El anuncio de cierre de la planta de Alcoa, la incertidumbre que se cierne sobre las térmicas o la compleja situación de la minería vuelven a generar inquietud en la región cuando aún colean las consecuencias económicas y sociales de las anteriores. Algunas voces apuntan al «riesgo de contagio» tras la marcha de la factoría avilesina
14 nov 2018 . Actualizado a las 17:06 h.Hace meses que en Asturias se habla de que la región estaba al borde de otra reconversión industrial y los últimos acontecimientos parecen indicar que ya golpea a la región. El anuncio de cierre de la planta de Alcoa, la incertidumbre que se cierne sobre las centrales térmicas o la compleja situación de la minería vuelven a generar inquietud en la región cuando aún colean las consecuencias económicas y sociales de las anteriores. La Comunidad tuvo que afrontar no hace tanto una reconversión siderúrgica, otra reconversión minera e, incluso, una reconversión naval. La reconversión industrial que se avecina ahora puede ser la pescadilla que se muerde la cola por la interconexión existente entre la minería, la generación de electricidad y las empresas electrointensivas, que mayoritariamente se encuentran en la región. El caso es que, analice como se analice, siempre se generan consecuencias: el cierre de la minería lleva de la mano la clausura de las térmicas y un encarecimiento de la electricidad repercute en los costes de producción de factorías como la aluminera. Visto de otro modo, si cierran las térmicas no se necesitará carbón y, de igual modo, se encarecerá la energía para las empresas. O también se puede dar la situación que el cierre de factorías, como la de Alcoa, conlleve una menor demanda de energía y, por tanto, se den razones para cerrar las centrales, que dejarán de necesitar mineral. Es por ello, que algunas voces apuntan al «riesgo de contagio» por la marcha de la planta avilesina.
El anuncio hace casi un año del posible cierre de la central térmica de Lada ponía en alerta al ámbito político y sindical asturiano. El propio presidente regional, Javier Fernández, advertía el pasado año al termino del debate de orientación política que de concretarse dicho cierre la región se enfrentaría «a otra reconversión industrial» y alertaba de los efectos que podría tener en la tarifa eléctrica un cierre «prematuro» de las térmicas por sus repercusiones para la industria «de Asturias y de España». Hace poco más de un mes añadía el riesgo de deslocalizaciones que se podían generar si las térmicas cerraban.
CCOO iba más allá y hace unas semanas aportaba cifras sobre lo que supondría esa nueva reconversión en términos de empleo a Asturias: nada menos que 60.000 puestos de trabajo, alrededor del 15% del empleo de toda Asturias. Este dato era para la Federación de Industria de este sindicato el resultado del efecto dominó que podría tener el cierre acelerado de las centrales térmicas. Se trata de Aboño y Soto de Ribera, de EdP; Lada, de Iberdrola; y Soto de la Barca, de Gas Natural Fenosa, que según CCOO, «generan casi 600 puestos de trabajo, entre directos y de contratas». A ellos, el sindicato añade también que «las paradas para reparaciones y trabajos de mantenimiento suponen la contratación de entre 250 y 300 personas». En el documento se sumaban los apenas 1.800 empleos en la actualidad quedan en la minería y todos los empleos de las industrias electrointensivas --es decir aquellas para las que la electricidad es un factor esencial de su proceso-- ya que son altamente dependientes de que la energía tenga un precio competitivo. Son Arcelor, con 5.500 puestos de trabajo, Alcoa, con 400, y Asturiana de Zinc, con 870, todos ellos directos aunque a su alrededor se puedan contar varios centenares más indirectos.
Tras el anuncio de cierre realizado ayer por la multinacional Alcoa aparecía la preocupación por el «riesgo de contagio». Era el presidente del Comité de Empresa de la factoría avilesina el que apuntaba que «en el momento que una multinacional se marcha, otras toman nota». Así, el mismo advertía que «puede ser un virus contagioso», porque tenía en cuenta que «el problema de la energía afecta a todas las empresas». Daniel Cuartas apostillaba que «están todas en la misma comarca» en el caso de las electrointensivas que generan un mayor número de puestos de trabajo.
«Rechazo frontal» de los sindicatos
La decisión de Alcoa de clausurar las factorías de Avilés y La Coruña esgrimiendo como motivos el encarecimiento de la materia prima y de la electricidad recibía durante la jornada de ayer el «rechazo frontal» de los sindicatos UGT-FICA y CC OO. El primero exigía la retirada del ERE que supondía el despido de los 400 trabajadores por entender que no existe «ninguna causa que lo justifique, y por entender que las motivaciones alegadas por la empresa no son reales», y recordaba que «ésta fue también la justificación del anterior ERE que presentó la compañía y que ella misma, tácitamente, reconoció como inexistente, cuando optó por la retirada del expediente presentado a finales del año 2014, motivado en la mismas falsa justificación».
A aquella situación de hace cuatro años ha hecho referencia también CCOO de Industria, que ha explicado a través de un comunicado que darán todos los pasos necesarios para garantizar la continuidad de los puestos de trabajo. Así, junto con la Sección Sindical de CCOO en Alcoa Avilés exigirán a la multinacional «la retirada inmediata de la medida planteada y que los esfuerzos se centren en buscar las fórmulas para garantizar el mantenimiento del empleo y su viabilidad futura».
«Realizaremos todos los esfuerzos necesarios para que se revierta la intención de despido y hacemos un llamamiento a las administraciones locales, regional y muy especialmente a la administración central para aunar esfuerzos en defensa de los puestos de trabajo», han trasladado desde el sindicato, que advierte que «Avilés y su comarca se están viendo sometidos a una situación de desmantelamiento industrial que, como ya habíamos denunciado desde nuestra organización, se está viendo agravada en los últimos tiempos». Por ello, CC OO considera fundamental que desde la administración central se avance en el establecimiento de medidas que permitan competir a la industria asturiana, especialmente a la electrointensiva, en igualdad de condiciones y que no puedan generarse situaciones que den la excusa a multinacionales depredadoras como Alcoa para plantear medidas de este calado.
En el ámbito político, Gaspar Llamazares, portavoz parlamentario de IU en la Junta General, y José Manuel Zapico, secretario general de CCOO de Asturias, coincidieron ayer lunes en la necesidad de diálogo, negociación y acuerdo para despejar las incertidumbres que afectan a la comunidad autónoma, tanto en el ámbito económico como en materia energética, de infraestructuras o presupuestaria. Llamazares advirtió de que «Asturias se encuentra ante el riesgo de una nueva reconversión dura del sector industrial y ante el riesgo de bloqueo político y presupuestario». A juicio de José Manuel Zapico, Asturias se la juega en la transición energética, porque se encuentra «a las puertas de una nueva reconversión industrial».