La expresidenta de Foro, que dimitió tras ser desautorizada por el partido, recalca que está «satisfecha» en su retorno a la abogacía
05 oct 2018 . Actualizado a las 12:41 h.La expresidenta de Foro Asturias, Cristina Coto, descartó en este momento regresar a la política activa. La invitación le llegó, y de forma reiterada hasta en dos ocasiones, por parte de la presidenta del PP asturiano, Mercedes Fernández, quien en público comentó que tenía «un café pendiente para hablar de política» con Coto. La expresidenta de Foro señaló que «de momento estoy en la abogacía» después de regresar a su carrera profesional donde destacó que se encuentra «satisfecha» y señaló que no contempla en modo alguno, al menos en el medio y corto plazo, volver a participar en la vida pública.
Coto agradeció el trato personal recibido por Mercedes Fernández en los momentos en los que presentó su dimisión como presidenta del partido y portavoz parlamentaria de su grupo en la Junta General aunque insistió en que no se plantea regresar a la política. Tanto Coto como Fernández formalizaron en noviembre de 2015 una coalición electoral de cara a los comicios generales de ese año y que se repitió en el posterior adelanto electoral, con muy buenos resultados para ambas formaciones. La alianza salió de las urnas como la fuerza más votada en Asturias y Foro (que arrastra desde la anterior legislatura una notable decadencia electoral) logró un escaño en el Senado -que corresponde a Rosa Domínguez de Posada- y otro en el Congreso -para Isidro Martínez Oblanca-; este último además muy valioso durante el mandato de Rajoy (antes de la moción de censura) toda vez que el PP se encontraba en minoría y precisaba atar cada uno de los votos de la cámara mediante acuerdos. Fue así como, en la primera negociación presupuestaria de la legislatura, la formación casquista consiguió revertir el proyecto de los túneles de la Variante de Pajares, imponiendo un cambio en el diseño de la vía (de ancho ibérico a internacional) y que retrasaron su apertura, al menos, hasta el año 2020.
El pasado 26 de septiembre, Mercedes Fernández tuvo palabras de elogio para Coto señalando que tiene una «buenísima opinión» de la exdirigente forista y que tuvo «una elegancia política en el abandono de su máxima responsabilidad». Pero las valoraciones no fueron iguales para con la actual alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón -nueva presidenta de Foro y que será candidata del partido en las autonómicas- respecto a quien Fernández, a finales de agosto, apuntó que veía en ella un obstáculo para reeditar la alianza del centro derecha asturiano diciendo que «en Gijón intentamos hacer una coalición y no fue posible, no fue posible ni siquiera hablar con Carmen Moriyón para articularla». De hecho, durante las anteriores elecciones generales, tanto las de diciembre de 2015 como en las anticipadas de junio de 2016, la agrupación local de Foro en Gijón, liderada por Moriyón se negó a participar en actos conjuntos de la coalición de PP y Foro y sólo celebró los de su propia formación.
Siendo ya confirmada como presidenta de Foro, Moriyón se mostró abierta a «entendimiento con todos los grupos» pero remarcando que en ese proceso mantendría la defensa de un «programa propio de Foro». Moriyón -que según los estatutos de Foro no puede repetir en la cabeza de cartel a la alcaldía de Gijón al haber completado dos mandatos consecutivos al frente del gobierno municipal- se lanzó a la presidencia del partido impulsada por una plataforma de agrupaciones locales, encabezadas por la de Siero, que reclamaban auparla a la dirección del partido casi por aclamación. En ese momento, aunque Coto no había manifestado intención de pujar con Moriyón por el puesto comenzó a sentir que se le desautorizaba internamente. La crisis estalló en junio cuando la entonces portavoz parlamentaria decidió reconocer la jornada completa de una de las trabajadoras del grupo en el parlamento, una asesora jurídica, que se ocupaba de la mañana a la noche al igual que su otra compañera pero cuyo contrato es sólo a tiempo parcial. El entorno de Coto reiteró que se trataba de equiparar la remuneración y ocupación de dos personas que trabajan igual tiempo pero que el secretario genera, Francisco Álvarez-Cascos se negó en redondo y montó en cólera, «enloqueció porque no se hace su voluntad».
La ruptura, en medio de una semana con plenos en la cámara terminó con la renuncia de Coto, y la recomposición del grupo (de sólo tres deiputados) con el nombramiento de Pedro Leal como presidente interino y Carmen Fernández como portavoz parlamentaria. Corrió la lista y pasó a asumir el escaño vacante Patricia García Villanueva como nueva diputada de la formación casquista.
Una división inédita
Con la cuenta atrás reduciéndose para la precampaña de las elecciones autonómica, el panorama del centro derecha asturiano se encuentra especialmente dividido y con una incertidumbre inédita para un electorado acostumbrado a actuar como un bloque. El PP regional vivió dos escisiones traumáticas protagonizadas -en lados distintos del conflicto- por Francisco Álvarez Cascos. La primera, a mediados de la 90, contra el primer presidente conservador del Principado, Sergio Marqués, que terminó formando URAS; y comienzos del nuevo siglo con el propio Cascos creando su propio partido con el que logró una victoria en una legislatura efímera de apenas un año de duración. Desde entonces, con apenas Gijón como bastión fuerte del partido, Foro ha vivido un constante proceso de pérdida de apoyos. Coto fue elegida presidenta para sustituir a Cascos un congreso celebrado en marzo de 2015 en el que recibió el respaldo de 806 votos de los 913 militantes que acudieron a votar al cónclave sobre un censo de más de 12.000 afiliados. El 29 de septiembre Moriyón se convirtió en nueva presidenta pero en ese congreso votaron sólo 319 personas (315 a favor, 3 en blanco y 1 con un voto nulo).
En la cabeza de los dirigentes de los partidos del espectro conservador está también la expectativa de la entrada con fuerza en los próximos comicios de una formación como Ciudadanos, fortalecida a nivel nacional especialmente después de haber logrado ser la fuerza más votada en Cataluña después de los sucesos de la crisis soberanista de octubre del año pasado y el adelanto electoral posterior a la aplicación del artículo 155 de la Constitución que suspendió de forma temporal la autonomía de la Generalitat. También, aunque con comentarios en voz baja, por lo que pudiera llegar a atraer en el extremo de ese espectro, hasta ahora siempre aglutinado en el entorno del PP, la formación Vox liderada por Santiago Abascal y que ha tratado de importar a España buena parte del discurso de formaciones Alt Right en Europa y EEUU.