Apenas hay personal cualificado y ya existen granjas que optan por instalar sistemas alternativos como robots de ordeño
25 feb 2019 . Actualizado a las 11:25 h.Cada vez hay menos granjas lácteas en Asturias y las que quedan, para que sean rentables, han tenido que adaptarse a los nuevos tiempos lo que en muchos casos ha supuesto un desembolso económico para mejorar sus instalaciones y su maquinaria. Es la reconversión láctea que ha dado un vuelco al sector y que ha cambiado el esquema de las explotaciones ganaderas de la región. Ahora las granjas que quedan en Asturias son más grandes, es decir tienen más ganado para conseguir la producción de leche necesaria, y han tenido que ampliar su terreno de cultivo para poder continuar con su actividad. No han sido los únicos cambios que ha sufrido el sector en los últimos años. Desde hace un tiempo tiene que enfrentarse además con la falta de mano de obra. El sector lácteo cada vez tiene más dificultades para encontrar trabajadores para ordeñar el ganado. Y si además, el ganadero busca una especialización, entonces, las opciones se limitan aún más. «Para ordeñar hay que saber hacerlo. Saber qué vacas puedo ordeñar y cuáles no, detectar anomalías o enfermedades…», explica Mercedes Cruzado, secretaria regional de Coag-Asturias.
En otras comunidades autónomas, como por ejemplo en Galicia, también con amplia tradición ganadera, esa falta de mano de obra ya obliga a los ganaderos, cada vez más, a optar por otros sistemas alternativos de extracción de leche: robots de ordeño. En Asturias, aunque cada vez hay más granjas que cuentan con esta instalación, todavía no es algo generalizado ya que su elevado coste, unido a que la mayoría de las explotaciones que hay en Asturias son pequeñas o de tamaño medio, hace muy cuesta arriba para el ganadero desembolsar los más de 60.000 euros que cuesta un robot. «Es una opción muy buena, pero lo que ocurre en nuestra región es que la mayoría de las explotaciones, por su tamaño, opta porque la mano de obra sea familiar y mantener así la actividad. Es un lujo para un ganadero que cuenta con 50 o 60 vacas», matiza Cruzado.
Un solo robot puede llegar a ordeñar entre 60 a 70 hembras lecheras. Eso sí, obliga al ganadero a estar pendiente de posibles averías. De hecho, los expertos explican que puede ser una opción en granjas más grandes, es decir, a partir de 150 o 200 vacas. En las oficinas de Coag-Asturias atienden consultas de ganaderos que se interesan por este sistema alternativo de ordeño, pero aún son casos puntuales. «Les informamos de las condiciones, de si existen ayudas o no, les acompañamos con el papeleo», confirma Cruzado.
Trabajo, alojamiento y comida
El problema no es solo la falta de trabajadores en el sector. Se le añade además la dificultad de encontrar mano de obra especializada. Por eso muchos ganaderos deciden contratar a una persona sin experiencia y enseñarle el oficio desde cero. Pese a ello, el abanico no es muy extenso y encontrar personas dispuestas a trabajar en el campo es cada vez más complicado. Aunque cada granja tiene sus condiciones y sus peculiaridades, la mayoría incluye además del sueldo (ronda los 1.000-1.400 euros), el alojamiento y la comida. «Es habitual que la explotación que contrata una empleado le considere como uno más de la familia y le ofrezca alojamiento y la comida», matiza Cruzado. En muchos casos, se trata de personas extranjeras que tienen la familia fuera y que quieren aprender un oficio nuevo y buscarse un hueco donde labrarse un futuro.