La decisión condena al cierre parcial las plantas de A Coruña y Avilés y al despido de 268 trabajadores
28 jun 2019 . Actualizado a las 21:31 h.En un giro absolutamente inesperado de última hora, que todavía no ha explicado, la multinacional del aluminio Alcoa ha decidido que el fondo suizo Parter, con el que hace semana y media había alcanzado un principio de acuerdo para venderle las fábricas de A Coruña y Avilés, no cumple con las garantías financieras. Pero hace unos días, sí.
Así lo comunicó la compañía estadounidense a los representantes de los trabajadores, durante una reunión este viernes en Madrid. La cita, en teoría, era para que los comités avalasen el contrato con Parter. Alcoa aplazó la hora del encuentro hasta en cuatro ocasiones para lanzar finalmente el jarro de agua fría. El estupor es absoluto entre los comités.
La empresa estadounidense no ha explicado por qué ha cambiado de opinión a dos días de que cierre el plazo para vender las fábricas. Pero fuentes del grupo avanzaron que Parter aún no está descartado.
Si Alcoa cancela el trato con Parter, no habrá venta y, por tanto, se cerrarán parcialmente las instalaciones de A Coruña y Avilés. El acuerdo alcanzado con los trabajadores en enero pasado, para aplazar el cierre, contempla que, si las plantas no cambiaban de manos, serían despedidos 268 trabajadores, el 43 % de la plantilla conjunta. Seguirían operando las fundiciones con 205 empleados: 114 en A Coruña y 91 en Avilés.
Fuentes sindicales avanzan que la reunión sigue adelante, y que a la misma se incorporará un representante del Ministerio de Industria, para mediar en el conflicto.
Antecedentes
Alcoa amagó con cerrar totalmente las fábricas de aluminio primario a finales del 2018 (por segunda vez en cuatro años, por cierto) y echar a la calle a sus casi 700 trabajadores. Pero, a mediados de enero, alcanzó un trato con los comités: aplazaría a julio la reestructuración, que ya no implicaría el despido del 100 % del personal, sino del 43 %; y, mientras tanto, buscaría un comprador para las plantas. El nuevo inversor debería comprometerse a preservar a todo el personal. En la resolución de la crisis, y para evitar despidos, se embarcaron los Gobiernos de Galicia y Asturias y el Ministerio de Industria. Durante los últimos meses realizaron un seguimiento periódico de los avances que iba consiguiendo Alcoa en su cometido. A mediados de junio llegó la decisión: un fondo de inversión suizo era el elegido. Cumplía los requisitos para la venta. Hasta ahora, a dos días de que expire el plazo para decidir el futuro de las instalaciones y de sus trabajadores.
Alcoa exigía a los comités que firmasen también el contrato de venta para hacerlos partícipes de la operación, pero los representantes sindicales se negaban a hacerlo porque no habían participado en las negociaciones entre ambas empresas. Esta postura parecía poner en peligro la venta, pero al final, la zancadilla llegó por el otro lado.
Otro fondo, Quantum, este alemán, quedó descartado precisamente, según Alcoa, porque no reunía las garantías financieras necesarias. También quedó fuera de la carrera porque presentó oferta solo por la fábrica de Avilés, aunque, ya descartado, amplió la propuesta también a la de A Coruña. El comité asturiano prefería a Quantum (de hecho, visitó varias de sus fábricas) porque no se fiaba del proyecto industrial de Parter. El fondo alemán envió un comunicado este jueves asegurando que sí demostró garantías suficientes.
Los sindicatos siempre sospecharon que Alcoa, en realidad, nunca quiso vender las fábricas, para neutralizar posibles competidores, y que se embarcó en la búsqueda de compradores presionada por el Gobierno.
Así era el plan industrial de Parter
El plan industrial de Parter Capital Group para sacar a flote las fábricas de A Coruña y Avilés tiene 22 páginas. En ellas resume lo que tiene pensado hacer con las instalaciones y con sus trabajadores. Tal y como estaba previsto en el principio de acuerdo con Alcoa, garantiza el 100 % de los contratos actuales (cerca de 400 en la planta gallega, y casi 300, en la asturiana) durante los próximos dos años, o sea, mediados del 2021.
A partir de entonces, la cifra de trabajadores estará vinculada a unos objetivos de facturación acumulada. Si esta supera los 87 millones, se garantizaría el empleo a 400 durante otros 12 meses más en las mismas condiciones. Si la cifra supera los 170 millones habrá trabajo para 500 trabajadores durante otro año más, es decir, hasta el 2023.