¿Es buena idea regalar un cachorro en Navidad?

Elena G. Bandera
Elena G. Bandera REDACCIÓN

ASTURIAS

Uno de los perros que espera ser adoptado en el albergue de Mieres.
Uno de los perros que espera ser adoptado en el albergue de Mieres.

«No son peluches de los que puedas cansarte y apartar a un lado», advierten en los albergues municipales de animales de Oviedo, Gijón y Mieres, que dan cobijo a más de 500 perros y 75 gatos abandonados

09 dic 2017 . Actualizado a las 00:06 h.

Se acercan las navidades y la fiebre por comprar regalos. Y, en ocasiones, en una de esas cajas que se abren con tanta ilusión aparece un ser vivo. O simplemente se le pone un lazo de regalo al cuello al entregarlo. El receptor, también a veces, suele ser un niño que se muestra encantado con el cachorrito, que a medida que pasan los meses va creciendo y reclama atenciones. Las protectoras de animales no se cansan de repetir una y otra vez, y más cuando se acercan fechas tan propicias para hacer regalos, que los perros, los gatos y cualquier otro animal no son cosas, sino seres vivos. «Tanto si se adopta como si se compra tiene que ser de forma responsable, no son peluches de los que puedas cansarte y apartar a un lado», insiste Marta Álvarez, del albergue municipal de animales de Oviedo, el que más seres vivos tiene ahora mismo en Asturias a la espera de que alguien se fije en ellos y les adopte.

En total, 250 perros y 45 gatos. «Al mes suelen entrar unos 30 animales abandonados y, últimamente, las adopciones están paradas por la cercanía de las navidades y el mal tiempo», explica. Eso sí, algunas de las llamadas que reciben a diario en las instalaciones de La Bolgachina han sido para preguntar por cachorros, precisamente pensando en los regalos de Navidad. «Estamos en desacuerdo», zanja Álvarez, «tener un animal en casa debe ser una decisión muy pensada y controlamos quiénes nos piden los cachorros para asegurar una tenencia responsable. Un animal no es un regalo. Se continúan regalando cachorros por Navidades, sobre todo a niños encima cuando la vida les va a dar muchas vueltas…», lamenta. 

«Hay gente que piensa que tener un conejo es una responsabilidad menor y no es así»

No solo interesan los cachorros de perro o gato, sino también de otros pequeños animales como cobayas, hamsters o conejos. «Hay gente que piensa que tener un conejo es una responsabilidad menor y no es así, también necesita cuidados y atención. Tenemos que seguir concienciando de que que un albergue no está para cuando te cansas de él, que hacerse cargo de un animal es para toda la vida», asegura. 

El albergue de Oviedo, ubicado en La Bolgachina, abre de 9 a 5 de la tarde por semana y, en festivos y domingos, de 9 a 1. Este año, en el que cambió por fin su gestión, se ha hecho una labor titánica para fomentar las adopciones mientras se seguía recibiendo a nuevos inquilinos abandonados: «Esperamos que remonten tras estas navidades, ya no entran tantos al menos, pero siguen entrando más animales de los que salen y es más difícil encontrar adoptantes responsables. Siempre estamos con esa pescadilla que se muerde la cola». 

«Si vienen a adoptar para hacer un regalo, les pedimos que venga el adoptante para que lo sea con conocimiento y consentimiento»

Fere, de 5 años, uno de los perros que busca hogar en Serín.
Fere, de 5 años, uno de los perros que busca hogar en Serín.

El segundo albergue municipal con mayor número de animales es el de Gijón, en Serín, que abre todos los días al público de 9 a 5 de la tarde. De 11 a 4 de la tarde, además, es el horario en el que el grupo de voluntarios del albergue pasea a los perros y atiende a los gatos. «Siempre tenemos en torno a 190 perros y unos 30 gatos», explica Alicia Quesada, de Amigos del Perro, la protectora que lo gestiona. «Siempre hay cinco o seis perros que se han perdido y, si tienen microchip, enseguida se llama al dueño. Otros tardan más porque no tienen microchip», añade, explicando que el incumplimiento de la obligatoriedad de que las mascotas tengan microchip es uno de los obstáculos con los que lidian a diario en los albergues: «Intentamos que todos salgan con el microchip y, si no es posible porque el veterinario no está disponible en ese momento o cualquier otro motivo, se firma un compromiso para que quienes los recogen nos hagan llegar el número de identificación y el veterinario que lo colocó para tenerlo en nuestro registro». 

También en Serín, cuando se acercan las fechas navideñas, muchas personas les muestran su interés por adoptar perritos, «y cachorros mucho mejor, pero mantenemos nuestro protocolo de adopción a lo largo de todo el año». Todos los años, asegura, se repite la misma historia. «En dos o tres meses, te vienen con que ha sido un regalo para su hija y que ahora no puede hacerse cargo, etcétera, etcétera… Cuando vienen a adoptar para hacer un regalo, les decimos que venga el que va a ser el adoptante para que lo sea con conocimiento y en toda regla. Si quieres darle una sorpresa, un regalito, tiene que estar el que va a ser el adoptante, con microchip y con su consentimiento», insiste.

Perros abandonados dos o tres meses después de navidades

De hecho, reitera que a los dos o tres meses de que hayan pasado las navidades aparecen muchos perros abandonados. «Si han sido adoptados en cualquier protectora, tienen su microchip y es fácil identificarlos, pero el problema es con las compras de perros y sobre todo en navidades con los cachorritos de criaderos que acaban siendo abandonados y no tienen microchip». También explica que hay abandonos y abandonos, aunque el animal lo perciba siempre de la misma manera. «Normal,mente siempre se miran las causas del abandono si te los traen. Hay muchas circunstancias y hay que mirarlas todas, tener empatía y ponerse en el lugar de la persona», dice, pensando por ejemplo en personas mayores que o han fallecido o no pueden realmente seguir a cargo de su compañero peludo. «Muchos se ven en la obligación de entregarlo. En todo caso, nuestra prioridad son los que están en la calle abandonados».

