Las vacunas ya son un requisito obligatorio para las guarderías asturianas

Carmen Liedo

ASTURIAS

Los centros privados las ponen como «condición» a la hora de matricular a los menores. En las públicas no es una exigencia aunque piden información al respecto a los padres

20 ene 2019 . Actualizado a las 09:47 h.

La vacunación ha sido un hito en la historia de la humanidad y, de forma relevante, en la población infantil que en el pasado sufrieron enfermedades que les dejaban grandes secuelas o, incluso, les causaban la muerte. En la actualidad, en España, la decisión de vacunar o no a los hijos es de los padres en tanto en cuanto en nuestro país la vacunación es recomendable pero no es obligatoria como sucede en otros países europeos del entorno. Esa autonomía puede generar controversia en ocasiones a la hora, por ejemplo, de inscribir a los pequeños en guarderías. Justamente, hace unos días se conocía una sentencia en la que un juez avalaba la decisión de un ayuntamiento barcelonés que se negó a matricular en el centro infantil municipal a un niño que no estaba vacunado al considerar que es «una opción minoritaria que pretende sobrepasar al derecho a la salud del resto de niños y sus familias». Aquí en Asturias el dato que aporta la Asociación Asturiana de Pediatría de Atención Primaria es que más del 97% de los niños están vacunados. Pero, ¿es necesario estar al día en la cartilla de vacunación para entrar en una guardería o escuela infantil?

¿Pública o privada?

Pues bien, eso dependerá de si se trata de una guardería privada o de una escuela pública de las de la red de 0 a 3 años. Desde la Asociación de Escuelas Infantiles del Principado de Asturias dejan claro que para entrar en uno de los centros integrados en el colectivo, «que los niños estén al día con las vacunas» es una «condición» en todos ellos pese a no ser obligatorio por ley. La presidenta de esta Asociación, Paula López, explica que es «una exigencia» que se plantea a los padres ya en el periodo de matriculación y que se hace «por el bien del grupo» porque «te poner en un tema muy importante y delicado». La misma reconoce que en el centro que ella dirige no se le presentó ningún caso en diez años de niños que no estuvieran vacunados.

La anterior representante de este colectivo, Berta Avello, indica que en Aseipa siempre se ha puesto como requisito y no comparte que aquellos padres que no quieren vacunar a sus hijos se escuden en el conocido como «efecto paraguas», que es el efecto protector que se despliega en la comunidad cuando en esta la mayoría de los ciudadanos está correctamente vacunados. En su opinión eso genera «un riesgo entre comillas», y alude a que hoy en día se viaja por todo el mundo con bastante facilidad y llegan a nuestro país personas de zonas en las que la vacunación no está generalizada «y eso hace que aparezcan a veces enfermedades que estaban erradicadas». Así, la misma coincidiendo con su sucesora en el cargo, dice que para salvaguardar la salud del grupo, «por higiene y seguridad, la vacunación se exige en los centros privados».

La cosa cambia en los centros públicos. En los colegios no se pide que los niños estén vacunados y tampoco en las escuelas infantiles de 0 a 3 de la red pública, de acuerdo con que en nuestro país no es obligatorio. Si bien es cierto que, aunque no es una exigencia, en estos centros sí se pide bien la cartilla de vacunación a título informativo o se solicita esa información a los progenitores para elaborar un documento de seguridad y salud en algunas escuelas infantiles, información que se trata de forma interna y bajo la ley de protección de datos. En el caso de que haya niños no vacunados, lo que se hace es realizar una consulta al pediatra pertinente para que informe si se puede generar algún problema en la comunidad, aunque matizan desde alguno de estos centros que «principalmente el problema lo puede tener el niño no vacunado». Sin embargo, se deja claro que «es la familia la que toma la decisión de vacunar o no porque la ley no obliga y los niños tienen el derecho a la educación».

Los opinión de los pediatras

El presidente de la Asociación Asturiana de Pediatría de Atención Primaria, José Ignacio Pérez Candás, confirma que efectivamente «el riesgo es para el niño que está sin vacunar» y que aludir al «efecto paraguas» de los que están vacunados es «una falsa seguridad» por ser un país en el que se viaja mucho y al que llegan personas de muchos otros países, con lo que pueden llegar enfermedades al nuestro con cierta facilidad porque los periodos de incubación pueden ser largos. Por esa razón, entiende que haya guarderías en las que la vacunación sea una exigencia aunque en España no sea obligatorio. Para él, la posición clave es que «la libertad de uno termina donde comienza la de los demás».

No obstante, matiza que los pediatras no son partidarios de imponer nada y que respetan la autonomía de los padres para decidir si vacunan o no. En todo caso, tiene en cuenta que «más del 97%» de la población infantil está vacunada y que «la cobertura de vacunación es grande». Otra cosa sería, apostilla, que esa cobertura bajara poniéndose en peligro a la población, ante lo cual entendería que las autoridades tomaran medidas. «Pero, hoy por hoy, como pediatras, consideramos que no conviene obligar», manifiesta José Ignacio Pérez Candás, que insiste en que, sobre todo, «el riesgo es para el niño que está sin vacunar».

Varias comunidades lo exigen

En España la vacunación es recomendable, no obligatoria. Pero hay comunidades que han regulado en su normativa que sí es un requisito para acceder a las guarderías. En Castilla y León, por ejemplo, aparece reflejado en las normas de admisión. Desde el departamento de Educación aseguran que está regulado, se exige, y el centro puede poner pegas para admitir al menor en caso de no presentar la cartilla. Lo mismo explican desde la Generalitat catalana. Al hacer la preinscripción hay que presentar el carné de vacunaciones, y si el menor no lo tiene por indicación médica u otras circunstancias, un documento del facultativo que así lo acredite.

No es obligatorio pero se exige en muchos centros. ¿Qué ocurre entonces si un menor no está al día en el calendario y una guardería no quiere admitirlo? La respuesta no es tan sencilla como parece.

Los jueces se pronuncian

Ya hay sentencias que dan la razón a escuelas infantiles que se han negado a admitir a niños no vacunados. Esto no hace obligatorio vacunarse, pero sí impide que el niño se escolarice en ese centro. En el año 2000 el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña dio la razón a una escuela infantil por este motivo. Y lo argumentó así. «La convivencia en un estado social supone no solo el respeto de los derechos fundamentales a título individual, sino también que su ejercicio no menoscabe el derecho del resto de la sociedad... Así pues, no estamos ante una vulneración del derecho a la educación, sino ante el incumplimiento de unas obligaciones que tienen como finalidad la prevención de enfermedades». Y de forma similar se posicionó el Tribunal Superior de La Rioja en el 2002, que dice que nada obliga a vacunar, pero la Administración tiene potestad para imponer esa exigencia a quien quiera acudir a una guardería.

El pasado 8 de enero, el Juzgado de lo Contencioso Administrativo 16 de Barcelona emitía una sentencia en la que defiende que, al querer matricular al hijo no vacunado, los padres «olvidan los derechos de los demás, ya que entienden que su derecho a asistir a una guardería es superior al derecho a la salud del resto de niños», dando así la razón a la guardería que se negó a inscribir a un menor no vacunado. En la sentencia se deja claro, además, que «no existe indicio de vulneración de libertad ideológica» dado que a la familia «no se le ha obligado en ningún momento a vacunar a su hijo».