Un perito asegura que existían múltiples errores administrativos pero no una ocultación de datos ni tampoco perjuicios económicos para la Fundación que gestiona el centro
10 jul 2019 . Actualizado a las 14:35 h.Un perito ha asegurado que el Centro Niemeyer presentaba un «caos» en facturas achacables a errores administrativos «temporales», en 2007 y 2008, sin que supusiera una «ocultación de datos» ni causara un «perjuicio» a la Fundación, al subsanarse al año siguiente. Durante su testifical durante la vista oral que se desarrolla en la Audiencia Provincial en torno a las supuestas irregularidades contables durante la etapa de Natalio Grueso como director general, el perito ha añadido que en 2010 también detectó problemas de liquidez y un año después un desfase patrimonial por revocación parcial de las subvenciones. El juicio por el caso Niemeyer, donde se analiza las presuntas irregularidades económicas durante la gestión de Grueso, quien afronta once años de prisión por la supuesta emisión de facturas falsas o manipuladas, se ha reanudado este miércoles en la Audiencia Provincial con la prueba pericial de la defensa sobre la contabilidad del complejo cultural de Avilés entre 2007 y 2011.
El perito, profesor de Contabilidad de la Universidad San Pablo CEU, ha declarado que apreció la existencia de un desfase contable en 2007 porque había 111.000 euros de gasto producido que no se registró. No obstante, ha explicado que este desfase pudo deberse a un «error administrativo» porque las facturas aparecieron en 2009, lo que en su opinión significaba que era un error temporal y ha descartado que se intentara hacer una ocultación de datos. En 2008 continuó el «caos administrativo», ha añadido, porque seguía habiendo un desfase en relación al gasto y, a su juicio, lo que en realidad pudo haber ocurrido fue que la Fundación se centró más en la realización de actividades y se olvidó de la parte administrativa y fiscal, informa EFE.
El perito ha indicado que habría sido conveniente que se hubiera dotado a la Fundación Niemeyer de una oficina administrativa, para evitar los «líos» con las facturas, si bien ha incidido en que en realidad éstas se corresponden con gastos reales por servicios producidos destinados a actividades imputables a la Fundación. El perito, propuesto por el abogado Fernando Burgos, defensor de Grueso, ha expresado su convicción de que el Protectorado de Fundaciones -de competencia estatal- debería haber instado al Patronato, como órgano de gobierno de la Fundación Niemeyer, a tomar medidas cuando se comprobó que había esa reducción patrimonial. Ha afirmado que constató la existencia de problemas de liquidez en 2010 así como que el proveedor principal del Niemeyer, Viajes El Corte Inglés, enviaba las facturas con un retraso «importante», ya que unas veces facturaba tarde y en otras ocasiones aparecían largos periodos sin facturar. Además, ha declarado que en 2011 la parte contable se regularizó más pero se produjo una situación de desfase patrimonial que ha atribuido al hecho de que se le solicitó la devolución de «cuantías importantes» de las subvenciones recibidas.
Su declaración se ha prolongado durante casi cuatro horas, por lo que la sesión se ha suspendido hasta mañana, día 11, a las 10:00 horas, cuando testificarán, entre otros, el que fuera contable de la Fundación entre los años 2006 y 2009. El exconsejero de Cultura Emilio Marcos Vallaure durante la etapa de gobierno de Foro, que había sido propuesto como testigo, no tendrá que comparecer ante los magistrados de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, al haber renunciado las partes a su testimonio.