El banco, con casi 4.000 trabajadores y 684 oficinas, también negocia su fusión con Unicaja. Solo cuenta con cinco oficinas en Galicia
22 feb 2019 . Actualizado a las 17:11 h.Liberbank es la entidad resultante de la fusión de tres antiguas cajas, Cajastur (16,1%), Caja Cantabria (3,36 %) y Caja Extremadura (4,8%), que ahora tiene como máximos accionistas a las fundaciones bancarias de las tres
-Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura-, además de al fondo Oceanwood (16,7%), a la familia Masaveu (5,52%) y a los inversores mexicanos Ernesto Tïnajero (7,42%) y Davinci Capital del también mexicano Gustavo Tomé.
Su última estrategia se ha basado en sanear sus cuentas y desprenderse de activos tóxicos, que provocaron hace unos meses un duro ataque de especuladores bursátiles. La ampliación de capital de 500 millones de hace un año ha ayudado a revertir la situación y la entidad se ha transformado en un suculento objetivo en el sector bancario. Además del interés de Abanca, lleva meses negociando con Unicaja una fusión. La entidad andaluza cotiza estos días en mínimos.
El banco de raíz asturiana obtuvo en el 2018 un beneficio neto de 110 millones de euros, frente a los 259 millones de pérdidas de un año antes, gracias al dinamismo de la actividad comercial y la reducción de gastos, que permitieron la mejora de márgenes. Los costes operativos de Liberbank se sitúan en el entorno de los 400 millones y tiene una capitalización de más de 1.300 millones de euros.
La propia entidad reconoce en su web que en la actualidad cuenta con una plantilla de 3.932 trabajadores que atienden un total de 684 oficinas nacionales, cinco de ellas en Galicia. La red de cajeros asciende a 1.281. La principal implantación territorial está en las regiones de referencia de las cajas fundadoras: Asturias, Cantabria, Extremadura y también en Castilla-La Mancha, como resultado de la absorción de la antigua caja de esta comunidad.
En cuanto a la política de personal, tiene en marcha la salida de 525 trabajadores, algo pactado en el último plan válido hasta el 31 de diciembre de 2019. El plan, ratificado por el Tribunal Supremo, prevé bajas incentivadas para 525 de los 4.000 trabajadores actuales e incluye la salida voluntaria de los nacidos entre 1956 y 1959, con una remuneración de entre el 75 y el 80% del salario neto, así como bajas incentivadas con indemnización de 33 días por año trabajado, con un límite de 120.000 euros
Los contactos con Unicaja, adelantados en el mes de diciembre, parecían hasta el momento seguir por buen camino, según han confirmado periódicamente ambas partes. Si esa operación cristalizase se crearía el sexto gigante de la banca en España, con cerca de 11.000 trabajadores y 1.800 oficinas, con 96.000 millones en activos y una cuota de mercado del 4 %.