




Varias asturianas cuentan cómo han sido estos últimos nueve meses y cómo les afecta la activación del Brexit
02 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.La sombra de la incertidumbre sigue planeando por todo Reino Unido. Desde este miércoles, el Brexit ya está activo y para algunos de los asturianos que residen allí su vida allí ha cambiado, mientras que para otros sigue siendo igual que la de hace un año. Durante muchos meses han tenido que vivir con la inquietud por su futuro y el miedo a los ataques xenófobos. Con el paso del tiempo, las cosas parece que se han ido estabilizando poco a poco. Aunque reconocen que Reino Unido ha dado un gran paso atrás, en la mayoría de los casos no se plantear volver a su país de origen y prefieren continuar con su vida allí. Aseguran que la mayoría de los estaban a favor del out están arrepentidos y tienen miedo a lo que pasará en un futuro.
«La verdad es que cuando empezó todo, los racistas se vinieron arriba, atacando a varios españoles en autobuses o en la calle. Ahora parece que está todo un poco más calmado y la gente con dos dedos de frente está totalmente en contra del Brexit», afirma Naiara Álvarez, una mierense que lleva un lustro trabajando en Londres. Asegura que muchas de las personas que decidieron no ir a votar están arrepentidas, ya que daban por sentado que nada de esto podría haber pasado en un sitio como Reino Unido. «Nadie pensaba que la población más ignorante haría a UK dar un paso atrás tan grande como el que ha dado», afirma.
Naiara decidió irse a trabajar a Inglaterra nada más finalizar sus estudios de Periodismo. Después de cinco años, su vida allí se ha estabilizado y se ha convertido en una londinense más. Trabaja en el departamento de comunicación de los almacenes Harrod´s y ya se ha amoldado a la perfección al estilo de vida inglés. «No me planteo volver a España, al menos por esta situación. No digo que no vuelva en un futuro, pero será porque quiere volverme no porque la situación política me obligue. La verdad es que tardaremos dos años en ver en que acaba todo esto», comenta.
Problemas en la sanidad
Muy similar a su situación es la de Georgina Fernández. Esta ovetense de 26 años reside en Birmingham junto a su pareja. Señala que el ambiente que se vive en esta gran ciudad es también de pesimismo y que la mayoría de la gente ha dejado atrás la xenofobia conforme avanzan las negociaciones, aunque todavía son muchos los que están a favor del Brexit. «Hay gente que se mantiene fiel al out y pone logos y mensajes nacionalistas en las redes sociales, pero suelen causar la burla de sus allegados. Este miércoles alguien llegó a poner incluso que la UE la habían fundado los nazis», comenta.
Georgina ha vivido en primera persona la reacción a la activación del Brexit y, aunque no ha habido mucho revuelo, señala que se teme más sus consecuencias, como pueden ser la independencia de Escocia y la situación del Servicio Nacional de Salud. En este último caso entra el problema del personal médico en los hospitales, ya que se han llegado a rechazar alrededor del 30% de las solicitudes de residencia permanente. «La mayoría de la gente que conozco que votó por irse de la unión dicen que se arrepienten y que sienten que no estaban lo suficientemente informados. Ahora el enfrentamiento es entre Remoaners y Brexiters, más que en contra de los ciudadanos comunitarios».
A pesar de que echa de menos su vida en Asturias, Georgina es consciente de que su situación laboral en España sería muy diferente. «Vine aquí bastante joven y me he convertido en una adulta independiente en este país, con todo lo malo y lo bueno que conlleva. Siempre seré una extranjera, pero es que soy extranjera aquí y soy extranjera en España. Llamo casa a los dos sitios y mi identidad no se define por mi pasaporte», comenta.
Pocos cambios en la hostelería
Azahara Alfaraz reside en Londres desde hace dos años. La avilesina, licenciada en Arte Dramático y estudiante de Enfermería, llegó a la ciudad como tantos graduados que buscaron una salida laboral en la capital británica. Allí comenzó a trabajar en un restaurante mexicano en el que, inevitablemente, está en contacto con personas que llegan de todos los lugares del mundo.
La joven considera que el Brexit no le va a afectar especialmente porque «nunca he tenido mucha intención de quedarme a vivir en este país mucho tiempo y tampoco en el nuestro». Sabe que las negociaciones con Europa acaban de comenzar y que de momento es todo una incertidumbre. Sin embargo, en su día a día no ha habido cambios, incluso afirma que está un poco desconectada del tema.
Como trabajadora del sector servicios, ve muy complicado que la situación afecte a los extranjeros que se encuentran ya en Reino Unido. Con respecto a su ámbito laboral, considera que «por lo menos en lo que respecta a Londres, no habrá grandes cambios para los empleados, ya que la mayor parte son inmigrantes».
Problemas para abrir una cuenta de ahorro
Muy diferente es el caso de Wendy Bernal. Esta brasileña residente en Oviedo decidió hace un par de semanas probar suerte e irse a trabajar a Leicester. Lleva allí casi 20 días y aunque reconoce que una de las cosas que más le ha sorprendido es «la mezcla tan variopinta de la población», ya ha empezado a encontrarse con las trabas que le supone ser inmigrante. Uno de lo primeros problemas ha sido abrir una cuenta en un banco. Tras muchas preguntas en las que le pidieron un certificado de estudios o trabajo, el joven que la atendió en un primer momento le dijo: «Si hubieras venido hace dos semanas, te habríamos hecho la cuenta sin problema solo con el pasaporte. Pero las normas cambiaron, y ahora ya no podemos. Es necesario que traigas toda la documentación, o no podemos hacerte una cuenta».
Gracias a «Linking Jobs», una empresa privada que colaboraba con el ayuntamiento para ayudar a los inmigrantes a integrarse, ha empezado a buscar trabajo. Aún así, encontrar un primer empleo está siendo muy difícil y ya no cuenta con la opción de solicitar el salario social. Tanto para ella como el resto de inmigrantes que acaban de llegar al país, las trabas son mucho mayores que hace unos meses. «Realmente el Brexit ya está aquí, se nota en el ambiente. Aunque yo no me voy a rendir. Soy una ciudadana del mundo y tengo derecho a vivir en cualquier país al que quiera llevarme mis zapatos, porque mi patria son mis pies y todos los pasos que he dado a lo largo de mi vida -y los que me quedan-», afirma.