Francisco Álvarez-Cascos regresa más de ocho años después a la sede nacional del PP para cerrar el acuerdo de coalición entre su antiguo partido y Foro
25 feb 2019 . Actualizado a las 22:00 h.Más de ocho años después su abrupta salida del PP, Francisco Álvarez-Cascos regresa mañana -de forma oficial, con luz y taquígrafos- a la sede nacional del partido que dejó en 2011 tras el rechazo de Mariano Rajoy a que fuese candidato en Asturias de la formación donde fue, casi una década, el general secretario. Así se referían a Álvarez-Cascos en su etapa como número dos del partido buena parte de los dirigentes populares a los que sorprendió en una fecha como el día de Año Nuevo con su presencia en la calle Génova para entregar la carta en la que renunciaba a su militancia.
Mañana volverá a cruzar las puertas de la sede popular para cerrar el acuerdo que permita reeditar el próximo 28 de abril la coalición entre su antiguo partido y Foro, la formación de la que ahora es vicepresidente y que puso en marcha al salir del PP para ganar, sólo cinco meses después, las elecciones en el Principado. Tras gobernar Asturias apenas diez meses y convocar elecciones anticipadas, por primera vez en la historia de la autonomía, Álvarez-Cascos no logró repetir éxito en 2012 y dio paso al mandato del socialista Javier Fernández, iniciando así un progresivo declive en los sorprendentes resultados de un partido recién creado.
Discrepante en el PP del Rajoy opositor y del gobernante, pero sin perder nunca el contacto ni la cercanía política a José María Aznar -el líder al que aupó a la presidencia del partido y de cuyos gabinetes siempre formó parte-, el Foro de Álvarez-Cascos logró en 2011 un único e irrelevante escaño por Asturias en el Congreso ante la mayoría absoluta de que disfrutó el PP en esa legislatura. Las autonómicas asturianas, en las que Foro pasó sucesivamente de 16 a 13 y luego a 3 diputados, no auguraban un buen resultado en las generales de 2015, pero foristas y populares dejaron atrás sus reproches mutuos para lograr en coalición tres escaños en Asturias en las generales, resultado que se repitió en las de 2016.
El PP asturiano quería «arrollar» en ambos comicios y abrió su candidatura a Foro, que logró así un acta de diputado y otra de senador, un premio «excesivo» para muchos dirigentes populares dadas las perspectivas con que, a priori, contaban los foristas. Esas coaliciones nunca lograron acercarse a los resultados sumados por ambos partidos por separado en 2011 o 2012, pero el escaño logrado por Foro sí resultó decisivo para que el PP lograra la aprobación de los Presupuestos del Estado de 2017 y 2018.
En ese periodo, Cascos, que años antes fue protagonista en la primera ruptura del PP asturiano que acabó con el único presidente popular del Principado, Sergio Marqués, expulsado del partido, dejó formalmente el liderazgo de Foro en manos de Cristina Coto, que terminó dimitiendo como presidenta y portavoz parlamentaria. «Seguramente demasiado tarde he alcanzado a entender que para estar y no ser, mejor no estar», afirmó Coto entonces, tras señalar que nunca tuvo capacidad de decisión «sin intervención externa».
Renovación del pacto electoral con el PP
Con esas perspectivas y la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, al frente del partido y de la lista autonómica, Foro busca ahora renovar su pacto con el PP y mantener su presencia en las Cortes, otra «puerta abierta» a la supervivencia de un proyecto político en la que algunos dirigentes populares asturianos ven una demostración de la renovada influencia de Cascos en su antiguo partido.
Ese posible acuerdo ha abierto nuevas discrepancias en un PP asturiano dividido desde que Pablo Casado optara por Teresa Mallada para la candidatura autonómica frente a la presidenta del partido, Mercedes Fernández, recién reelegida por una amplia mayoría. Así, si para Mallada-que al igual que Fernández se inclinó por Soraya Sáenz de Santamaría en las primarias- las bondades de un nuevo acuerdo con Foro son cuestionables, para la presidenta popular el acuerdo es positivo y no verlo así «es miopía política».
La nueva presidenta forista trasladó a Casado su disposición al acuerdo en la manifestación de la plaza de Colón, donde se sumó a la foto de los líderes convocantes, una día después de que Cascos ejerciera de general secretario en una concentración previa en Oviedo para advertir a Vox, que criticó quedarse fuera de la imagen de cabecera, de que «la pancarta la cubren los que la pagaron».