
Los informes del servicio jurídico regulan la convivencia en los campus y las normas en bibliotecas y laboratorios de todas las facultades
27 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Fuera de los tribunales, el servicio jurídico de la Universidad también tiene tareas trascendentes. El departamento elabora informes para que el rector, los decanos, los profesores o cualquier órgano de la institución sepan a qué atenerse en asuntos controvertidos. También atiende las objeciones de los alumnos a algunas decisiones universitarias. Por ejemplo, el año pasado, a petición del director del Departamento de Biología Funcional, los abogados examinaron si los estudiantes que reclamaban su derecho a declararse objetores de conciencia ante las prácticas con animales en las clases de Fisiología tenían base legal para su postura. Su conclusión fue que carecían de ella.
Los representantes legales de la Universidad también han respaldado el derecho de dos profesores de Matemáticas a la propiedad intelectual de unos apuntes tomados en sus lecciones y colgados y compartidos sin su permiso en una página web. En el 2015, a petición de las responsables de varias bibliotecas, el servicio jurídico también consideró ajustados a la ley los registros de mochilas en esas instalaciones para evitar el robo de libros y documentos. Algunos alumnos se habían quejado de que abrir sus bolsos antes el personal era una violación de su intimidad. Pero los abogados consideran que existe una causa racional (evitar los hurtos, que perjudican a todos los usuarios y a la Universidad, que debe reponer esos materiales) y recuerdan que, en el caso de la biblioteca central del campus de El Cristo, se han instalado taquillas en la entrada del recinto para que quienes deseen evitar los registros pueden dejar allí sus pertenencias.