«Igualar llingua a separatismo es rídiculo y demuestra carencias intelectuales básicas»

Luis Ordóñez
Luis Ordóñez REDACCION

ASTURIAS

Xosé Antón González Riaño
Xosé Antón González Riaño

El presidente de la Academia de la Llingua, Xosé Antón González Riaño, reclama que los partidos inicien ya los pasos para consensuar la oficialidad

12 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En su primer discurso como presidente de la Academia de la Llingua Asturiana (ALLA) en el teatro Campoamor en el acto central de la Selmana de les Lletres Asturianes, Xosé Antón González Riaño pidió al público presente que se pusiera en pie para aplaudir la celebración de la cultura asturiana. Y no era un gesto baladí, sólo unos meses atrás en el mismo escenario, un grupo de asistentes a una representación de ópera había silbado la alocución en asturiano para presentar la obra antes de que se levantara el telón. Un acto de desagravio y justo después de que hubiera concluido la segunda manifestación masiva en las calles de Oviedo para reclamar la oficialidad en apenas 15 días. El debate sobre la oficialidad ocupa ahora un lugar central en la política asturiana y también ha cruzado la cordillera, siendo objeto de editoriales y reportajes en medios nacionales que, en ocasiones, presentan la cuestión como algo sobrevenido y sorprendente.

--Al ser recogido en medios nacionales, el debate sobre la oficialidad del asturiano se presenta como si fuera algo muy reciente pero es un reivindicación de décadas.

--A veces en el contexto español que ahora se hable tanto de las posibilidades de la oficialidad del asturiano, incluso de la existencia del asturiano como lengua. Sin embargo esta reivindicación tiene más de 40 años, en pleno franquismo en 1974 en Asturias surge un movimiento cultural y social que dinamiza una organización que se llama Conceyu Bable que exigía dos cuestiones: el alcance de las libertades democráticas por un lado, y el reconocimiento de la lengua y la cultura asturianas por otros. Estamos hablando de 1974 y conviene saber también que en el periodo de la transición democrática la primera gran manifestación que se hizo en Asturias, con miles de personas y que fue en el año 1976 que reclamaba la autonomía para Asturias y la presencia escolar del asturiano. Contó con la participación de todas las fuerzas democráticas en Asturias pero que estaba convocada por Conceyu Bable, porque se consideraba que era el elemento que de alguna manera podía dar cobijo a todas las sensibilidades democráticas que había. La Academia de la Llingua se crea en 1980, sus estatutos los da el gobierno del Principado en el año 81, por lo tanto estamos hablando de décadas de un proceso, porque la escolarización del asturiano empieza en el año 84, décadas, aunque ahora sea un elemento de actualidad en la política de Asturias.

--Lo cierto es que en la expectativa de que la oficialidad esté más cercana fue crucial el apoyo recibido en el último congreso de la FSA, un cambio histórico en la posición del PSOE asturiano ¿por qué cree que se ha dado?

--Lo que hace posible ese cambio que es histórico es que se produce un verdadero cambio generacional entre los dirigentes y por otra parte en el congreso se deja por primera vez que los delegados que representan a todas las sensibilidades del partido, actúen con libertad a la hora de considerar la opción de que el partido reclamara la oficialidad. Previamente al congreso se habían hecho asambleas municipales y en los concejos más relevantes ya se demanda la oficialidad, en Oviedo, en Gijón, en las cuencas, donde hay mayor número de militantes, esas asambleas ya daban a entender que en el congreso iba a haber ese giro histórico. Y en el congreso los militantes se expresan como hubieran hecho en cualquier otra comunidad, es decir, sería impensable que los socialistas de Valencia o en Galicia ante la opción de defender la oficialidad de su lengua se fueran a pronunciar en contra, sería inaudito. En Asturias pasó lo lógico y lo que la militancia llevaba años deseando que se cumpliera. Yo asistí como invitado al congreso y había una gran emoción, históricos militantes lloraban con la aprobación de esa resolución, se les dejó actuar con libertad y lo hicieron con sentido común porque este era un anhelo que era compartido y que de alguna manera estaba retenido por dirigentes históricos que no entendían la relevancia social de la lengua y la cultura asturiana.

