El equipo de epigenética del Instituto de Investigación Sanitaria del Principado (ISPA) colabora en una investigación internacional con dos gemelos franceses diagnosticados a los ocho meses
04 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Este artículo va a comenzar desvelando el final de la historia, evitando así cualquier lógica tensión humana: ambos se curaron. Los dos gemelos monocigóticos franceses diagnosticados a los ocho meses con una leucemia infantil de mal pronóstico, que han servido como base para una investigación internacional pionera que intenta desentrañar nuevas claves de la enfermedad, están sanos. El tratamiento ha surtido efecto. Igual camino ha seguido el ensayo científico. Ha servido para conocer un poco más la patología, para descubrir sus mutaciones y el momento en el que se producen, cuáles aparecen antes del nacimiento y cuáles después. Este avance de la ciencia básica sanitaria ha contado con la contribución del equipo de epigenética del Instituto de Investigación Sanitaria del Principado (ISPA) y del Instituto universitario de oncología del Principado de Asturias (IUOPA), con tres de sus profesionales al frente: Juan Ramón Tejedor, Agustín Fernández y Mario Fraga. No obstante, la aportación asturiana ha sido más amplia. Liderando el trabajo se encontraba el Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, cuyo director científico es el gijonés Pablo Menéndez Buján.
Esta investigación acaba de publicarse en la prestigiosa revista especializada americana Blood, editada por la Sociedad Americana de Hematología. En el trabajo, se demuestra la historia natural y el origen celular de un tipo de leucemia aguda infantil diagnoticada en hermanos monocigóticos. Se trata de una investigación básica que busca entender lo más posible las leucemias para, en fases, posteriores contribuir a su curación e, incluso, a su prevención, algo que Pablo Menéndez, uno de los referentes en la materia cree que es posible y no a muy largo plazo.
La primera firmante del artículo es Clara Bueno, del Josep Carreras, pero también han colaborado especialistas de diferentes campos de la Universidad de Oxford, el Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria, varios hospitales franceses y la empresa asturiana Dreamsgenics. Estas conexiones internacionales han permitido conseguir un avance considerable.
Agustín Fernández explica que cada equipo ha jugado un papel diferente en este ensayo. Unos hicieron, por ejemplo, la secuenciación completa del genoma de los dos gemelos monocigóticos diagnosticados a los ocho meses. La leucemia es el cáncer infantil más frecuente y, en su caso, se trataba de una linfoblástica aguda, que es un cáncer de rápido crecimiento de las células productoras de linfocitos, que se llaman linfoblastos. Suele presentar una mala evolución en bebés.
Al equipo asturiano le correspondió el análisis del epigenoma, que es una capa extra de información por encima del genoma, que regula la expresión de los genes sin una modificación en la secuencia del ADN y que puede establecer la relación entre las influencias genéticas y las que son ambientales. Lo que descubrieron tras la secuenciación del genoma completo, es que había alteraciones muy parecidas en los gemelos convergían a los ocho meses. Como se esperaba, el epigenoma presentó patrones muy similares entre ambos.
La premisa de partida consistía en que un 30% de los pacientes diagnosticados con esta leucemia a edades muy tempranas no presentan una serie de alteraciones más comunes. Pero sí pueden aparecer otras diferentes. Este era, precisamente, la situación de los gemelos franceses. Así que su caso era importante para poder descubrir el origen de todas esas alteraciones menos conocidas. Al ser gemelos monocigóticos, es decir genéticamente iguales, eran el modelo perfecto para esta investigación. Los monocigóticos son aquellos que nacen de un único ovulo fecundado, que se divide por causas desconocidas dando lugar a dos embriones diferentes.
Agustín Fernández admite que han obtenido información muy importante para comprender el desarrollo de esta leucemia. Han hallado genes con idénticas alteraciones en los gemelos, lo que demuestra que se produjeron ya en el útero, antes de nacer. A partir de esas alteraciones iniciales, aparecieron nuevas alteraciones después del nacimiento relacionadas con las primeras. Para Fernández, la información más importante de toda la obtenida es precisamente esa convergencia en el tipo de alteraciones en los gemelos originadas por un evento ocurrido ya durante el desarrollo embrionario.
La colaboración con el Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras y con Pablo Menéndez Buján, continúa. De hecho, Menéndez Buján imparte clases en un master de biomedicina en Oviedo. Además, tienen otros ensayos en marcha. En la actualidad, el equipo asturiano de epigenética está analizando a otros 80 pacientes para otro trabajo científico internacional. Menéndez Buján destaca el trabajo en I+D+i biosanitario que se está realizando desde Asturias.