mal. Eso nos toca, pero teniendo en perspectiva que la bajada se dio en todos los sitios, independientemente de la estrategia seguida, que Asturias fue el lugar de España donde Podemos obtuvo mejores resultados, un 11%, el único lugar que superaba el 10% de todo el estado. Y también que hubo un factor común, una ola del partido socialista después de ganar las elecciones generales. Además un PSOE que en ese entretiempo decía que iba a haber un gobierno de coalición con Podemos. Nosotros llegamos a esas autonómicas con una promesa del PSOE de gobernar junto a Podemos. Lo que sucede el día después es lo contario. Yo estoy convencido de que se hicieron buenas políticas en Asturias, se puso sobre la mesa la gratuidad de la educación, se presidió una comisión de listas de espera donde conseguimos saber por qué las había y cómo se solucionaba, mejorar el sistema de compra de medicamente para ahorrarnos 60 millones que podemos destinar a educación, descubrimos el fraude del ERA; la primera condena que se da en Asturias por corrupción, la entrada en prisión de los acusados del caso Marea, llega por una acusación popular que impulsó Podemos. Parte de ese trabajo fue positivo, estoy orgulloso como lo estoy de lo que se hizo en el Ayuntamiento de Oviedo, que se redujo la deuda mientras se ampliaban las becas escolares. Está en nuestra mano analizar los errores, que evidentemente habría, reflexionar y salir más reforzados.
-El 10N habrá una candidatura de Más Asturries, vinculada a Errejón, con un exdiputado de Podemos, Segundo González, como cabeza de lista ¿qué le parece?
-Lo primero es respetar a cualquier nuevo partido y opción electoral, es legítimo y tienen todo el derecho del mundo a exponer sus ideas y presentarlas. Desde mi punto de vista, creo que Errejón está equivocado. Está diciendo, como Pedro Sánchez, que el principal problema de España es el bloqueo y que, por lo tanto, hay que votar gratis al partido socialista; yo no comparto eso. Insisto en que lo hay que conseguir es hacer políticas que mejoren la vida de la gente. Y eso no se consigue con cualquier gobierno sino con garantías. Que Podemos se mantenga con la mayor fuerza posible en el parlamento es la única garantía para que se puedan conseguir ciertas cosas, que impida que el PSOE pueda hacer ciertas cosas o dirigirse al PP. Yo no puedo compartir que la solución a los problemas de España es votar gratis al PSOE para que haga lo que quiera. Yo creo que incluso te puede caer muy Íñigo y muy mal Pablo y considerar que es necesario en este momento apoyar a Podemos para tener esa fuerza para impulsar cambios. Porque si vuelven a reestablecer el bipartidismo entre el PP y el PSOE vuelven a hacer lo que hicieron después de mayo, subirse los sueldos para no hacer nada y renunciar a las conquistas históricas que conseguimos.
-Algo habrá pasado para que gente muy joven que se mete en política en una formación nueva, se disgregue en otras en muy poco tiempo, apenas semanas o meses.
-Repito que veo legítimo que se presenten pero creo que están equivocados. La amplísima mayoría de la gente en Podemos, estamos recorriendo Asturias con asambleas en las últimas semanas, tienen claro que el único motivo de las elecciones es que Pedro Sánchez quiere quitarse las molestias de Podemos. Igual que el PP se quita a Ciudadanos por el otro lado. Es lo que yo percibo en las asambleas y que la mayoría de la gente entiende esta situación. Creo que con el espacio que está buscando Más País el que tendría que preocuparse es Pedro Sánchez. Buscan votantes del partido socialista que están decepcionados por el giro que han dado después de mayo.
-La legislatura asturiana ha comenzado con bronca por el asturiano, por el veto a que pudiera usarlo en el parlamento la consejera de Cultura Berta Piñán. Si se ha usado con normalidad en los últimos años ¿por qué ahora si hay problema?
-Pasan dos cosas, la primera que hay un grupo que tiene visibilidad porque el PSOE se la ha dado, que es Vox; y que tiene capacidad de marcar agenda e incluso empujar a otros partidos como el PP a tener una posición más ultra en este tema. Vox puede hacer lo que hace en el parlamento porque tiene recursos, voz y capacidad de iniciativas que la gente no le votó para ello, pero que el gobierno le dio con más de un millón de euros en esta legislatura. Y en segundo lugar se constata que si no hay una ley que garantice la oficialidad lo que se produce es que queda al albur de la coyuntura política. Lo podíamos haber hecho la pasada legislatura, había mayoría, en el Congreso y en la Junta General, creo que fue un error histórico del PSOE. Ahora toca abrir ya esa reforma del Estatuto y buscar en esta legislatura las mayorías que amplíen el campo. No hay que dar por supuesto que no se puede lograr esa mayoría, hay que trabajarla con tiempo pero abrámosla ya y aprovechemos también para reformas cuestiones básicas en materias competenciales, en supresión de aforamientos o en ampliación de derechos sociales. En la sociedad ya se ha ganado el debate, cuando la plataforma contra la oficialidad pone una valla de Barbón con Puigdemont y Otegi, a la gente le da risa. Igual que cuando intenta vetar a Berta Piñán en el parlamento la misma diputada que leía sus poemas en asturiano. Lo que provocan es ridículo. La oficialidad no es quitar derechos a al gente sino ampliar derechos a quien no los tiene, no es algo que nos haga perder dinero sino que puede permitir que lo ganemos, que puede servir para revitalizar culturalmente a Asturias, como sucede en Gales, en Galicia o el País Vasco. Es incomprensible que portavoces de partidos, como el PP, que apoyan en Galicia la oficialidad, aquí la niegan. Igual que en Valencia, donde han gobernado, no hay ningún problema. Tenemos como mínimo 26 diputados que en principio estamos abiertos a abrir leyes que caminan hacia la igualdad del asturiano, hagamos valer esa mayoría, y hagamos una agenda por el asturiano, hagamos una oficialidad de facto.
-Ustedes no cambiarán si se les reclama que no hablen en asturiano.
-Por supuesto. Nuestro diputados que hablan habitualmente en asturiano van a seguir hablando en asturiano. Porque además es una forma de normalizar, todo el mundo lo entiende y quien dice que no está buscando otra cosa. Eso sí que es un debate artificial, gente que se entiende pero a la que se quiere poner barreras.