--También hay resistencias, en el propio PSOE y de forma muy intensa en el PP.

--Sinceramente por parte de la militancia del PSOE no veo resistencias, la cuestión de la oficialidad se aprobó por una mayoría aplastante, sí es cierto que sectores que no van a liderar el partido en el futuro siguen manteniendo unas posiciones resistentes, pero se representan a sí mismos, me parece exagerado hablar de sectores, ni de dos posturas. La cuestión del PP es distinta, está diseñando una estrategia electoral que dice que nosotros nos vamos a manifestar como los máximos españoles a costa de ser los más antiasturianos, como si eso fuera posible, como si fuera posible ser buen español siendo antiasturiano. Creo que la apuesta electoral del PP es absolutamente arriesgada porque no va a dar resultados. La población asturiana no es antiasturiana, sería inaudito que los asturianos despreciaran a su propia tradición cultural o lingüística, eso no va a dar resultado. En esa línea creo que el PP, después de las elecciones, va a tener que reflexionar sobre esa opción estratégica, que además considero que va a ser muy coyuntural, porque el PP no hace mucho defendía, lo hacía la propia Mercedes Fernández, la necesidad de alcanzar un consenso con el PSOE en torno a la oficialidad. Hay que explicar qué fue lo que cambio para adoptar ahora esta posición.

--Han hablado de un modelo de oficialidad «a la asturiana», pero sus detractores hablan de imposiciones, y de una relación entre las reivindicaciones lingüísticas y una deriva nacionalista, ¿qué les diría?

--Desde determinados sectores, y también del PP, se deja asomar constantemente el fantasma de Cataluña, con el esquema de que oficialidad de la llingua es igual a nacionalismo y luego separatismo. Y tiene muy poco sentido aplicar ese esquema tan incorrecto en Asturias, sería tanto como considerar que ese gran español que fue Manuel Fraga, que fue quien verdaderamente impulsó la lengua y la cultura gallega pues en realidad lo que pretendía era algún tipo de secesión en Galicia, es absolutamente ridículo. O que los actuales líderes del PP en Galicia, Feijoo y demás, en el fondo son unos peligrosos antiespañoles y separatistas, es un esquema que es ridículo como análisis político y demuestran carencias intelectuales básicas. También hay sectores en Asturias que hacen una especie de parodia de lo que sería la oficialidad poniendo en nuestra boca o deseos prácticas que nosotros de ninguna manera consideramos como por ejemplo que todos los funcionarios tengan que conocer el asturiano, que para acceder a la función pública haya que conocer el asturiano, en fin son planteamientos ridículos. La oficialidad en Asturias es fácil, asumible económicamente, va a ser aceptada socialmente, somos una comunidad muy sintética, con un millón de habitantes, no tenemos diputaciones provinciales, tenemos una única universidad, 78 ámbitos municipales; se puede diseñar una oficialidad que contemple pilares básicos como el ámbito de la enseñanza, en que efectivamente con la oficialidad en los niveles no universitarios la materia estará al alcance de todos los alumnos. En el ámbito de lo medios de comunicación nosotros defendemos la utilización del actual canal con las dos lenguas, castellano y asturiano al 50%; no la creación de un canal específico, planteamos una dignificación y visualización en los ámbitos institucionales, en el Gobierno del Principado, en las consejerías, acuerdos con los ayuntamientos, potenciación de la literatura y la música en asturiano. Medidas de carácter genérico que responden a lo que Asturias necesita para conservar su patrimonio lingüístico y cultural y no a ninguna otra elucubración que se sale totalmente de lo que Asturias necesita y puede hacer.