La perrera de Serín recibe una media de seis o siete perros a la semana. En el caso de los gatos,son tres o cuatro. «Las salidas dependen mucho y, cuando tenemos camadas, suelen salir rápido los cachorros. Los otros cuesta más trabajo». Salen, como mucho, rumbo a nuevos hogares una media de tres o cuatro perros a la semana. Siempre es más lo que entra que lo que sale. «También tenemos nuestra cota de seniors, esos que cuesta más que sean adoptados», indica. Son perros de más de 10 años, que aún tienen vida, y podría ser de mucha más calidad, por delante. «En los gatos lo mismo. Todo el mundo quiere cachorros», indica Quesada. 

«Tenemos que dejar de pensar en los animales como una moneda de cambio»

El tercer albergue municipal de animales con más inquilinos en Asturias es el de Mieres, cuya gestión está en manos de la protectora Alma Animal desde abril. «Ahora mismo conviven 72 perros en el albergue y tenemos más de una decena en casas de acogida», dice Silvia López, de Alma Animal. «Con la protectora, además, tenemos a otros 20 perros en hogares de acogida que rescatamos fuera de Mieres, así que Alma Animal tutela a un centenar de perros. También tenemos a una veintena de gatos en acogida». El albergue, que no tiene gatera, también abre todos los días del año de 9.30 a 5.30 horas. 

«Tenemos que dejar de pensar en los animales como una moneda de cambio y transmitir a nuestros hijos que no son cosas que se regalan y que pasan a ser de su propiedad. Hay que verlos como compañeros», considera López, que anima a quienes están dispuestos a convivir con un peludo a preguntar en una perrera primero. «Hay que valorar salvar a los que están en las jaulas antes que comprarlos. La gente piensa que en los albergues solo tenemos chuchos, mestizos, y no es así. La gente que compra perros también los abandona y hemos tenido y tenemos chihuahuas, yorkshires, beagles… La excusa de que yo quiero esta raza en concreto y por eso no adopto no vale», asegura. 

Anuncios ilegales de venta de perros en internet

Advierte, además, de los muchos anuncios que se publican en internet en los que se venden perros. «Es ilegal. Para empezar, hay que sacar una licencia de núcleo zoológico, darse de alta como criadero y pasar una serie de requisitos. Si no es así, vender un perro es ilegal y es denunciable». Una simple búsqueda puede dar lugar a cientos de anuncios. «Te los venden por 300 euros y tienes que saber que es un perro que va a morir enseguida. No se respetan las líneas de mezcla y tienen una calidad de vida peor, con muchos problemas y eso la gente no lo sabe. Si se quiere comprar un perro tienen que ir a un criadero legal», insiste. 

La mejor opción lógicamente siempre será adoptar a quien espera por una familia en el interior de una jaula. «Hay perros que llegaron con meses, siendo cachorros, y que ahora tienen tres años y son tan buenos que solo hay que conocerlos para que te enamoren», dice López, que también anima a quienes no pueden hacerse cargo de un animal por no poder atenderlo durante la semana a que acudan simplemente a sacarlos de paseo a la perrera. «Les das la vida con ello».

La gestión del albergue de Mieres por parte de Alma Animal es temporal, «es una situación de transición porque nadie se hacía cargo», pero una vez que salga la licitación tienen previsto presentarse. «Hemos visto las grandes mejoras que se pueden hacer», explica López, mencionando por ejemplo que desde abril han conseguido que más de 100 animales hayan sido adoptados o las reformas que han ido llevando a cabo, con el apoyo del ayuntamiento, para que la perrera de Mieres no siga siendo un lugar húmedo y lúgubre. «Mejor que regalar un perro es regalar una lámpara para calentar una jaula de perros», afirma, en relación a la campaña con la que están intentado recabar apoyos para mejorar las instalaciones.

Los perros invisibles de la perrera también encuentran hogar

«La perrera de Mieres está metida en un bosque y es una zona muy húmeda», recuerda. Limpiar los excrementos de las jaulas es, por ejemplo, toda una odisea. «Se canalizan a través de todas las jaulas para llegar a un pozo negro del que hay que sacarlo todo a mano con una pala en bolsas de basura a diario. Eso no pasa en ningún otro albergue», lamenta. Pero, poco a poco, se han ido haciendo esos cambios y «desde el ayuntamiento nos han ido facilitando los materiales pata hacer la reforma». Lo último en llegar ha sido una donación de madera que se empleará en que evitar que entre el frío en las jaulas. 

«Ahora la gente está más volcada y estamos sacando un montón de perros que llevaban ahí toda la vida». Les llaman, de hecho, los invisibles. Uno de ellos era Cinegan, que vivía solo en la peor jaula de todo el albergue y del que nadie sabía cuándo había llegado. «Estaba ahí desde siempre». Ahora está de acogida en Arriondas y, pese a que en la perrera estaba solo por no ser sociable, disfruta jugando con todos los perros de la zona. «Muchos no son sociables en la perrera por el estrés o porque les condenan a a soledad por una pelea… Ya solo quedan la mitad de los invisibles que había. El verano fue muy complicado, porque nos entraron 105 perros, pero por lo menos lo hemos salvado», respira López.