Siete proyectos, llevados a cabo en lugares como los Alpes o los Cárpatos, demuestran que la convivencia es posible mediante buenas prácticas con la prevención, a la que el Principado destina 60.000 euros entre 2016 y 2018, como base
06 ago 2018 . Actualizado a las 07:30 h.¿Es posible conseguir que la conservación del lobo y la actividad ganadera sean compatibles? ¿Es posible en el siglo XXI acabar con un conflicto permanente que, en Asturias, se está abordando con medidas como controles de población que no satisfacen ni a los ganaderos ni a los conservacionistas? La búsqueda de soluciones en España lleva tiempo en marcha y, por ejemplo, recientemente se presentaba en Madrid un documento de consenso elaborado por un grupo de ecologistas, ganaderos, cazadores y expertos -el grupo Campo Grande- con propuestas como la cuantificación y compensación de los daños causados por el lobo o la implantación de medidas de prevención para el manejo y la reducción de ataques.
En junio, el mes en que ganaderos de Amieva, Ponga y del Parque Nacional de Picos de Europa denunciaban que no podían más con los ataques del lobo que «aumentan año tras año sin que se haga nada eficaz para cambiar la situación» y se quejaban de «la enorme dificultad» para que se les reconozcan los daños con «baremos irregulares y habitualmente injustos», también se presentaba el proyecto GELOB (Gestión de la Ganadería Extensiva en Hábitat con Lobos). Un proyecto de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), con fondos europeos, que utiliza las nuevas tecnologías para mejorar el manejo y la productividad del ganado en extensivo mediante geolocalización y monitorización y, de paso, para detectar y prevenir ataques de lobos.
El biólogo y profesor de la Universidad de Oviedo Alfredo Ojanguren, miembro de la asociación Geotrupes, apuntaba en una reciente entrevista con este periódico que quizá se debería tratar de trabajar más en la prevención de los daños del lobo ampliando la partida que se reserva para ello en los presupuestos regionales. Más si se tiene en cuenta que los fondos que se han destinado a la prevención de daños ocasionados por la fauna a explotaciones agroganaderas entre 2016 y 2018 ascienden a 60.000 euros. Según el programa de actuaciones del control del lobo en vigor, el importe de las indemnizaciones en 2016 fue de 833.856 euros.
Siete ejemplos europeos de buenas prácticas
Las medidas de prevención de daños son una de las bases de los proyectos que se están llevando o se han llevado a la práctica en otros países miembros de la Unión Europea (UE) con montañas o zonas rurales en las que también conviven lobos y humanos. Este mismo año la Dirección de Derechos de los Ciudadanos y Asuntos Constitucionales de la Unión Europea publicaba un extenso informe sobre buenas prácticas en el manejo de varios carnívoros, entre ellos los lobos, de los que se recogen hasta siete programas subvencionados con fondos europeos que se pusieron en marcha en diferentes localizaciones con el objetivo de compatibilizar la conservación de la especie y la actividad humana.
Según los expertos a los que recurrió la UE, entre los que se encuentra el biólogo asturiano Alberto Fernández-Gil, de la Estación Biológica de Doñana del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), los siete proyectos aportan información valiosa para la aplicación de medidas preventivas en diferentes ecosistemas y, en algunos casos, hay coincidencias con lo que ocurre en Asturias.
SloWolf. Desarrollado en Eslovaquia, sirvió para conocer el estado y la dinámica de la población de lobos a través de métodos como el uso de ADN para identificar ejemplares individuales, como se planteaba en una investigación que se presentaba en febrero en la Universidad de Oviedo en colaboración con otras instituciones, y realizar un seguimiento del estado de conservación a largo plazo. Esta base científica, que derivó en la puesta en marcha de un plan de acción para la conservación del lobo por parte del Gobierno eslovaco que anuló el sacrificio controlado de lobos en 2014, se complementó con una amplia campaña divulgativa y un proceso de participación de todas las partes implicadas. Asimismo, se analizaron los aspectos económicos de las diferentes prácticas agrícolas con y sin daños del lobo, lo que ayudó a demostrar los beneficios de aquellas que eran favorables a la convivencia entre humanos y lobos. También se comprobó la utilidad de cercas eléctricas y perros guardianes para prevenir los ataques e incluso las compensaciones por daños se vieron reducidas en 200.000 euros con respecto a años anteriores, cuando no se utilizaban vallas. El proyecto también consiguió, a través de la cobertura informativa de los pasos que se iban dando, que mejorara la percepción de los lobos entre la población y los propios medios de comunicación.
MED-WO. Este proyecto tenía como objetivo disminuir el conflicto entre el lobo y las actividades ganaderas en zonas rurales de Italia y Portugal, en las se había perdido la cultura tradicional de convivencia entre lobos y humanos. Para ello, se adoptaron mejoras técnicas de gestión ganadera y métodos y criterios que permitieron una monitorización eficiente del lobo transfronterizo, creándose un grupo de trabajo internacional de prevención de daños.
WOLFNET. En este proyecto, que se llevó a cabo en varios parques naturales de Italia, se mejoró la conservación de la especie al desarrollarse un sistema de evaluación de los daños basado en hallazgos objetivos y al utilizarse un procedimiento estandarizado que, mediante un software, facilitó y aceleró el pago de las compensaciones.
CROWOLFCON. Dos de las claves de este programa que se desarrolló en Croacia fueron el despliegue de un equipo de expertos en evaluación de daños y la implantación de medidas preventivas como el uso de perros guardianes y vallas eléctricas. El informe europeo, en este sentido, identifica como las mejores prácticas el empleo de perros guardianes y el confinamiento del ganado a través de vallas eléctricas, alambres electrificados con banderines de color rojo como los que se emplean en Estados Unidos o directamente en establos durante la noche. También señala que otras medidas disuasorias, menos eficientes en todo caso, son el uso de elementos acústicos y luminosos que se activan con el movimiento de los animales o los mismos banderines antes mencionados sin electrificar.
LIFE WOLF ALPS. En este caso, se está llevando a cabo en la actualidad un programa de conservación de la especie de forma coordinada entre administraciones de Italia y Eslovaquia en el que ya se han puesto en marcha medidas preventivas para disminuir los ataques del lobo al ganado.
WOLF LIFE. El proyecto se desarrolló en los Montes Cárpatos con el objetivo de implantar buenas prácticas para la conservación del lobo en la naturaleza y mantener una población viable reforzando la gestión de la especie y promoviendo la convivencia con los humanos. Una de las claves de este proyecto fue la esterilización y la vacunación de un gran número de perros salvajes para reducir el riesgo de propagación de enfermedades de los lobos en el área.
Progetto Pasturs. Se trata de un proyecto piloto italiano de conservación ciudadana que implica a voluntarios para apoyar a los pastores en su labor e implementar medias preventivas contra los ataques del lobo.
En todos estos proyectos se abordaron campañas informativas y de participación de los colectivos implicados puesto que, según los expertos que elaboraron el informe europeo la educación medioambiental basada en la presentación de todas estas medidas preventivas, además del diálogo entre las partes, es fundamental para que los intereses humanos y los de la conservación del lobo sean compatibles.