«La contaminación nacionalista ha calado en una parte de la izquierda»

ASTURIAS

Ignacio Prendes
Ignacio Prendes

El candidato de Ciudadanos se reafirma en el veto a Pedro Sánchez y asegura que su partido defiende una España igualitaria en todo el territorio

16 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Ignacio Prendes, que fue vicepresidente del Congreso en la legislatura que termina, vuelve a encabezar la candidatura de Ciudadanos por Asturias en la lista al Congreso en las elecciones del próximo 28 de abril. Asegura que el nuevo mandato se dirimirá entre una visión del país que opte por la igualdad de todos los ciudadanos y otra marcada por el nacionalismo identitario. 

-Acaba de llegar de Rentería.

-Lo que nos encontramos un ambiente evidente de hostilidad manejado por los que entienden que aquel territorio es suyo, y que cualquiera que defienda la Constitución, a España, es un extranjero y no es bienvenido. También estaban allí muchos compañeros del partido en el País Vasco, que son unos héroes del día a día y de lo cotidiano porque ha calado ese mensaje de odio y de intolerancia en buena parte de la sociedad vasca. Pero luego el acto fue muy emotivo, y hacerlo en compañía de personas del valor de Fernando Savater o de Maite Pagazaurtundúa fue una inyección de moral. Te das cuenta de que hay que dar la batalla en esos territorios, de que cuanto más chillen más debes gritar tú libertad y Constitución. Y eso era lo que más les cabreaba, se fue cargando el ambiente de tensión porque ellos se pensaban que el acto se iba a suspender y cuando vieron que se celebraba, que Maite subía y les contestaba llamándoles matones pues chillaban más todavía.  Es necesario que no haya un metro cuadrado en España donde cualquier español no pueda ir a hablar de las ideas que piense, y al final es lo que hicimos. Salimos con mucha moral y la sensación de que estamos haciendo lo correcto aunque sea desagradable.

-Sobre esto, el secretario general de Podemos, Pablo Echenique publicó en tuiter que «Ciudadanos es un partido marginal en Euskadi y Rivera lo sabe. No se va a Errentería a conseguir los votos de los vascos y las vascas. Va a incendiar la convivencia entre los diferentes pueblos de España a ver si así rebaña votos de odio en otros territorios» ¿qué le parece?

-Bueno, nos votó un 3% y ese 3% tiene derecho a escucharnos, es que realmente la calidad de un sistema democrático está en la protección de las minorías. No sé si allí somos una minoría, quizá en estas elecciones vaya a haber una sorpresa. Pero pensar que si somos minoría no tenemos derecho a la palabra no es aceptable y lo que ha dicho Echenique retrata los complejos de una izquierda sectaria que no es capaz de entender que lo más básico de una democracia es la libertad; casi se diría que es liberticida. Lo más parecido a lo de Rentería fue cuando Rosa Parks en el asiento 'equivocado' del autobús porque le dijeron exactamente lo mismo. Muchos blancos biempensantes y de buena conciencia, no precisamente racistas, pero que la acusaron de provocar, que por qué no había elegido otro asiento si era lo mismo y podías viajar en el autobús.

-¿Cree esta es una campaña especialmente tensa, con episodios como el ocurrido en la Autónoma de Barcelona en un acto del PP o la agresión que se dio en la Universidad de Oviedo tras uno de Vox?

-Si es tensa es porque hay sectores de una cierta izquierda que no admite la pluralidad, ni la disensión ni la Constitución. Nosotros creemos que cualquier ciudadano dentro del marco de la Constitución puede decir lo que quiera, lo respetamos y no vamos a hacer escraches. Desgraciadamente hay unos sectarios que entienden como un ataque que se les contradiga y la democracia es el derecho a discrepar. Hay partidos que defienden cosas con las que no estoy de acuerdo en absoluto pero no se me ocurre ir a reventarle un acto a nadie. Pero aquí hay gente, en la izquierda fundamentalmente y hay que decirlo así que entienden que tienen que ir a reventar los actos de otras fuerzas políticas porque dicen cosas que no les gustan. Y eso retrata un escaso apego por la democracia y la libertad.

-Asturias pierde un diputado en estas elecciones ¿cree que puede afectar a sus resultados?

-A quien perjudica es a Asturias en su conjunto, que pierde representación y es la foto de un fracaso en cuanto a política económica de la capacidad de los políticos que han dirigido esta comunidad para generar empleo y oportunidades en los últimos 30 años. Es un fracaso con el que no hay que ser conformistas en ningún caso y nosotros no lo somos y por eso decimos que hay que cambiar de políticas y de políticos; pero no creemos que nos perjudique específicamente como partido porque a pesar de eso estamos en disposición de ganar las elecciones en Asturias. Pero es verdad que para los partidos más pequeños es un obstáculo añadido.

