El exagente de viajes del Corte Inglés asegura Grueso y Rebollo eludieron diltadamente firmar el reconocimiento de la deuda del centro cultural
25 mar 2019 . Actualizado a las 11:33 h.El exempleado de Viajes El Corte Inglés José María Vigil, que afronta una petición fiscal de ocho años de prisión en el caso Niemeyer, ha reconocido este lunes que la facturación al complejo cultural avilesino era «un desbarajuste contable» pero ha asegurado que no había intención de ocultar nada.
El juicio por el caso Niemeyer, que juzga las presuntas irregularidades contables durante la etapa de Natalio Grueso el frente del equipamiento, se ha reanudado hoy en la Audiencia Provincial con la continuación de la declaración de Vigil, que ya el viernes negó que urdiera una «trama» para obtener «superávit» con la facturación.
Hoy, a preguntas de las defensas, ha afirmado que la Fundación Niemeyer era uno de los mejores clientes de Viajes El Corte Inglés porque en cinco años había facturado 2,3 millones de euros y esa circunstancia facilitó que el centro cultural tuviera una línea de crédito que finalmente se había «rebasado», lo que le llevó pedir un reconocimiento de deuda; según recogió la agencia EFE.
El exsecretario general de la Fundación, el abogado José Luis Rebollo, quien se representa a sí mismo en la causa por la que afronta una pena de dos años y tres meses de prisión, ha planteado un interrogatorio sobre su relación con las cuentas.
Vigil ha exculpado a Rebollo en la contabilidad y ha dicho que, como secretario general, «le daba largas» a devolver el documento de reconocimiento de deuda firmado alegando que estaban trabajando los auditores.
El exagente de viajes, que afronta una petición fiscal de ocho años de cárcel acusado de un delito de estafa en concurso con falsedad y de otro de malversación como cooperador, ya defendió el pasado viernes que en la facturación que emitió no hay ningún abono que no se corresponda con un servicio real.
Vigil admitió que incumplió el protocolo de actuación de El Corte Inglés al facilitar servicios a Grueso sin contar con la autorización de la oficina central, en Madrid, y que se descubrieron a raíz de que «debía mucho dinero», en una deuda que iba aumentando y que le iba comunicando al ex director general.
El agente envió varios correos electrónicos donde «desesperadamente» les pedía tanto a Grueso, como al también acusado José Luis Rebollo, ex secretario general de la Fundación, que firmaran un reconocimiento de deuda.
Sin embargo, a todas sus peticiones, Grueso le contestaba «dando largas», sin hacer pagos ni emitir transferencias, con excusas dilatorias de que no podía hacer frente en ese momento al abono de la deuda.
El Ministerio Fiscal pide la mayor condena para Natalio Grueso, quien afronta una pena de once años de cárcel por delitos relacionados con facturas falsas o manipuladas.
Su exesposa, Judit Pereiro, afronta una petición de dos años y seis meses por complicidad en un delito continuado de malversación.
La Fiscalía pide una pena de un año y seis meses de prisión para el ex jefe de Producción del centro cultural, Marc Martí, como presunto cómplice de un delito de malversación