¿Cuánto costaría realmente la oficialidad?

Luis Ordóñez
Luis Ordóñez REDACCION

ASTURIAS

La torre de Babel, de Hendrick van Cleve III
La torre de Babel, de Hendrick van Cleve III

La ALLA apuesta por un modelo moderado que aproveche buena parte de los recursos disponibles y que no supera los 20 millones

20 abr 2018 . Actualizado a las 11:59 h.

A medida que avanza el debate sobre la posibilidad de aprobar la oficialidad de la lengua asturiana en una futura reforma del Estatuto de Autonomía, los partidarios y detractores de la medida esgrimen los argumentos que cimentan su posición en función de numerosos motivos y uno de ellos es la especulación sobre el coste que implicaría su aplicación. En distintos medios, algunos de ámbito nacional, se ha apuntado una horquilla de entre 20 y 73 millones de euros. La primera cifra corresponde a cálculos avanzados por diversos economistas y también la propuesta de la Academia de la Llingua (ALLA), la segunda surge de la plataforma contra la Oficialidad cuyos miembros coinciden con los de El Club de los Viernes que ha protagonizado la difusión de informaciones sesgadas al estilo de las últimamente renombradas «fake news».

El pasado lunes, el vicesecretario nacional de Política Social del PP, Javier Maroto, se hacía eco de la cifra de 73 millones de euros ¿de dónde sale ese cálculo? Es fruto de un estudio firmado por Ignacio Blanco y Jorge Álvarez Riera, que toma como referencia un «coste medio por habitante por lengua cooficial en España» que asegura es de entre 46 y 49 euros por habitante (aunque no cita de dónde obtiene ese dato) y luego le va añadiendo multiplicaciones. Primero por el millón largo de la población de la comunidad, después por una «poderación de coste» en los ayuntamientos que asegura supondrían 7,4 millones más anuales y después introduce el concepto de «Caso Bruselas» para asegurar de nuevo que todo ello debería incluir un incremento anual del 25% durante un lustro. El «Caso Bruselas» es especialmente extravagante ya que se refiere a la singularidad de la capital belga y a la división radical de las comunidades valona y flamenca en el ámbito educativo y administrativo que no tiene similitudes con ningún otro país europeo. Es gracias a ese concepto como se llega hasta una estimación de entre 69 y 73 millones de euros, por lo que ese cálculo astronómico se basa en el extremo más costoso de un análisis de por sí desproporcionado. 

Por el contrario, los cálculos del profesor de Economía de la Universidad Complutense David Rivas --que defendió en su comparecencia en la comisión sobre la llingua en la Junta General-- toman como referencia el sistema de la comunidad gallega y postulan que monto global sería de unos 20 millones de euros al año que «optimizando recursos» se podrían reducir a 15 y de los que menos de la mitad, unos 6 millones, corresponderían al gasto en el ámbito institucional y social. En la actualidad, la cantidad destinada a la promoción del asturiano en los presupuestos regionales --los actuales están prorrogados-- ronda los 1,5 millones de euros.

«Hay que tener en cuenta que no se puede hacer un cálculo exacto sin hablar primero de qué tipo de oficialidad se va a hacer», señaló el presidente de la ALLA, Xosé Antón González Riaño quien defendió que las pretensiones de la institución son bastante modestas. «No es lo mismo tener que montar de cero un canal de televisión que emita íntegramente en una lengua que pedir un 50% de programación en uno que ya existe, que no se pide que sea lengua vehicular en el conjunto de la enseñanza y que para la administración apenas va a representar que haya rotulaciones y páginas web en las dos lenguas, que se publique el BOPA también en asturiano o que se aprovechen los cursos que ya existen en el Instituto Adolfo Posada para funcionarios». Con un matiz relevante, desde la ALLA ni siquiera se reclama que sea necesario contar con un título de asturiano en el conjunto del cuerpo de trabajadores públicos sino sólo «una mínima parte que tenga contacto con el público».

