
El arzobispo de Oviedo critica que desde «los laboratorios de Naciones Unidas» se lancen consignas manipuladas y denuncia «escraches mediáticos»
08 mar 2018 . Actualizado a las 17:15 h.El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, no ha dejado títere con cabezas en sus críticas a la huelga feminista. Frente a otros colegas más abiertos a la causa, el prelado ha exhibido la línea dura de la Iglesia. El arzobispo ha cargado con dureza contra Naciones Unidas a quienes acusa de crear en sus laboratorios la ideología de género y de manipular a la mujer. Montes ha pedido dejar de lado las «demagogias mediocres» en la batalla «por la verdadera igualdad» entre hombres y mujeres. En su carta semanal, titulada Pancartas con trastienda, el prelado ha cargado contra la «consigna internacional, que sale de los laboratorios de Naciones Unidas y su pretensión globalizadora, que tiene en la estrategia de la ideología de género la hoja de ruta de una revolución cultural de amplio alcance».
Así, ha cargado contra el «ataque a la familia, la censura de la maternidad y la batalla que representan los conocidos lobbies con la sopa de siglas en las que esconden sus nombres, que quieren reescribir la naturaleza humana y la identidad personal».
Ha habido, por contra, «mujeres que también se han dado cuenta de la manipulación de su causa, y han reaccionado con inteligente audacia en un manifiesto pidiendo que no las utilicen» y que no están por la labor de secundar aquello que «determinadas corrientes culturales y movimientos políticos se empeñan en imponer con sus escraches mediáticos».
«No han faltado quienes dejándose llevar por tal convocatoria populista con toda la carga ideológica de género, han quedado abducidos acríticamente con los síndromes de Estocolmo al uso, que sorprenden por su fatuidad argumental y el desconocimiento de todo lo que hay detrás de algunas pancartas con trastienda», ha añadido.
El responsable de la Iglesia asturiana ha incidido en que «es demasiado real el dolor de tantas mujeres como para que se las utilice para causas que no traen libertad e igualdad, sino nuevas imposturas dictatoriales contra la vida y la familia».
Igualdad respetable
A su juicio, hay una igualdad «respetable» en la reciprocidad entre varón y mujer, «que supera la violencia de las prepotencias machistas y feministas, y que secunda sin trampa populista la verdad de la persona humana en su complementariedad».
«Lo decía el comentarista hebreo del Talmud: 'Tened mucho cuidado de no hacer llorar a una mujer, porque Dios cuenta sus lágrimas. La mujer ha salido de la costilla del hombre, no del pie para que luego pueda ser pisada, ni de la cabeza para que se crea superior, sino del costado para ser igual entre ambos, un poco más abajo del brazo para ser protegida, y del lado del corazón para ser amada», ha señalado.
El arzobispo ha recordado el «doloroso protagonismo» de las mujeres maltratadas por los hombres. «Ella, junto a los niños que también sufren de tantos modos la violencia de los adultos, representa el deshonroso capítulo de una sociedad prepotente y machista que abusa de modo cobarde de quienes resultan vulnerables ante la nefanda agresividad», ha dicho.