Los mejores escanciadores de la región consiguen atraer a clientes que buscan el mejor culín
22 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Disfrutar de un buen culín de sidra depende de muchos factores, pero quizás el más importante sea el escanciado. Esa es la razón por la que muchos amantes de esta bebida prefieren recorrer decenas de kilómetros y disfrutar de una botella echada por un auténtico profesional. Los ganadores de los concursos de escanciado lo saben, y es que una parte de su clientela se debe a este título que ostentan. Reconocen que dominar esta técnica ha atraído a muchos sidreros que se acercan a los bares donde trabajan y que esto ha aumentado las ventas. Esta cualificación extra es la que ha llevado al sector a proponer la homologación de la figura del escanciador.
Un incremento en las ventas
Las hermanas Ovín saben muy bien lo que es ganar el campeonato de escanciadores y los beneficios que ello conlleva. Susana fue la primera mujer en ganar este campeonato en 1999, cuando tenía 19 años, y posteriormente repitió título en 2004 y 2005. Fue a partir de la participación en estos concursos cuando su nombre empezó a sonar y sus fotos comenzaron a aparecer en los medios de la región. Esa popularidad supuso que el negocio que ambas regentaban en Nava, La barraca, se convirtiese en uno de los favoritos para los amantes de la sidra, por lo que las ventas comenzaran a aumentar notablemente.
Después de 20 años, Susana Ovín decidió dejar a un lado estos concursos para dedicarse en cuerpo y alma a su negocio, después de que su hermana tuviera que abandonarlo para comenzar a trabajar como profesora. A pesar de ello, la fama que supuso su participación en estos certámenes la sigue manteniendo. «La gente continua viniendo porque es una cuna de escanciadores y saben que aquí van a tener un buen trato», comenta Ovín. Aunque se ha apartado de los campeonatos, Ovín se encarga de formar a todos lo que se quieran especializarse en esta técnicas. «En el último curso que ofrecí aquí en Nava participaron 19 personas. Duró tres semanas y salieron de allí no solo sabiendo escanciar, sino también teniendo conocimientos sobre el producto»
Fichar a los mejores
Estos escanciadores se han convertido en «los galácticos» de la sidra y como tal sus servicios son muy demandados. Eso lo sabe bien Loreto García, propietaria de El Madreñeru en Pola de Siero y campeona de escanciado en 2004. Afirma que ostentar este título supone «una gran publicidad y sube el caché», por lo que algunos de sus clientes van a su negocio desde Oviedo o Gijón para ver como echa un culín.
Pero no solo García es la única experta en el escanciado en El Madreñeru. Desde hace 9 años, Jeison Franco trabaja como camarero en este establecimiento y desde hace seis años participa en este campeonato regional, quedando siempre entre los cinco primeros. Contar con un empleado con estas características es sin duda un reclamo, por lo que muchos hosteleros buscan ficharlos para sus negocios. «La verdad es que todo el mundo quiere contar contigo, por lo que tienes más ofertas de trabajo. En mi caso, aunque saben que tengo un local, sí que hubo gente que me dijo que sería perfecta para ser la encargada de su establecimiento».
Por su parte, Ovín reconoce que durante la época estival necesita aumentar la plantilla, por lo que suele contratar a estos profesional. Afirma que el que participen en este tipo de certámenes repercute en las ventas porque «a la gente le gusta verte salir en la prensa». Aún así, asegura que a la hora de contratar a un camarero busca también que tenga un buen carácter y que atraiga a la clientela.
¿Y la categoría de escanciador?
Si algo destacan los profesionales del sector respecto a este tipo de camareros es la labor y formación extra que deben de ejercer. Señalan que los escanciadores tienen que desempeñar más trabajo que el resto, por lo que se debería tener en cuenta este plus a la hora de retribuirles. Es por ello que desde hace unos meses se está trabajando para regular la categoría profesional de escanciador y llevar a cabo cursos formativos para los que quieran convertirse en auténticos expertos de este producto asturiano.
Esta categoría supondría un incremento en el sueldo, ya que se tendría en cuenta su formación específica y el trabajo extra respecto al resto de camareros. «Estamos hablado de auténticos profesionales de la sidra, por lo que habría que pagarles más por su servicio», comenta García. Por su parte, la propietaria de La Barraca ve con esta inicia recompensado el trabajo de los escanciadores, más aún teniendo en cuenta que «en Asturias se venden millones de botellas de sidra al año».