El astronauta Pedro Duque asegura que se necesitarán más de diez años para que el hombre pise Marte
17 may 2017 . Actualizado a las 10:26 h.Pedro Duque hizo historia en la década de los 90 al convertirse en el primer español que viajó en el espacio. Fue en 1998 cuando se le concedió el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional, junto con los astronautas Chiaki Mukai, John Glenn y Valery Polyakov. A los cuatro se les consideró representantes de los artífices de la cooperación internacional en la exploración pacífica del espacio. El madrileño, que continúa con su trabajo en la Estación Espacial Internacional, está esta semana en Oviedo como jurado de estos premios.
- Mucha gente lleva tiempo preguntándose cuánto tardará el hombre en poner un pie en Marte
- La única manera para medir cuánto se va a tardar en llegar es saber cuántos ingenieros nos van a dar. Si soy yo solo, vamos a tardar infinito, al igual que si somos 10. Si somos 100.000, por ejemplo, ya empiezo a calcular. Hay que recordar que en la época del Apolo había 400.000 personas dentro del programa. Depende mucho de eso, tenemos que solventar una serie de retos tecnológicos importantes y solo a base de trabajar en ello lo conseguiremos. Necesitaremos 10 o 15 años porque los proyectos son complicados, pero eso sería el mínimo si tuviésemos suficientes personas.
-¿Qué opina sobre que se envíen más máquinas que astronautas al espacio?
-Siempre tenemos que hacerlo así, con sondas de control remoto. En vez de ir y arriesgarnos, probamos con esto, al igual que hacemos en el mar. Es eso lo que estamos haciendo y no me parece nada raro. Toda exploración tiene sus fases y ahora tenemos la suerte de tener esta oportunidad tecnológica que nos envía datos y señales.
-En cuanto a la Luna, ¿cuándo volverá el hombre a pisarla?
-La Luna sería un proyecto menos complicado que el de Marte, más que nada porque reduces muchísimo la necesidad de fiabilidad. Si algo se rompe en Marte hay que recordar que tardas muchos meses en volver, por lo que hay que tener mucho cuidado. En la Luna son tres días de vuelta, por lo que es más sencillo desde el punto de vista tecnológico, ya que te puedes arriesgar y eso conlleva que se pueda hacer antes. Pero también es lo mismo que con Marte, tenemos que poner a gente a trabajar en ello.
-Después de los últimos descubrimientos, ¿cree que podría encontrarse vida en el Sistema Solar?
-Las sondas automáticas que hemos enviado nos han mandando datos esperanzadores. La última Oportunnity de la NASA que está en Marte ha hecho mediciones in situ y ha demostrado que en ciertas áreas corrió agua, por lo tanto alguien tendría que ir allí a cavar y ver en persona que muestras encontrar. Otras sondas automáticas han podido demostrar lo que siempre se pensó y ahora ya se sabe, y es que ha habido agua en estado líquido y en estado caliente. Ese agua está ahí desde hace miles de millones de años en varios de los satélites que orbitan en los planetas gigantes del sistema solar como Europa, Ganimedes y parece que ahora también Calisto. Entonces no sé, posibilidad la hay, eso es lo que podemos determinar hasta ahora. Por el momento se están preparando otras misiones autómaticas, sobre todo a los sitios que es más complicado ir con personas, como Europa. En Marte seguramente tengamos que ir y buscar.
-Si de algo se habla en los últimos meses es de la presidencia de Donald Trump. ¿Cómo afectará esto a la NASA?
-Cada vez que cambia la administración de los Estados Unidos, cambia la dirección, pero en un pequeño ángulo. En vez de ir al norte van al noroeste. Hay unas pequeñas desviaciones de la dirección que se tenía antes. Eso es lo normal porque viene gente con nuevas prioridades, y es que el sistema de votación refleja las prioridades del país y de los ciudadanos. Hace una semana o dos el Congreso aprobó el presupuesto de la NASA y concedió bastante más dinero del que habían pedido. Parecer ser que una de las consecuencias es que va a haber un modesto incremento de los presupuestos de investigación y exploración del espacio y habrá un cambio de líneas. Posiblemente las haya más científicas, mientras que las que tengan que ver con el estudio del cambio climático sufrirán una pequeña disminución. Quizás las líneas que sean más del agrado de la administración actual, como puede ser la exploración, sufran un aumento.
-Por otro lado, muchos expertos afirman que el negocio del espacio pertenece a las comunicaciones...
-Actualmente más del 90% del volumen pertenece a las telecomunicaciones. De las muchas tecnologías de las que disponemos que están relacionadas con el viaje al espacio, la de las telecomunicaciones es una que ha llegado al mercado. Todo el mundo lo quiere, todo el mundo lo necesita. Las empresas compraron satélites y cohetes a las otras empresas y eso es una cuestión de mercado, con un volumen muchísimo mayor que cualquier otro. Luego está el otro mercado que es el de los mismos cohetes que sirve al de las comunicaciones y a otros, como el de satélites científicos o de observación. Existe el mercado potencial de observación de la tierra, al que yo me dediqué durante cinco años en la empresa Demos Imaging. En ese momento estábamos haciendo una labor pionera y ahora mismo hay muchísima mayor demandada de imágenes de observación en la tierra. Se venden, se compran a los que poseen satélites y se proporcionan por ejemplo a las plataformas que nosotros mismos miramos por internet. Poco a poco o de forma explosiva empezaremos a ver también el negocio de llevar a personas al espacio, aunque sea en un ratito corto, como turismo. Creo que eso ya está bastante desarrollado y quizás sea el año que viene o el siguiente cuando veamos estos vuelos comerciales.
-Entonces, todos esos rumores sobre gente que ya tenía un billete son ciertos y podrán viajar el año que viene al espacio...
-No sé con exactitud los planes comerciales de las empresas, pero hace tres o cuatro semanas ya se hizo el primer vuelo de prueba. Ya se habían hecho otros, pero tuvieron un incidente, así que hubo que hacer modificaciones. El último vuelo de prueba ha sido con todos los sistema de reentrada. De momento tienen que obtener la certificación de las autoridades para llevar turistas, y eso no sé cuanto tiempo llevará, pero no creo que mucho. Entonces será cuando toda esa gente que había dado una señal para ir al espacio con ese tipo de naves durante unos pocos minutos podrá empezar a volar y será ahí cuando veamos si se va a vender bien o no, porque la gente tendrá que opinar.
-Por último, ¿cuál ha sido la mejor época para la carrera espacial: la de los dos bloques o la de la cooperación?
-Mejor para según que cosas. En la época de los dos grandes bloques se empleaban muchísimos más recursos y los avances eran mucho más rápidos. Si que es cierto que hubo un motivo que no era del todo limpio, y es que era más militar y de dominación del mundo, de construcción de bloques, y no me refiero de opinión. Todo eso estaba manchando un poco el desarrollo tecnológico, pero este era mucho mejor entonces, simplemente porque había mucha más gente trabajando en él. Lo mejor es que haya una competencia, es la manera en la que damos más de sí. Si haces una carrera y nadie va a dar medallas, la gente corre mucho menos. Hemos pasado de una competencia militar a una más tecnológica, es decir, los gobiernos invierten en el espacio para que sus empresas desarrollen tecnologías. De esa manera serán más competitivas y así podrán cobrarles más impuestos. Quizás conseguimos hacerlo de manera sana entre varios países, conseguiremos dar el siguiente avance.