-¿Hay una diferencia de matiz entre su campaña nacional en la que han anunciado un veto a Sánchez y la asturiana con un Juan Vázquez que se reconoce socialdemócrata?

-No, nosotros hemos dicho nuestra estrategia de pactos porque hemos querido ser claros. Hemos hecho una apuesta por la sinceridad y por ser transparentes con nuestros votantes para que sepan qué vamos a hacer con su voto. Lo que es evidente es que urge cambiar al gobierno y sacar a Sánchez de la Moncloa porque su apuesta por gobernar con los partidos inconstitucionalistas perjudica a España y a Asturias. Eso no está en cuestión y siempre hemos dicho que después de las generales vendrán las autonómicas y locales y ahí tendremos que hacer una evaluación de cuál es la situación en los territorios. Pero este es un proyecto centrado, liberal en el que cabe el liberalismo progresista absolutamente y las candidaturas electorales lo ponen de manifiesto. En ellas van personas como Maite Pagaza o Soraya Rodríguez, el nuestro es el partido del gran centro que va desde el liberalismo a la socialdemocracia más moderada y europeísta. Es el gran centro con capacidad de unir y personas como Juan Vázquez tiene precisamente ahí su espacio.

-Pero en varias encuestas, en la percepción de la ubicación ideológica de los partidos, es cierto que se les ha ido considerando  más a la derecha ¿por qué cree que es así?

-Hay un problema en España y es la contaminación nacionalista que ha calado en una parte de la izquierda y nosotros defendemos España y no tenemos ningún empacho en hacerlo, esa patria común y ese proyecto de unión frente a quienes quieren la ruptura y la disgregación. Que eso en España se oriente hacia la derecha por los complejos de esa izquierda identitaria significa que tienen un problema muy serio. Pero no es porque nosotros tengamos un sesgo, nuestro programa en estas elecciones se basa en cuatro palabras: España, igualdad, modernización y regeneración para combatir la corrupción. Y son ideas que consideramos absolutamente progresistas y lo que pasa es que cuando oyen España o igualdad hay una izquierda a la que le salen sarpullidos, porque tienen un problema de contaminación nacionalista que tendrán que corregir porque el resultado electoral va a poner a cada uno en su sitio.

--Ya sé que me dirá que en Andalucía no pactaron con Vox.

-No pactamos en Andalucía con Vox.

-Se lo digo por si no piensa que también tiene un sesgo nacionalista identitario y en la hipótesis de sus pactos con el PP ¿no serían ellos también necesarios?

-Nosotros hemos tendido la mano al PP, creo que vamos a ganar las elecciones y espero que la suma con el PP nos permita desalojar al PSOE de Sánchez de la Moncloa, y ese es el marco de pactos que hemos ofrecido. Esperemos que el PP acepte esa mano tendida porque ese es el espacio de moderación que hace falta en España para asumir las riendas de la política. Y a partir de ahí, el resto de partidos tendrá que posicionarse ante la alternativa real a un gobierno de Pedro Sánchez con Pablo Iglesias y con Torra.

-¿Pero no tiene un sesgo nacionalista identitario Vox?

-No sé. Prefiero defender mis ideas y no dedicarme a analizar las de los demás. Creo que en Vox hay una amalgama de muchas cosas, desde un cierto populismo a unas ideas conservadoras, que viene también de la explosión de un cabreo contra las políticas de disgregación de España. Es una amalgama de muchas cosas que no sabría definir correctamente.

-En su última visita a Oviedo, Pablo Casado se mostró convencido de que da la suma con el PSOE habrá un pacto con Ciudadanos.

-Nosotros hemos dicho que no, puede decir lo que quieran, nosotros ya hemos dicho por activa y por pasiva que no, que esa situación no se va a dar. Otra cosa es que él no quiere ser claro con lo que va a hacer y parece que rechaza la mano tendida que le ha ofrecido Albert Rivera. Y eso me parece un auténtico disparate. Ha dicho algo así como que ya no es el tiempo, precisamente ahora es el momento, antes de las elecciones para decirle a los votantes qué es lo vas a hacer con su voto y lamentable que un PP que tiene la posibilidad de formar una alternativa se dé por vencido y por fracasado antes de presentarse. Nosotros salimos a ganar y no nos rendiremos en ningún caso antes del 28 de abril. Esa alternativa la va a liderar Albert Rivera, no tengo ninguna duda.

-También hay un pacto entre PP y Foro y en Asturias y, de hecho Albert Rivera advirtió sobre la influencia de ese acuerdo en posibles retrasos en la Variante de Pajares ¿tienen algún temor al respecto?

