El primer informe de ámbito municipal elaborado en el Principado pone de reflejo una brecha de desigualdad entre el área central y los territorios de montaña
03 abr 2019 . Actualizado a las 17:20 h.La medición de la calidad de vida de un territorio es un asunto complejo en el que intervienen variables que van desde la renta disponible, al acceso a servicios de educación y sanidad, la seguridad y las relaciones personales, el entorno medioambiental e incluso la percepción de bienestar subjetivo. Todos ellos han sido tenidos en cuenta por el Colegio de Ciencias Sociales y Políticas del Principado para elaborar el primer informe que establece en un ránking de calidad de vida por concejos en Asturias y las conclusiones son claras: hay más en el área central, especialmente en los núcleos urbanos que acumulan más población y también los principales centros administrativos, hay menos en los municipios que padecen mayor despoblación, en los territorios de montaña de las alas y todo ello está generando una brecha, que se acumula en el tiempo, de desigualdad dentro de la comunidad.
Los indicadores tomados como referencia por el colegio (hasta 48) son los utilizados por el INE en España y Eurostat en la UE pero no se habían tomado como referencia para un análisis por municipios y comarcas en Asturias hasta el momento según destacó el decano Jacobo Blanco quien advirtió además de que para tener unos servicios públicos «ambiciosos» y «potentes» es necesario contar con datos precisos para no caer en «ineficiencias» en un contexto de desplome de gasto e inversión. En el ámbito nacional, los autores destacaron que Asturias aparece entre las mejores comunidades salvo en un indicador, el del empleo.
Son seis los concejos que se encuentran por encima de la media de Asturias en estos indicadores de calidad de vida. A la cabeza se encuentra Oviedo con cuatro décima de diferencia sobre Gijón, seguidos de Noreña, Avilés, Ribera de Arriba y Llanera. En la cola del ránking aparecen los concejos de Villanueva de Oscos, Degaña, Amieva, Yernes y Tameza e Ibias, «La dimensión principal que define la calidad de vida es el empleo --destacó Blanco-- y donde hay más empleo cualificado es en el centro de Asturias». Todo ello deriva también en mejores salarios y mayor acceso a servicios sanitarios y educativos. En todo caso, a nivel comarcal y también gracias a agrupar servicios administrativos, las capitales municipales como Laviana o Cangas del Narcea, terminan por formar polos de bienestar.
El secretario del colegio y coordinador del grupo de trabajo del estudio, Antón González, destacó que, por ejemplo, el indicador de salud es «muy homogéneo» en todos los concejos, pero las percepciones de otras variables pueden variar enormemente. «Por ejemplo respecto a la contaminación, que es elevada en Oviedo y Gijón, pero se percibe menos, mientras que en Navia es muy alta al tener allí Ence». González destacó también que aunque las variaciones entre los seis primeros concejos de la lista no son de muchas grados, la diferencia de cuatro décimas entre Oviedo y Gijón se explica porque la capital «reúne salarios más altos, la administración publica, la universidad o el hospital de referencia de Asturias. Podríamos decir que aún en el caso de que Oviedo no apareciera la primera en ninguno de los indicadores, puntúa muy bien en prácticamente todos».
Los autores destacaron que sus conclusiones apuntan que hay una correlación entre la evolución demográfica municipal y las puntuaciones de los indicadores, de manera que «muy probablemente, sea la calidad de vida, en su sentido más amplio, lo que determine en buena parte la evolución de la población». En este sentido, dado que los mejores valores se cosechan en el área central y respecto al debate abierto sobre el desarrollo del área metropolitana, Blanco destacó que se necesitan «políticas específicas para tratar territorios que son mujy desiguales, tiene que haber un tratamiento diferenciado para el área central y otro específico, y además urgente, para lo que no lo es».