Así González Riaño asegura que la «normalización social» supondría 5 millones y otros 15 la inversión necesaria en el ámbito educativo «para primaria, secundaria y bachillerato porque en en infantil apenas sería elaborar unos materiales y en la Universidad ya están hechos todos los deberes, con recursos propios en las titulaciones de Magisterio o Filología y ya hay una reglamentación para presentar tesis doctorales». El director de la ALLA insistió en que haya «una campaña para meter miedo» con el asturiano y retó a los detractores a que digan «¿quién pide que todos los funcionarios sepan asturiano o que sea la lengua vehicular en la Universidad? ¿quién pide eso? es una locura». Además recordó que el reconocimiento de la oficialidad también implica una mayor aportación por parte de los recursos estatales, cada comunidad recibe unos fondos destinados a la promoción de las lenguas «cuando se asumieron las competencias de educación se aplicaron a esas autonomías y si se aprueba la oficialidad Asturias tendría que reclamar al Ministerio de Educación la parte correspondiente». Las academias gallega, vasca o catalana, reciben una partida de los presupuestos generales del Estado (en las últimas cuentas Compromís presentó una enmienda parcial para incluir a la asturiana pero fue rechazada con los votos de  PP, Ciudadanos, Coalición Canaria, UPN, PNV y Foro que luego aseguró que había votado no por error». Hay partidas para las comunidades con lenguas autóctonas en las iniciativas estatales para el Camino de Santiago pero sólo las reciben Galicia y el País Vasco.

El profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Oviedo José Alba, destacó que existen estudios sobre «la rentabilidad de aspectos inmateriales, de cuestiones icónicas; en la Universidad en Escocia se ha valorado la rentabilidad del monstruo del Lago Ness, en Inglaterra del Rey Arturo aunque no hay ni una piedra que demuestre su existencia; hay también estudios interesantes sobre la importancia económica del castellano pero no los hay sobre lo que pasaría con el asturiano». En todo caso, Alba propuso revertir la pregunta y cuestionarse «¿dónde está el enorme progreso que nos ha aportado ahorrarnos la oficialidad». El profesor destacó que desde la creación de las comunidades autónomas aquellas que cuentan con una lengua oficial han crecido económicamente mientras que Asturias «por la reconversión industrial, de acuerdo, pero por más factores ha tenido un retroceso económico importante y ha termido por ser superada por Galicia». Respecto a la comunidad vecina, Alba insistió en destacar que la oficialidad del gallego se desplegó con «un presidente del PP y con naturalidad» además de llevar aparejado la promoción «de la marca Galicia y del camino de Santiago. En los 80 Asturias era el 3% de la economía española y ahora somos el 2%». E insistió «sin oficialidad hemos tenido un retroceso y otras comunidades con el los mismos problemas lo han manejado mejor y con lengua oficial».

Las comparaciones entre comunidades varían enormemente ya que los modelos de oficialidad son muy divergentes entre unos y otros. En Cataluña se hizo el catalán lengua preferente tanto en la educación como en la administración, pero no es el caso ni del País Vasco o de Galicia. Tampoco sus sistemas educativos establecen el mismo sistema de oferta de enseñanza en la lengua autóctona.

En términos puros de los montos destinados por los presupuestos de cada comunidad a su lengua oficial distinta al castellano, las variaciones también son enormes. Sin tener en cuenta el gasto destinado a las televisiones autonómicas, las cifras oscilan entre los 107 millones destinados al euskera en el País Vasco en 2017 a los 5 que se invirtieron en Galicia. El programa presupuestario «Lengua catalana» de la Generalitat estaba dotado con 37,23 millones de euros aunque la cifra se multiplicaría casi por diez contando acciones en medios de comunicación. También sobre el catalán y sus variantes se reflejaron partidas en los presupuestos de Valencia (15 millones) y Baleares (2,9). Incluso Canarias destina un fondo de 55.000 euros para las peculiaridades lingüisticas del archipiélago.