Podemos e IU afean a Mercedes Fernández que defienda posiciones que «no se atrevería» a mantener en Galicia
29 ene 2018 . Actualizado a las 17:57 h.A punto de que los grupos parlamentarios tengan que definir su posición respecto al dictamen de la comisión de estudio sobre la situación del asturiano en la Junta General, la presidenta del PP redobló sus ataques a la perspectiva de que pudiera reconocerse la oficialidad de la llingua ya que, a su juicio, acarrearía «imposiciones a comerciantes, industriales, escolares y universitarios». Hasta el punto, señaló Mercedes Fernández, de que con la oficialidad «en las universidades baja la calidad y bajan las matrículas».
Fernández recalcó que su grupo considera «suficiente» la protección definida en la vigente Ley de Uso que recoge el Estatuto de Autonomía pero consideró «contrario al sentido común la imposición de un bable artificial que no es el que hablamos todos en el día a día, en nuestros ámbitos familiares». Cambiando su registro a un asturiano amestau, la presidenta del PP insistió en que la oficialidad se basa en «unas palabras que entre unos pocos hicieron y quieren imponernos a todos» y apuntó --como ya hiciera en pasadas declaraciones respecto al apoyo a la oficialidad del portavoz de IU, Gaspar Llamazares, o el secretario general de Podemos Asturies, Daniel Ripa, que no nacieron en el Principado-- que «a lo mejor los que nacieron fuera de Asturias» sí asumen «ese concepto artificial» mientras señalaba que a lo largo de sus actos en distintos puntos de la comunidad «nadie se acercó a preguntarme por la cooficialidad».
La presidenta del PP afirmó lamentar «el cambio del PSOE» respecto a esta cuestión --los socialistas aprobaron en su último congreso respaldar la oficialidad en su próximo programa electoral pero no la respaldarán en esta legislatura-- y añadió que «es mi sensación que son conscientes de que se equivocaron pero no van a dar marcha atrás por cabezonería». Fernández también rechazó que haya una «cooficialidad amable» (concepto defendido por el dirigente de la FSA, Adrián Barbón).
La réplica le llegó casi de inmediato de la mano del portavoz de Podemos, Emilio León, quien recalcó que el PP mantiene un posición ambivalente respecto a la oficialidad de lenguas autóctonas en función de si gobierna la comunidad y señaló que «las cosas que dicen aquí sobre el asturiano no se atreverían a decirlas en Galicia» respecto al gallego. También sugirió que la presidenta utiliza el debate sobre el asturiano como una cortina de humo sobre casos de corrupción «porque si mira a Madrid tiene la Gurtel y si mira a Oviedo tiene a Caunedo».
En términos similares se pronunció el portavoz de IU, Gaspar Llamazares quien reclamó al PP explicaciones de por qué «en Galicia pueden tener una lengua oficial pero en Asturias no» y lamentó que se intente «contaminar con la cuestión catalana los derechos de los asturianos». Llamazares se refirió además al episodio sucedido este fin de semana en la ópera de Oviedo (una actividad que recibe 475.000 euros anuales de fondos públicos) cuando ante la alocución en asturiano (también la hubo en castellano y en inglés) para presentar «Peleas y Melisande» una parte del público abucheó y pateó; «es triste que en un acto de cultura universal se denigre la cultura propia».
También la portavoz de Foro, Cristina Coto, consideró que «la polémica se está alimentado» por intereses particulares, que su grupo respalda «que no haya imposiciones pero tampoco prohibiciones» y que «se daña al asturiano al usarlo como arma política». Por su parte, el diputado de Ciudadanos, Nicanor García rechazó la oficialidad «porque supone un coste y no es una demanda prioritaria».