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Podemos mantiene su enmienda a la totalidad y vota contra el presupuesto acordado por PSOE e Izquierda Unida
22 dic 2017 . Actualizado a las 14:14 h.En una votación conjunta de las enmiendas de totalidad, la suma de rechazos de los escaños de PP, Foro, Ciudadanos y Podemos tumbaron el proyecto de presupuestos pactado por socialistas e IU. Fue un debate con apelaciones hasta el último minuto para que los morados reconsideraran su postura después de que se plantaran a comienzos de semana con la exigencia de que se destinaran 2 millones de euros adicionales a las bonificaciones para la escuela de 0 a 3 años para que las plazas fueran gratuitas ya en 2018 pero sólo para las familias que ya hubieran solicitado la plaza. No compró el argumento el PSOE, que por boca de la consejera de Hacienda, Dolores Carcedo, insistió en que acceder a ello supondría provocar una situación de desigualdad con el conjunto de las familias y que, incluso, podría «poner en riesgo el propio modelo público» porque quienes se quedaran fuera «podrían pedirnos los recursos diciendo que ya me lo buscaré yo» en una suerte de cheque escolar. Tampoco lo encontró razonable el portavoz de IU, Gaspar Llamazares, quien advirtió a Podemos que estaba rechazando un proyecto recogido en el presupuesto asturiano que están recogido en iniciativas votadas por su mismo grupo en el Congreso de los Diputados a nivel nacional, y que han apoyado las cuentas de Castilla La Mancha (también gobernada por el PSOE) con menor aumento de inversión «¿lo que vale en Castilla La Mancha no vale en Asturias?», se preguntaba el portavoz de la coalición quien resaltaba que este nuevo fracaso supondrá un espaldarazo a «la deslegitimación de la política».
En su turno de intervención, el portavoz de Podemos, Emilio León había defendido que su grupo había puesto «muy barato» el acuerdo y reclamó que el Ejecutivo intentará un nuevo acuerdo presupuestario en marzo si asumían sus demandas. Esta opción fue descartada por el presidente asturiano, Javier Fernández, al término del debate y destacó que «de inmediato» su Gobierno se prepararía para la prórroga «y las leyes de crédito que fueran necesarias». Fernández lamentó que «la izquierda sea mayoritaria en escaños» en la cámara asturiana pero que haya triunfado «la vetocracia» y achacó la negativa de Podemos a respaldar las cuentas al «resentimiento con los socialistas». El secretario general de la FSA, Adrián Barbón, que acudió al pleno cuando se acercaba la hora de la votación, defendió que su dirección había demostrado «vocación y voluntad de diálogo» que se había concretado en el acuerdo con IU y afeó a Podemos una estrategia «de todo o nada» que confirmaba la idea de que «la pluralidad es bloqueo y eso es malo».
Los grupos llegaron a la Junta General con pocos argumentos renovados respecto a todo lo dicho ya a lo largo de los últimos días. PP, Foro y Ciudadanos defendieron sus enmiendas a la totalidad con argumentos similares, críticas a la inversión y exigencias de mayores rebajas fiscales (aunque en el caso de la presidenta popular Mercedes Fernández también con durísimos reproches a las políticas de normalización de la lengua asturiana); pero el debate de fondo y el más trascendental era el que se desarrolló entre los grupos progresistas que se habían emplazado a buscar un acuerdo que se concretara en las cuentas de la comunidad. Fue posible cerrarlo entre PSOE e IU y también había recogido algunas de las demandas de Podemos --estaba incluida en el presupuesto la puesta en marcha de la Oficina Anticorrupción o el compromiso del Gobierno para asumir el dictamen de la comisión de investigación sobre las listas de espera-- pero encalló sin remedio respecto a las propuestas para la escuela de 0 a 3 años.
En los acuerdo cerrados entre PSOE e IU se incluía una partida de 2 millones para rebajar en un 50% la cuota de las familias para las escuelas infantiles pero finalmente no se aplicará. Desde Podemos defendió que con dos millones adicionales se podría hacer ya gratuita ya el año próximo pero sólo para los niños (3.600 en 38 concejos) que ya habían solicitado plaza. Para los morados era una forma de empezar por algo para avanzar a lo largo de la legislatura hacia el establecimiento de un modelo generalizado de escuela pública en este ciclo. IU siempre se mostró más favorable a cobrar las cuotas en función de la renta. Para el PSOE esta propuesta suponía un salto al vacío si no se concretaba antes no sólo la manera de financiar la extensión general del servicio (al conjunto del territorio y a los más de 20.000 menores de 4 años años en la comunidad) sino también la forma en la que se integraría al profesorado que ahora trabaja en las escuelas municipales en el cuerpo docente sin pasar por una oposición. La consejera de Hacienda destacaba que era un asunto complejo que exigía un análisis más detallado y añadió «no es casualidad que hayan presentado su propuesta en un parque infantil y no en una escuela pública porque para ustedes esto es un juego».
Esta es la segunda prórroga de la legislatura y la tercera ocasión en la que los intentos de cerrar un acuerdo entre las tres fuerzas progresistas de la cámara naufraga sin haber llegado a materializarse en ningún pacto. En su intervención para defender un presupuesto «que no nos gusta pero es mejor que el que hay», Llamazares apelaba a que «la política no es el terreno de la satisfacción, es el de la decepción y eso hay que aprenderlo», e insistía en que este enésimo fracaso del entendimiento entre grupos teóricamente cercanos terminaría por pasar factura, «nos estamos jugando el autogobierno de la comunidad, porque hay un malestar social profundo, por una supuesta recuperación que no llega a las familias, hay una decepción con la política, con los partidos nuevos y los viejos, y y por eso hay una distancia cada mayor de la sociedad con el autogobierno».