Las explotaciones que cesan sus extracciones son los mayores centros de trabajo que tienen en la actualidad los municipios de Laviana y Aller
31 dic 2018 . Actualizado a las 19:22 h.Desde que empezara la reconversión industrial y minera allá por la década de los 90, las cuencas no han dejado de llevar batacazos de los hacen difícil sobreponerse: el cierre de minas, la decadencia de la industria siderúrgica y las falsas empresas de reactivación han hecho que haya razones para preocuparse por el devenir de estos territorios en los que sólo gana terreno la despoblación y el desempleo. El último golpe que tendrán que afrontar las comarcas mineras del centro de la región será el cese de la extracción de carbón en los pozos Carrio y Santiago, ya que estas explotaciones mineras son los mayores centros de trabajo que tienen en la actualidad los municipios de Laviana y Aller.
Aunque el preacuerdo alcanzado entre sindicatos y Hunosa prorroga parte del empleo de estas explotaciones mineras durante los dos años que se prevé que pueden durar las labores de recuperación de material previas al abandono de las mismas, para los trabajadores que vayan a desarrollarlas no deja de ser otra cuenta atrás cuyo final, por el momento, es la incertidumbre. La misma que viven quienes presienten que van a tener que dejar estos centros de trabajo y que serán trasladados a un puesto que todavía desconocen en el pozo Nicolasa, el único que se mantendrá con actividad a partir del 1 de enero de 2019 para abastecer de carbón a la térmica de La Pereda, también propiedad de Hunosa.
Transición, así no
La incidencia que estos cierres pueden tener en las cuencas ha sido valorada de forma «negativa» por la secretaria general de la Unión Comarcal de CC OO del Nalón, Esther Barbón, quien incide en que estos territorios no se pueden permitir la pérdida de centros o puestos de trabajo. Por eso, aunque ante el cierre de Carrio y Santiago se ha mostrado consciente de que «fue el mejor acuerdo al que los compañeros pudieron llegar dada la situación», la responsable sindical ha manifestado su desacuerdo con el calendario de cierres para la minería que ha impuesto el Estado porque, en su opinión, «una transición justa no se puede hacer como la hace el Gobierno». Su reproche, por tanto, ha sido para la falta de un tejido alternativo para las comarcas mineras, el cual reivindica y exige desde ya. «Decían que por cada puesto de trabajo que se destruyera iban a crear cuatro. ¿Dónde están? Nosotros vamos a exigir esos empleos», ha dicho Esther Barbón, advirtiendo que estarán vigilantes de que así se haga y que los empleos se queden «en el lugar en el que se pierden».
Especialmente duro con el cierre de estos dos pozos se ha mostrado estos días el alcalde de Aller, David Moreno Bobela, que pone el acento en que el pozo Santiago «es la mayor empresa que tiene el concejo» en la actualidad, y lo hace sin querer entrar en localismos porque dice que «al hablar de esto hay que hablar de las comarcas mineras como un todo» porque «el problema es general» para todo el territorio, advierte. De hecho, recuerda que parte de los trabajadores de la explotación ubicada en Caborana proceden de otros territorios.
Para el regidor, el cese de la actividad en el pozo Santiago supone «un varapalo para la economía del concejo y para la del resto de la comarca» porque entiende que genera un tejido económico indirecto que ahora también se pone en riesgo. «La actividad minera es el eje de estos territorios, y si desaparece la economía se va a resentir y la población se va a disparar de nuevo», señala David Moreno, que lamenta que «nos estén condenando a convertirnos en un desierto». Así, el mismo reivindica la transición justa de la que habla el Gobierno central que encabeza Pedro Sánchez y matiza que «transitar hacia algo es hacer un cambio de una forma no abrupta, pactado y concertado con los territorios. Pero no debe ser abrupta, porque entonces deja de ser justa».
Lo que asegura no entender el alcalde allerano es que «con las comarcas mineras incumple todo el mundo pero estos territorios tienen que tragar con las fechas que les impongan», critica antes de hacer mención a los fondos de reconversión que la Administración central debe a los ayuntamientos o los que nunca llegaron porque el anterior Gobierno de Mariano Rajoy los suspendió en 2011. Esto, sumado a los últimos acontecimientos, con la confirmación de cierre de los pozos Santiago y Carrio, han generado «enfado e indignación» en el regidor allerano, que vaticina que si no se genera un tejido económico alternativo, «Asturias será un paraíso ambiental de muertos de fame», ya que apunta que «al calor del carbón se están generando problemas en la industria electrointensiva de la región».
David Moreno ha cargado también contra la pasividad de los municipios mineros ante estos nuevos cierres que se plantean en la minería, por lo que hace unos días remitía una carta a la Asociación de Comarcas Mineras (ACOM) en la que exigía «un pronunciamiento expreso» en defensa del sector, a la vez que criticaba que responsables regionales como el presidente del Principado, Javier Fernández, o el secretario de la FSA, Adrián Barbón, no se hayan posicionado «cuando Pedro Sánchez vino a hacerse grande a las cuencas».
Para el concejo de Laviana, el pozo Carrio también es el mayor centro de trabajo del concejo y, por tanto, su cierre también tendrá incidencia en este municipio y en la comarca del Nalón, que tras el cese de la extracción de carbón se quedará sin actividad minera alguna. Pese a que La Voz de Asturias trató de recabar la opinión y valoración del alcalde lavianés, Julio García, esto no fue posible.