Las víctimas asturianas del franquismo quieren abrir proceso a los torturadores

Pablo Batalla Cueto REDACCIÓN

ASTURIAS

Huelga en Sama de Langreo en los años 70
Huelga en Sama de Langreo en los años 70

La Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina apoya la nueva vía abierta por Luis Suárez-Carreño para conseguir que se juzguen los crímenes de la dictadura

29 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Anita Sirgo no quiere morirse sin ver a su torturador, el capitán Caro, no ya tras los barrotes de una celda --que eso, la veterana comunista langreana ya asume que nunca sucederá-- sino sentado en el banquillo de acusados de un juzgado. Lo mismo le sucede a Gerardo Iglesias: quien fuera coordinador general de Izquierda Unida no pierde la esperanza de que España supere por fin la «asignatura pendiente» que tiene contraída desde 1977, emule a otros países con pasados dictatoriales y juzgue y condene de una vez a criminales del franquismo como Pascual Honrado de la Fuente, de quien Iglesias jamás ha olvidado, porque la sufrió él mismo, la saña con que propinaba puñetazos y patadas en el hígado a los activistas de izquierda que pasaban por sus manos en la comisaría de Oviedo.

Tanto Sirgo como Iglesias se muestran a favor de la nueva vía que, con vistas a que los torturadores franquistas paguen por sus crímenes, ha abierto un antiguo militante de la Liga Comunista Revolucionaria, Luis Suárez-Carreño, que el pasado 20 de junio presentó en Madrid una querella contra el torturador José Antonio González Pacheco, más conocido como Billy el Niño. Es la primera que se presenta en España contra un torturador franquista: hasta ahora, todo lo que las víctimas habían emprendido contra los criminales del franquismo lo habían intentado a través de la Justicia argentina tras la apertura de una causa contra la dictadura española por parte de la juez bonaerense María Servini de Cubría.

Esta nueva vía cuenta con la aprobación de la Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina (CEAQuA) y no es contradictoria con la vía argentina. Una de las portavoces de CEAQuA en Asturias, Carmen Prado, lo explica así: «La juez Servini pidió la extradición de Billy el Niño, pero la Justicia española se negó. Pero existe un principio universal que dice que, si no se extradita a un criminal, debe juzgárselo. Y por otro lado, no se puede apelar a la ley de Amnistía, como hacen estos criminales, porque algo que no se juzgó no se puede amnistiar». La intención de CEAQuA es que «se juzgue a estos criminales, que se los haga mirar a la cara de sus víctimas, que se los condene y que luego, si el Gobierno quiere, que los indulte. Pero que se los juzgue». En opinión de la Coordinadora, bien está todo lo que se emprenda para lograr ese objetivo y las distintas vías abiertas no son contradictorias entre sí ni se anulan mutuamente. «Esta nueva vía es una forma más de percutir», dice Prado.

La denuncia de Suárez-Carreño ha sido la primera de toda una cascada de otras denuncias individuales contra Billy el Niño. Hasta el momento, ninguna de ellas ha procedido de Asturias, pero ni las víctimas ni los responsables de CEAQuA descartan que se interponga alguna demanda desde el Principado. «Estamos trabajando en ello; se están iniciando conversaciones», explica Prado. Prefiere no dar nombres, pero Anita Sirgo y Gerardo Iglesias se muestran más que dispuestos a presentar denuncia. «Yo voy encantada a lo que me pidan», dice Sirgo. «Estoy absolutamente dispuesto a sumarme a esa nueva vía y convencido de que, desgraciadamente, será más tarde que pronto, pero la Justicia acabará por abrir los ojos a nuestros argumentos de que los crímenes de lesa humanidad no prescriben y que, del mismo modo que Núremberg no sólo condenó a los criminales nazis, sino que también describió y sentó doctrina sobre lo que significó el fascismo y armó democráticamente a los pueblos, España debe proclamar de una vez la maldad intrínseca del franquismo», manifiesta Iglesias.