--Desde el Gobierno asturiano han reiterado que no darán pasos hacia la oficialidad en esta legislatura pero en las manifestaciones más recientes se ha exigido que se inicie ya el proceso ¿cuál es la opinión de la Academia?

--El proceso se debe iniciar ahora, es decir, la búsqueda del consenso entre las fuerzas políticas para llegar a un acuerdo de mínimos para ver en qué puede consistir la oficialidad que Asturias necesita. No se tiene por qué perder tiempo, esas conversaciones, esa búsqueda de acuerdos de tener muy claro desde el punto de vista terminológico y práctico en qué va a consistir la oficialidad no tiene por qué esperar más. Otra cosa es que la oficialidad desde el punto de vista práctico lleva una tramitación que no sabemos cuánto se va a alargar, en qué momento será efectiva, hay que hacer después una ley de uso y de enseñanza del asturiano, una ley de normalización y no sabemos cuánto se puede alargar. En todo caso, nuestra posición es que lo que se pueda lograr en este momento lo hay que intentar. No olvidemos que lo que se pide en Asturias es una previsión constitucional, que se aplique que las lenguas son oficiales en sus respectivos territorios.

--¿Cómo son las relaciones entre la ALLA y la Academia galega? Años atrás allí se nombró un académico para el área del Navia-Eo y hubo una cierta tensión.    

--Las relaciones son normales y de respeto. Nosotros valoramos muchísimo lo que hace la Academia gallega, en Galicia es una institución fundamental desde el punto de vista cultural. Somos muy respetuosos con las políticas lingüísticas que tiene que seguir cada comunidad autonóma y pedimos también que se respete la capacidad de Asturias de dirigir su propia política lingüística. Cuando el asturiano sea oficial, en el ámbito territorial del Navia-Eo, el gallego-asturiano va a ser oficial también en igualdad de condiciones. La ALLA tiene una Secretaría Lingüística para impulsar medidas de dignificación, de uso y de valoración del gallego asturiano en el contexto del Navia-Eo. La cuestión jurídica va a quedar claramente definida cuando el asturiano sea oficial porque, insisto, en ese ámbito territorial el gallego-asturiano también va a ser oficial.

--El expresidente Zapatero habló en Oviedo de «una mayoría creciente» a favor de la oficialidad, en su opinión ¿qué ha servido más para mantener vivo el aprecio por la llingua, la escuela, la música, la literatura?

--Todo influyó, la escolarización de una lengua minoritaria como el asturiano es fundamental. Los datos de que el 25% de la población asturiana sepa entender, hablar, leer y escribir el asturiano son espectaculares. Sin alfabetización, sin presencia de la lengua en el ámbito escolar esas habilidades lingüísticas no se podrían lograr. Por cierto, ese 25% coincide con el mismo porcentaje que participó en procesos de enseñanza del asturiano. Es fundamental. Pero yo no me puedo olvidar de la importancia por ejemplo de la música, que tuvo una importancia entre sectores jóvenes enorme. El mejor folk que se hizo en Asturias, lógicamente, es en asturiano, es que lo contrario sería impensable y eso enganchó a un sector de la juventud muy importante y lo mismo respecto a los seguidores de la música rock, ahí está Dixebra o Skama la rede, fue un elemento de conexión con sectores juveniles muy importante, o la música de autor. Y después la literatura, que juega un papel de dignificación y visualización interna y externa de la lengua de primer orden. El hecho de que literatura asturiana haya sido traducida a lenguas, al castellano a otras lenguas peninsulares, también a otras lenguas extranjeras da idea de una vitalidad de la literatura enorme. También la presencia en los medios de comunicación, que aún siendo precaria, pero que existieran medios de comunicación escritos que usaran un asturiano asequible, estandarizado, sin connotaciones fue muy importante. Como los programas de radio y televisión, es decir, fue un conjunto de acciones los que llevaron a generar ese dominio comunicativo de la lengua y esas actitudes y expectativas por parte de la población asturiana y esto a lo largo de décadas.