Las administraciones locales han rebajado los gastos en atenciones protocolarias pero aún existen denuncias por «farturas» con dinero público. Concejales de Siero, Oviedo y Avilés exponen su punto de vista
13 jul 2018 . Actualizado a las 19:18 h.En apenas 100 metros, el Ayuntamiento de Oviedo tenía tres cocinas montadas para los ágapes de la corporación, dos dentro de la propia casa consistorial (una en la primera plata y otra en la segunda) y una tercera en la plaza de Trascorrales. Pueden parecer ecos lejanos de una etapa de dispendio en la que nunca se veía el final del túnel. Sin embargo, de esto hace menos de una legislatura. Con la crisis llegaron las protestas ciudadanas, la denuncia de casos de corrupción y una mayor exigencia de uso responsable del dinero público a los políticos. ¿Están los Gobiernos locales en Asturias apretándose el cinturón? Las partidas de atención protocolarias en los presupuestos municipales han descendido de manera considerable pero aún persiste alguna denuncia por farturas. La última, esta misma semana. IU denunciaba en Siero facturas de hasta 45 euros por comensal, gastos sin justificar de forma adecuada y diferencias abismales entre el precio de los menús de banquetes con o sin políticos.
De los siete ayuntamientos asturianos más poblados, el que que conserva una partida más elevada de gastos de protocolo es Gijón, con 103.200 euros en 2017. Es el mayor en censo y el segundo mayor en presupuesto, con unas cuentas para 2017 de 180 millones de euros. El orden que se establece por detrás no responde a ninguno de estos dos parámetros, ni por número de vecinos ni por recursos. El siguiente que destina más a atenciones es Siero con 67.300 euros sobre un total de 42 millones de euros. El tercero es Mieres, con un presupuesto prorrogado, de récord, desde el año 2009. Los mierenses cuentan con 46.000 euros para comidas, obsequios y eventos. A continuación, a aparece Oviedo con 44.683 sobre unas cuentas anuales de 190 millones de euros. Avilés -el tercero en población y presupuesto- destina 37.190 euros, lo que representa el 0,06% del total. Langreo y Castrillón disponen de 16.000 y 10.000 euros respectivamente. Estos son los números aprobados en los presupuestos, otra cosa es cuánto se gasta y en qué.
Tres ejemplos
Rubén Rosón, concejal de Economía y Empleo de Oviedo, explica que no solo han reducido la partida de protocolo sino que ni siquiera la gastan entera. En el primer presupuesto que diseñó el Gobierno tripartito de Oviedo, tras más de dos décadas de gestión del PP, de los 44.000 euros presupuestados solo se ejecutaron 38.264 euros. Esto supone casi la mitad de lo que ejecutaron los populares en 2014. En el último año de la alcaldía de Agustín Iglesias Caunedo se emplearon 71.900 euros, casi el doble, en atenciones presupuestarias. Rosón recuerda, además, que desmontaron esas dos cocinas privadas que no se sabía muy bien cómo se utilizaban y que han incluido nuevos obsequios, como la pequeña pieza de cerámica que regalan a todas las parejas que se gastan en el ayuntamiento. «No son muy caros pero sale todos del mismo lado, hasta la comida de Santa Rita que se ofrece a los funcionarios», señala Rosón (Somos Oviedo).
¿Cuál es, entonces, un precio razonable para un menú pagado por el ayuntamiento? El portavoz de Izquierda Unida en Siero, Edgar Cosío, señala que es muy difícil establecer una frontera rígida. «Es difícil decir que el máximo son 20 euros y luego no pagar algo de 21 ó 22», explica. Por eso, para Cosío lo fundamental es aplicar el sentido común y que no parezca barato algo que sería caro si hubiera que afrontarlo con el bolsillo propio. Entiende que puede haber diferencias en las tarifas en función de la entidad de los actos. Pero no comparte que a los voluntarios de Protección Civil se les pague un menú de 12 o 15 euros cuando tienen alguna salida y que otros, en cambio, carguen hasta 40 euros. También critica otro tipo de «excesos». Por ejemplo, en Güevos Pintos siempre se celebra una comida institucional, «pero se pasan hasta las facturas del vermú previo que se toman», lamenta.
Volviendo a la pregunta de partida, a cuál es el precio razonable, Edgar Cosío entiende que para los menús sentados y oficiales puede oscilar entre los 20 y los 25 euros, por dar dos cifras de referencia, pero que los cátering tendrían que ser de entre 10 y 12 euros. El concejal de Economía de Oviedo se mueve en parámetros similares. Rosón reconoce que la tarifa depende de la entidad del acto y precisa que los cátering que el Gobierno municipal al que pertenece está pagando oscilan entre los 10 y los 12 euros, la misma cantidad citada por el concejal sierense de IU.
La responsable de Hacienda en el Ayuntamiento de Avilés, Raquel Ruiz, prefiere no entrar en cifras concretas. En primer lugar destaca que el gasto en actos protocolarios en su concejo es del 0,06% del total del presupuesto y después explica que la inmensa mayoría no tiene nada que ver con comidas. Las recepciones municipales ya no suelen terminar con un cóctel o un vino español, las dos denominaciones que tradicionalmente aparecían en las invitaciones de los actos públicos de media España. A esta partida cargan gastos derivados de actuaciones o colaboraciones con deportistas, escritores, expertos que dan charlas o participan en conferencias en la ciudad. «Apenas hay comidas y las pocas facturas que se pasan son de acompañar a alguien que ha venido a pronunciar una conferencia o a participar en algún acto. Es algo lógico y de responsabilidad», señala Ruiz. Sí adquieren libros, láminas de de artistas locales como Samuel Armas e Itziar Sánchez; piezas de cerámica, de la escuela municipal, de la Monstrua, el popular personajes avilesino, premios de concursos, ... «Muchos son pequeños obsequios simbólicos para los actos institucionales», insiste.
La ciudadanía se hartó
La sociedad ha cambiado y el nivel de exigencia también. Edgar Cosío señala que en Siero no se puede seguir permitiendo que aparezcan en las comisiones de Hacienda facturas que digan «comidas con empresarios», sin especificar más. «Con quién se comió y para tratar qué tema. Eso es transparencia real y facilitar la labor de la oposición. Todos tenemos derecho a saber qué asuntos se están tratando. Es parte de la labor de control», insiste el portavoz de IU. Rosón asume que «la gente se hartó» porque hubo un momento en el que «no esperaba mucho de las instituciones y de los políticos que permitieron o cometieron tropelías y sinvergonzonerías». Pone un ejemplo cercano, el exalcalde Agustín Iglesias Caunedo, investigado por corrupción en el caso Aquagest. «El PP tiene en Oviedo un problemón con él. Es heredero de aquel tipo de prácticas. Es tremendo pensar que el brutal endeudamiento de Oviedo fue en nada. Solo se ve La Losa y tiene unas goteras que nosotros ahora tenemos que reparar», explica.
Con argumentos similares, Raquel Ruiz señala que la prioridad, cuando la población está afrontando una situación grave de estrecheces, «son las políticas sociales» y nadie entendería unas partidas de protocolo desmesuradas ni gastos en farturas. «El 60% de nuestro presupuesto va a políticas sociales. Eso sí es un modelo de ciudad, el modelo de ciudad por el que trabajamos», argumenta. Pero rechaza otros cercanos, como la Renta Social Básica de Gijón porque cree que estigmatiza. «Nuestro sistema es el de las ayudas normalizadas, a las hipotecas, los gastos de la comunidad, el alquiler,...», insiste.