La médico acusada de imprudencia declara que durante las primeras 24 horas de observación no se percibieron síntomas ni tos en la pequeña
03 nov 2017 . Actualizado a las 13:02 h.La médico acusada de imprudencia por la muerte en 2013 de una niña de Ibias de 19 meses, que se atragantó con un grano de maíz, se ha declarado este viernes inocente y ha indicado que en el momento que atendió a la pequeña, la misma «era completamente asintomática, en 24 horas no tosió, y no tenía ninguna sintomatología salvo una leve hipoventilación» que no tenía por qué deberse a tener alojado un cuerpo extraño en vía respiratoria. La sospecha de una aspiración de cuerpo extraño «era muy baja».
La acusada, para la que la Fiscalía solicita un año y seis meses de prisión, inhabilitación especial para el ejercicio de su profesión durante cuatro años y el pago de una indemnización de 130.000, ha descrito la situación en la que recibió a la pequeña en el HUCA.
Ha explicado, tanto a preguntas del Fiscal como del resto de letrados, que de entrada «la sospecha de un cuerpo extraño era muy muy baja y con el paso de las horas aún menor», por lo que descartó tras un periodo de observación, no realizar la broncoscopia de urgencia.
Sí ha reconocido que la única forma de sacar un cuerpo extraño de una vía respiratoria es una broncoscopia, pero ha añadido que «no es menos cierto que es la prueba pediátrica más invasiva que hay e incluso tiene altas tasas de falsos negativos».
La médico ha indicado que el pediatra del Hospital de Cangas del Narcea que derivó a la pequeña al HUCA ya le indicó que la sospecha de que tuviese un cuerpo extraño en vía respiratoria era muy baja, pero fue la «insistencia de los padres» lo que conllevó la derivación.
Así ha ido relatando los hechos y ha indicado que los padres trajeron las radiografías con el informe. La doctora la atendió ante la sospecha de aspiración de cuerpo extraño pero con baja probabilidad de que estuviese alojado en vía aérea por una serie de circunstancias. La acusada ha incidido en que la niña saturaba «perfectamente» y que únicamente le vio una hipoventilación leve pero no «sibilancias». Ha descrito como obró después, siempre según los protocolos pare ese tipo casos.
«A la vista de la baja sospecha, lo que decido es mantenerla en observación y darle un broncodilatador, Salbutamol. Pensé, y así lo dije, que si había algún cambio en sintomatoligía o dependiendo del resultado de las placas del día siguiente valoraría hacerle una broncoscopia, para lo que es necesario una anestesia general. Dejé apuntado eso, y dejé apuntado que le hiciesen placas a las 8 de la mañana. Pasé a verla por la noche. Di la orden de que a partir de las dos de la mañana se quedase en ayunas por si acaso se le tenía que practicar la broncoscopia, pero nunca dije que se fuese a hacer», ha insistido la acusada en su declaración.
Ha continuado explicando que a la mañana siguiente valoró las placas y la información proporcionada por las enfermeras, que le dijeron que no tuvo fiebre y tampoco tos. Volvió a explorarla y la hipoventilación había mejorado. Ante esta situación trasladó a los padres que en ese momento no estaba indicada una broncoscopia de urgencia.