«¿Tú estás segura de lo que me estás diciendo? No será para tanto. Eres una exagerada»

Con frases y expresiones «humillantes y vejatorias», acompañadas de una gesticulación «despreciativa», es la actitud con la que las asociaciones Abogadas para la Igualdad y Women's Link Worldwide aseguran que presuntamente el psicólogo forense Ramón Vilalta cuestionaba  la veracidad del testimonio de las mujeres a las que tenía que valorar, en su calidad de perito, en sus denuncias por episodios de violencia de género. Unos comentarios que reflejaría en los informes periciales donde ratificaría que las versiones de las víctimas «no eran creíbles». El caso de cinco mujeres que se atrevieron a denunciar es la base que sustenta la primera querella en España por delito de odio hacia las mujeres que ambas asociaciones han interpuesto en los juzgados de Oviedo.

Trato presuntamente «vejatorio»

Abogadas para la Igualdad y Women's Link solicitan la apertura de diligencias y su personación en la causa como acusación popular. Aunque disponen del testimonio de cinco mujeres, calculan que podrían ser  «muchísimas más» las afectadas por este tipo de comportamientos. Una apreciación derivada de las numerosas llamadas que han recibido en las últimas 24 horas desde que se hizo público el anuncio de la interposición de la querella. De estos cinco casos, tres eran por presuntos abusos sexuales a menores: dos donde el acusado era el padre y uno el abuelo paterno, y otros dos casos de violencia de género por parte de la pareja.

Elena Ocejo, presidenta de Abogadas para la igualdad, reconoce que su asociación empezó a recibir las quejas de mujeres denunciando el comportamiento del psicólogo forense «hace 2 ó 3 años» a las que se han sumado las de otras asociaciones que les han derivado el caso «de otras víctimas» que relatan haber vivido situaciones similares.

«Ninguneadas de obra y palabra»

La asociación mantiene que tanto el trato personal como profesional del querellado ha sido «vejatorio y humillante» para las mujeres a las que, a petición bien del titular del juzgado o bien del representante del ministerio fiscal, tenía que valorar y que han tenido que soportar comentarios machistas donde se dudaba de su credibilidad como víctimas. «¿Tú estás segura de lo que me estás diciendo?»; «No será para tanto». «No me lo puedo creer», son algunas de las frases que, habitualmente, según la versión de las asociaciones querellantes, vertía el perito.

A juicio de las asociaciones, el problema se agravaba a la hora de ver cómo sus opiniones se veían reflejadas en un informe. «Lo peor de todo es que en todos los informes el perito habla de que las víctimas no son creíbles, ni sus testimonios son relevantes, así como que no hay secuelas de violencia de género porque no la ha habido. Y más grave todavía es que cuando estas mujeres denuncian abusos sexuales sobre sus hijos o hijas, que normalmente proceden del entorno familiar, hace lo mismo: ningunea de obra y de palabra haciendo gestos y diciendo comentarios que luego en los informes dice que la víctima no es creíble y que los niños son manipulados por la madre, con fines espúreos o instrumentales».

El 85% de los abusos a menores, archivados

Elena Ocejo se remite a un estudio elaborado por Save The Children donde se refleja que en Asturias hay un 85% de las denuncias por abusos sexuales que «son archivadas, y eso impide que las víctimas accedan a la justicia porque ya se archivan directamente, no se investigan. Por eso nosotras pretendemos con esta querella que se abran diligencias y probemos lo que estamos diciendo evidentemente».

En su opinión, lo que resucita en el fondo es el «mito de la mala mujer» y lamenta que todas las quejas que se han interpuesto hasta ahora contra Ramón Vilalta en el Colegio Oficial de Psicólogos de Asturias no hayan prosperado. «Al ser él el decano del Colegio está claro el éxito que pueden tener nuestras denuncias», corrobora.

El  «menosprecio» y la «humillación»

Las asociaciones Abogadas para la Igualdad y Women's Link se acogen como un hecho novedoso en esta querella al artículo 510.2 del Código Penal, que contempla los delitos de odio. «Recurrimos a este artículo porque lo que se protege es la dignidad de las personas y lo que se castiga es a quienes lesionen esta dignidad por medio de menosprecio, descrédito, humillación y por pertenecer a algún grupo por razones racistas, por etnia, religión, homofobia, orientación sexual… Además, el Código Civil en una modificación del año 2015 introduce los motivos de género y pensamos que precisamente estos motivos de género son los que le llevan a él a tener todos estos estereotipos volcados en las mujeres que denuncian de que son unas exageradas, que denuncian alarmantemente y que quieren algunas otras cosas»

La presidenta de Abogadas para la Igualdad cree que muchos de estos comportamientos son un reflejo de una sociedad donde predomina el machismo y especialmente en los casos de violencia de género. «Tú entras en una comisaría diciendo que te han robado el bolso y nadie dice: «anda que seguramente fuiste tú para cobrar el seguro», pero en estos casos de violencia de género, salvo que entres con un ojo morado, te dicen: «pero si yo lo veo por la escalera y es un buen tipo». Aún hay muchos prejuicios y muchos estereotipos de género donde se pone en tela de juicio a la víctima», ratifica

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