El Principado fue la comunidad que menos creció en las últimas tres décadas, junto a Castilla y León, Galicia y Cantabria. Un informe no se explica el escaso crecimiento de Asturias pese a la millonaria inyección de fondos europeos
07 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Una economía al alza, pero muy inferior al del resto de regiones. El análisis del crecimiento de todas las comunidades españolas en los últimos 30 años revela que el entramado económico de Asturias es el más endeble del país. El Principado registró un crecimiento acumulado en su actividad del 45%, lo que supone un exiguo promedio anual medio del 1.2%, lejos del 2.3% nacional. Asturias fue el área más estancada de España en este periodo 1987-2017, un dato que contrasta con el dinamismo de Madrid, el eje mediterráneo y las islas. Las cuatro regiones del Noroeste peninsular, aliadas en un frente económico y político, conforman el furgón de cola de la economía española: son las que menos crecen de España.
El informe de la consultora Afi estudia la evolución de las regiones españolas en términos comparados y Asturias sale malparada. El Principado es la región más estancada de España con un crecimiento del 45%. El estudio identifica la falta de convergencia con las regiones menos beneficiadas con los fondos europeos, aunque reconoce que no es el caso de Asturias, que recibió cuantiosas ayudas europeas. En el extremo opuesto está Murcia, la región más dinámica después de Madrid, cuyo PIB es un 122% superior al de 1987. Las regiones más vinculadas al arco mediterráneo son las que han experimentado un crecimiento que ha superado al resto, aunque con excepciones como La Rioja o Canarias, lo que constata un cambio de foco. Mientras en el pasado la cornisa cantábrica era un área pujante y desarrollada, ahora el auge económico se ha concentrado en la zona oriental, la extrapeninsular y Madrid.
El Noroeste peninsular, que en los últimos tiempos ha estructurado un frente social, político y económico (con las patronales y las cámaras de comercio a la cabeza) para hacer frente a las necesidades perentorias en materia de infraestructuras o industria, aparece en el informe con un declive galopante. En las últimas tres décadas, por ejemplo, la Comunidad Valenciana ha duplicado su actividad mientras que el crecimiento de Cantabria ha sido del 64%, el de Castilla y León ha alcanzado un 70% y el de Galicia un 88%. Junto a Asturias, son las cuatro regiones con un menor crecimiento. Ceuta y Melilla crecieron un 106%.
La conclusión general del informe de Afi es en general muy positivo de este periodo, que califican como «una de las etapas de mayor expansión y progreso social de nuestra historia». La integración en la UE y las transferencias de competencias a los Gobiernos regionales son dos de las razones que explican este crecimiento, según Afi. Otra conclusión que extrae es que las regiones que más han convergido se han beneficiado de financiación europea por encima de la media. En cambio, buena parte de los territorios que han retrocedido en convergencia son los que han recibido menos fondos europeos o han tenido que gestionar un mayor crecimiento de la población, como el caso de Valencia. En este caso, la excepción es Asturias. «No obstante, hay regiones como Asturias o Cantabria que no han avanzado en convergencia y no puede decirse que hayan resultado perjudicados en el reparto de fondos», señala el estudio.
Un análisis de las últimas tres décadas de evolución económica regional nos muestra que el crecimiento de las regiones españolas ha sido tan acentuado en términos globales que ha permitido alcanzar una mejora generalizada de los niveles de desarrollo en todas las regiones, «más allá de la discontinuidad que puede observarse en los distintos ciclos económicos que han ocurrido en ese periodo». Cabe recordar que en estas últimas tres décadas se han producido dos periodos de recesión de distinta importancia, durante la primera mitad de los noventa y, sobre todo, la más reciente que se originó desde finales de la pasada década.