«Las balizas de las sendas asturianas duran 10 años y llevan construidas más de 30»

Carmen Fernández REDACCIÓN

ASTURIAS

Lugar en el que cedió la barandilla de la Senda del Oso y el ciclista fallecido cayó sobre la carretera
Lugar en el que cedió la barandilla de la Senda del Oso y el ciclista fallecido cayó sobre la carretera La Voz del Trubia

El decano del Colegio de Ingenieros Civiles de Asturias critica el pésimo mantenimiento de las rutas asturianas, que superan los 500 kilómetros

01 jun 2019 . Actualizado a las 13:43 h.

La pasada semana de mayo se caracterizó por los fatídicos accidentes acontecidos en la Senda del Oso que pusieron de nuevo en tela de juicio el estado de las infraestructuras que rodean esta ruta ampliamente transitada por ciclistas, familias y senderistas. En menos de siete días un hombre resultó herido y otro fallecido, unas tragedias que quizás se podrían haber evitado si la senda hubiera sido debidamente restaurada. Pero no es la única. Desde el Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas e Ingenieros Civiles de Asturias (Citopic) denuncian la falta de inversión en el mantenimiento y conservación de estos caminos que en el caso del Principado superan los 500 kilómetros. También se ha sumado a la protesta el Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas y Civiles de Castilla y León como los primeros dagnificados en este problema ya que el ciclista fallecido era compañero de profesión. Antonio Vinjoy, decano de Citopic pone voz a todos ellos reivindicando la importancia de que se destine el dinero y el tiempo suficientes en la rehabilitación correspondiente.

«Hemos comenzado a denunciar este problema a consecuencia de que el fallecido era ingeniero de obras públicas de Valladolid, por lo que en seguida me llamaron para informarme desde el Colegio de Castilla y León», explica Vinjoy. El mismo afirma que es un problema que se extiende a los más de 500 kilómetros de rutas que existen en Asturias, «la mitad de ellos en la costa y la otra mitad en el interior». Unos senderos que no han sido reparados desde el comienzo de la crisis, allá por el 2008, «la mayoría de ellas, como la Senda del Oso, tienen mucho balizamiento de hace más de 30 años cuando su duración sería de entre diez y quince», afirma y añade que, además de no haber cambiado estas instalaciones, ni siquiera han revisado su estado. Tampoco han cambiado la señalización de las rutas, porque «en la mayoría de los casos ponen cintas acordonando la zona peligrosa, pero esas cintas se caen». 

Tal y como explica el decano, estas rutas fueron ejecutadas por la Consejería en su momento, por lo que la responsabilidad quedó de la mano de los Ayuntamientos y estos no tienen fondos suficientes para su restauración por lo que no ve una solución a corto plazo: «Los Ayuntamientos no lo ven como una prioridad a no ser que ocurra algo muy grave, como pasó con las inundaciones del invierno y la correspondiente caída de los argayos, en la que sí se arreglaron los caminos». Por eso apela a que los excursionistas sean consciente de los peligros que pueden entrañar las rutas, «sobre todo las más concurridas en las que la gente se fía de las barandillas». Un caso que ocurrió con su compañero de profesión, que había venido a Asturias de turismo rural y aunque su fatídico incidente no fue causado por un balizamiento en mal estado (como ocurrió con el accidentado) sí estuvo condicionado por un argayo. 

«Se necesita mucho tiempo y mucho dinero»

Antonio Vinjoy insiste en la necesidad de invertir y recuperar estas partidas, tan importantes para la seguridad de los senderistas, aunque reconoce que se necesita «mucho tiempo y mucho dinero».  Por eso, hace un llamamiento a las administraciones locales, que son las competentes en esta materia, para que reactiven las inversiones en su mejora y mantenimiento, que incluye no solo «reponer las balizas de madera, que ya no están en buenas condiciones, sino también ampliar su extensión, más allá de los puntos especialmente peligrosos». Y reivindica el papel de los ingenieros civiles como un referente en el ámbito de la ingeniería municipal, estrechamente relacionada con el cometido de las administraciones en la prestación de servicios a los municipios.

Citopic de Castilla y León lamenta la pérdida de su compañero

Por su parte, el Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas e Ingenieros Civiles de Castilla y León (Citopic) lamenta el trágico accidente en el que falleció su compañero muy vinculado al colegio durante muchos años, Julio Martín Díez, de 60 años de edad. Por ello se han unido a estas reclamaciones e insisten en la falta de inversiones en el mantenimiento y mejora de otras muchas infraestructuras básicas en los entornos rurales, como carreteras o depuración de aguas, carencias que afectan de manera más importante a los lugares con menos recursos.