La bruma de una candidatura nacional en las próximas elecciones generales liderada por Íñigo Errejón se condensa a ritmos distintos en función de los territorios. Ha cuajado con más facilidad allí donde había grupos locales que han manifestado distintos grados de desafección con la dirección estatal del Podemos de Pablo Iglesias, en Valencia con Compromís, en Aragón con la Chunta, en Galicia con las Mareas; y, de forma distinta, con un Adelante Andalucía que aspira a terner voz propia en el próximo Congreso de los Diputados. En todas las quinielas de la extensión del «errejonismo» por provincias aparece Asturias, porque cuenta con el mínimo de siete diputados, que los estrategas han marcado para concurrir en los lugares con mayor población. Pero en Asturias no hay un grupo autonómico con visos de engancharse a la nueva candidatura.
A lo largo de los últimos días, desde distintos medios se ha especulado con la posibilidad de que Actúa de Gaspar Llamazares pudiera colaborar con el proyecto errejonista, pero lo cierto es que hay muy pocos visos de que llegue a materializarse esa posibilidad y el propio Llamazares señaló con ironía dirigida a sus detractores que no tiene pensado participar a corto plazo en lo que percibe como una «pelea entre hermanos» y reflejo de «política cainita».
Actúa celebrará este sábado una reunión en al que decidirá su posicionamiento respecto a los comicios generales con una estrategia en la que insisten, promover «el diálogo» entre las fuerzas de izquierda.
Íñigo Errejón contó con apoyos asturianos en el tiempo en que compitió con la lista liderada por Pablo Iglesias en el segundo congreso de Vista Alegre. Entre ellos estaba Segundo González, que fue diputado en el Congreso la pasada legislatura pero que no volvó a repetir en la última. González participó eso sí en la campaña autonómica asturiana en colaboración con Podemos Asturies. En aquellos tiempos, en la órbita errejonista se contaba también a Tania González Peña, entonces eurodiputada y hoy concejala en Avilés. También fue errejonista el concejal de Somos Avilés, David Salcines. Todos ellos sin, al menos aparentes, fracturas con la estrategia morada, ni nacional ni autonómica; pero de llegar a cuajar podría concretarse en alguno de esos nombres.
Más atrás incluso, en el primer Vista Alegre, lo cierto es que Podemos Asturies y la lista andaluza de Teresa Rodríguez concurrieron juntas en una alternativa a Pablo Iglesias, pero el camino emprendido por los andaluces en la búsqueda un grupo propio en el Congreso y la concentración de la izquierda del PSOE en su comunidad no tiene paralelo en Asturias. Los morados del Principado ha vivido en los últimos años en todas las legislaturas ajenos a las luchas familiares de Podemos en la capital del Estado. Han actuado además en uno de los territorios, si no el más, en el que IU ha mostrado mayor resistencia ha seguir la línea marcada por Alberto Garzón para integrarse con Podemos.
IU de Asturias, escaldada por los malos resultados en los ultimos comicios (dos escaños en la Junta General y ninguna representación en el Congreso pese a tener el segundo puesto en la lista común de Unidas Podemos) defiende mantener su identidad pero vive sus propios problemas, con una dirección interina a la espera de una asamblea que tendrá que celebrarse además después de noviembre, como para plantar batalla abierta contra Garzón y terminar perdiendo incluso el control de la marca.