Ambos grupos pierden casi la mitad de los votos cada uno respecto a los que cosecharon en la anterior legislatura
28 may 2019 . Actualizado a las 13:19 h.Podemos e IU en Asturias no tuvieron buena noche el pasado domingo. Ambas fuerzas, que fueron unidas por un acuerdo estatal en las generales, y ya cada una por su cuenta en las autonómicas se dejan la mitad de los votos que habían logrado hace cuatro años. Son dos de las formaciones que sufren un castigo más intenso de las urnas, cada una con un proceso y unos factores distintos, pero también entrelazados.
Unidas Podemos logró en Asturias el 26 de abril 106.630 votos, un mes después, con cada formación por separado en la pugna por la Junta General, ni siquiera sumando los sufragios de ambos se alcanza esa cantidad: son 92.669, y de ellos, 57.983 fueron de Podemos y 34.776 de IU. Los morados se quedan con la mitad de apoyos de los que lograron obtener en 2015, cuando entraron en la Junta con nueve diputados y la candidatura de Emilio León como competidora aunque fuera con carambola. Cuatro años después la cabeza de lista era Lorena Gil, después de que León abandonara la portavocía del grupo en verano. A lo largo de la última legislatura de Javier Férnandez, Podemos mantuvo una estrategia de confrontación directa con los socialistas que no se tradujo en ningún acuerdo hasta el último año cuando se consiguió cerrar un presupuesto.
Izquierda Unida contaba en el mandato que se cierra con el más potente grupo parlamentario autonómico del país para su formación, con cinco escaños que ahora se ven reducidos a dos. A lo largo de buena parte del recuento, IU mantuvo un tercer escaño que al final perdió en favor del PP. Ese sólo asiento hubiera cambiando totalmente la posición de la coalición que les hubiera convertido en determinantes en solitario para darle la mayoría absoluta al gobierno. Finalmente sólo Ángela Vallina y Ovidio Zapico se sentarán en el parlamento asturiano.
IU Asturias había decidido tiempo atrás que no concurría con Podemos a las autonómicas, esta decisión le costó una tensión con la dirección federal de Alberto Garzón que llevó al partido al borde la ruptura, con amenazas de intervención y celebraciones paralelas de consultas a la militancias y que terminaron por saldarse con la renuncia del coordinador general, Ramón Argüelles, tras perder la primarias de la candidatura y con la marcha de Gaspar Llamazares en navidades para participar en su plataforma Actúa a nivel nacional. En una situación de gestión provisional, con todavía por decidir un coordinador de gestora que lleve al grupo a elegir una nueva dirección, la pérdida de apoyos ha sido especialmente dura en Oviedo donde no lograron ni un concejal.