-Tengo el temor de que sigamos discutiendo que si galgos o podencos, en una discusión absurda sobre el ancho que deben de tener las vías, que es algo que no se discute en ninguna parte del mundo y que aquí hemos convertido en categoría política. Son esos debates-rotonda a los que ha hecho referencia Juan Vázquez que son muy perjudiciales, hay que salir de ahí, apostar por la finalización de la estrategia que ya está en marcha, impulsarla, acelerarla y poner dinero de los presupuestos encima de la mesa y no estar desandando el camino que ya llevamos andado. Eso ya sucedió en el 2017 por la influencia de Cascos sobre el PP y no queremos que vuelva a suceder otra vez porque se está pagando un precio altísimo por esos caprichos personales. Queremos que la variante entre en servicio cuanto antes y hay que decirles a los asturianos que confíen su voto en aquellas fuerzas que tienen capacidad de construir y de mirar al futuro y no en aquellas que si en algo están especializadas es en destruir y en mirar al pasado.

-Un asunto que ha marcado el final de esta legislatura en Asturias es el de la descarbonización y su impacto en la industria ¿cuál es u posición al respecto?

-Albert Rivera lo dijo aquí en Oviedo con una frase, y es que hay que respirar pero también hay que comer. En los tiempos y en los ritmos de esa descarbonización está la clave. Y no tenemos por qué renunciar a industrias que tiene ahora Asturias y en las que es fuerte de forma apresurada o inmediata porque se ponen en riesgo un montón de puestos de trabajo. Lo que no puede ser es que los mismos que han estado muchos años despilfarrando el dinero público que había para generar un tejido industrial alternativo, que han desperdiciado año y años en los que sabíamos que la quema de combustibles fósiles estaba condenado a desaparecer , y esos que han desaprovechado el tiempo y el dinero que ahora no tenemos, no les vamos a admitir que nos den ninguna lección. Es que han fracasado en esa política, en la generación de esa alternativa. Podemos hablar de los fondos mineros, de las redes clientelares, del Caso Hulla, de tantas cosas; cuando son quienes han desaprovechado las dos cosas que ahora ya no tiene Asturias, el tiempo y los fondos. Lo desperdiciaron. Pero Asturias puede aprovechar las oportunidades de este nuevo modelo, por ejemplo, las torres eólicas para parques que se construyen en España y en Europa, salen de Avilés.

-Otro asunto que deberá marcar la próxima legislatura será el de la financiación autonómica.

-Ese es el gran debate y lo que decimos es clarísimo, no al cuponazo, no a los privilegios, sí a la España de la igualdad. En el 28 de abril habrá dos modelos que se van a contraponer, la España de las identidades, que es la de los privilegios y la desigualdad y en la cual Asturias se juega muchísimo, el futuro de la sanidad, de la educación y la dependencia.  Y frente a ese modelo, que es el de Sánchez, el PNV, ERC, con Bildu y con Compromís, está la España de la igualdad que está liderada por Ciudadanos. Que nadie piense que en Asturias vamos a tener una sanidad que nos cuesta el 45% del presupuesto si se imponen Sánchez y sus aliados, iremos a una España desigual en la que los servicios públicos van a sufrir muchísimo. Rajoy tendría que haber abordado esta reforma de la financiación autonómica y no lo hizo porque el PNV se lo impuso, Sánchez criticaba a Rajoy por no hacerlo y luego lo abandonó también porque se lo impusieron Torra, ERC y el PNV porque no quieren una financiación para que todos los españoles vivamos donde vivamos tengamos los mismos servicios públicos. Quieren consagrar el modelo del concierto económico, también para Cataluña o hasta para Valencia. Ese el debate fundamental y tanto PP como PSOE han demostrado que son incapaces porque su opción siempre ha sido gobernar bajo la influencia decisiva de los nacionalistas. Nuestro compromiso es abordar esta reforma bajo un modelo de país y de igualdad en los servicios públicos.

-Pero entonces, si diera la suma para que con un acuerdo con Ciudadanos no fuera necesario que el PSOE pactara con los nacionalistas ¿por qué lo vetan?

-Es que ya ha tomado su decisión, Pedro Sánchez ya ha dicho con quién quiere gobernar. Se vio hace una semana en el debate sobre los decretazos, y se dedicó toda la semana a convencer a Otegui y a Bildu. Esa fue su opción, y lo hizo ante en Pedralbes, ni siquiera es capaz de decir que no va a indultar a los que han dado un golpe a la democracia, no puede decirlo porque su opción es esa. Y con quien firmó en Moncloa los presupuestos fue con Pablo Iglesias. El voto a Sánchez es poner de vicepresidente a Pablo Iglesias y de vicepresidente de Administración Territorial a Puigdemont, es lo que ha hecho.