La mutualidad analiza además un desfase de un millón de euros en una obras en el balneario de Ledesma en 2013
23 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.La revisión a las cuentas del Montepío de la Minería acaba de abrir dos nuevos capítulos, uno relacionado con unas obras ejecutadas en el balneario de Ledesma y otro -el que más dinero movió- a una ruinosa operación económica del 2003, cuando se vendieron en Murcia pisos por debajo del precio de mercado y se compró un apartahotel en Roquetas de Mar con unas tarifas revalorizadas. El foco central está colocado sobre el geriátrico de Felechosa y los 31 millones de fondos mineros que sirvieron para construirlo. Pero toda la etapa de José Antonio Postigo al frente de la mutualidad se está sometiendo a un escrupuloso examen, tanto el periodo en el que ejerció como presidente, a partir del 2006, como en los ejercicios anteriores en los que fue designado por José Ángel Fernández Villa como enlace entre el SOMA y la entidad, lo que le dio vía libre para actuar a sus anchas. El planteamiento es sencillo. Si se ha descubierto una trama que abarca desde empresas interpuestas para hacerse con contratos de limpieza en Murcia o certificaciones de materiales de gran calidad que nunca se llegaron a colocar en Felechosa, ¿por qué esas mismas prácticas no se iban a extender a otros complejos, a otras operaciones y a otros años?
El ruinoso 2003
El Montepío ha encaminado los pasos de la Fiscalía Anticorrupción a la operación de 2003. El 28 de febrero de 2003, el Montepío vendió 61 apartamentos de los casi 300 que tenía en propiedad en Los Alcázares a Mitra XXI. Valoró cada uno de ellos en 54.000 euros, muy por debajo de lo que se estaba pagando en el mercado, donde alcanzaban los 100.000 euros. En la misma notaría en la que se rubricó esa operación se cerró, a continuación, la compra de los 140 apartamentos del apartahotel de Roquetas de Mar (Almería) a la empresa Forlaca. Estos, en cambio, los adquirió por 70.000 euros cada uno. Ambas empresas tenían el mismo propietario, Sergio Díaz Sariego, que vendió a 100.000 euros los pisos que compró por apenas 54.000 euros.
Un grupo de mutualistas se organizó en una plataforma de afectados y presentó un caso judicial contra aquella operación. El caso quedó archivado de forma provisional en el 2009. Pero tres años después el empresario fue acusado por el entonces fiscal de Delitos Económicos del Principado, Íñigo Gorostiza, de evadir más de 600.000 euros en aquel venturoso 2003. Le pedía dos años y medio y una multa por la cantidad evadida. Un recurso final ante el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) le libró de entrar en prisión.
La mutualidad ha remitido la documentación que tiene sobre este caso a la fiscalía, con datos aparecidos después del archivo del caso en el 2009. Ha adjuntado la sentencia por evasión del año 2012, documentación de los registros de propiedad y el material recopilado de sus propios archivos. Todo forma parte de un detallado informe de 18 páginas que ya obra en poder de los fiscales. El objetivo es que Anticorrupción valore si en aquel pelotazo, entonces cifrado en seis millones de euros, se cometió alguna ilegalidad. «Es algo que, al menos, tienen que valorar», han explicado algunas fuentes consultadas por La Voz.
Además de sospechosa, la operación fue gravosa para las arcas del Montepío. Vendió a un precio muy bajo en Murcia y se gastó más de 15 millones en Roquetas del Mar, 11,5 millones en la compra del apartahotel y otros cuatro millones más en obras de adecuación. Los que conocen al detalle la inversión reconocen que fue «una operación empresarial ruinosa». Aunque en 2009 se decretó el archivo provisional, todo lo sucedido desde entonces podría dar un giro al caso.
Ledesma
Visto el tamaño de la trama, la investigación se ha extendido a todos los rincones, incluso al balneario de Ledesma, el buque insignia de la mutualidad que hasta ahora parecía al margen. La actual junta directiva ya había confirmado que estaba haciendo auditorías centro a centro. La de Ledesma no está concluida pero ya hay algunas pistas sustanciosas. El 28 de diciembre de 2001 se adjudicaron unas obras que se ejecutaron entre 2012 y 2013. Ese mismo día se autorizó al antonces presidente, José Antonio Postigo, a gestionar un préstamos para financiar los trabajos. Alcedo de los Caballeros, la constructora del geriátrico de Felechosa, se hace con la obra pese a presentar un precio superior a las otras dos empresas que se presentan al concurso. La obra estaba proyectada por Manuel Sastre. Tanto Sastre como el gerente de Alcedo de los Caballeros, Juan Antonio Fernández, están siendo investigados y fueron detenidos durante el desarrollo de la operación Hulla.
A falta de concluir el trabajo ya se ha detectado un desfase de un millón de euros. La comisión regional del Montepío autorizó una obra de 3,5 millones de euros pero se gastaron 4,5 millones. Es decir, existe una diferencia sustancia entre los contratos firmados y los importes abonados. Ahora se investiga el por qué. No es lo único que se está sometiendo a examen. También comprobarán si las certificaciones se corresponden con lo ejecutado y si las calidades de los materiales son realmente las que se utilizaron. La experiencia de Felechosa ha enseñado a la actual dirección a no dar nada por supuesto y a no dejar ningún hilo sin tirar.
668.000 euros en disputa
De hecho, con Alcedo de los Caballeros tienen otro frente abierto es el de los 668.000 euros de Roquetas de Mar y Los Alcázares que se disputan. La constructora reclama ese dinero por unas obras en el apartahotel. El Montepío no sabe de dónde ha salido esa reclamación. Ese dinero no figura en ninguna parte, no hay ninguna factura que los justifique y las obras contratadas fueron pagadas en tiempo y forma.
Tras la demanda interpuesta por la constructora Alcedo de los Caballeros contra el Montepío, la entidad contrató unos servicios técnicos profesionales para analizar y valorar las obras. Ese informe aún está en fase de elaboración.