Ha salido a la luz la carta que Felipe González le envió a Alfonso Guerra 12 días antes de su dimisión. El influjo de Guerra en Asturias fue durante años más importante que el del propio expresidente del Gobierno. La relación entre José Ángel Fernández Villa y Guerra era de cercanía, campechana, y en los años 80, los del esplendor del PSOE de la Transición y postransición, Villa era un cimiento indispensable del socialismo asturiano. No el único, pero si indispensable. A Guerra le dio entonces por igualar a Andalucía con Asturias. «Si doblas un mapa de España por la mitad, podéis ver cómo Asturias y Andalucía coinciden», solía decir Alfonso. Guerra siempre fue recibido en la región con calor: en los mítines, en Rodiezmo, en el encuentro asturleonés, siempre había un hueco para su humor de Lepe y su lengua de víbora bien cepillada. Un líder jaleado por Villa, cuando los socialistas asturianos se dividían en guerristas y renovadores. Ahora Guerra ya es pasado, y Villa rotundo presente informativo, aunque en los juzgados y por causas vergonzosas. El 18 de julio, curiosa fecha, tiene de nuevo cita en la sala. ¿Recobrará la memoria el viejo exsindicalista?
El día D de Dani
El ciclista Dani Navarro, asturiano reconocido aunque nacido en Salamanca, tiene puesto el ojo en una etapa del Tour: la del próximo miércoles, 18 de julio. Navarro, que ya fue noveno en la gran prueba gala en 2013, afronta el Tour sin pensar en la General. Su objetivo es un triunfo individual, algo que su equipo, el Cofidis, no consigue desde hace diez años. Una vez superadas las etapas llanas y tras el día de descanso, Navarro ha olisqueado el itinerario entre Albertville y La Rosiere, de 108 kilómetros y con varios puertos de montaña. Ideal para una escapada afortunada y para jugarse la victoria en el último alto. Sería la guinda para un gran historial: de escudero de Contador a brillar con nombre propio, pasando por fracturas de clavícula inoportunas y dolorosas. El Tour le debe una.