Un estudio determina que, en plena era de internet, la opinión de las familias continúa siendo determinante a la hora de matricularse en la universidad
31 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.La vocación y la opinión de los padres siguen siendo las dos razones determinantes para que los jóvenes asturianos elijan una carrera. En plena era de internet, los motivos de peso siguen siendo los tradicionales. Consultan a través de las redes, bucean en páginas web y acuden a campus de orientación. Pero lo que de verdad pesa es la familia y los gustos. Existe, no obstante, un cierto sesgo de género. Los alumnos se guían más por el prestigio, la salidas laborales o la opinión de sus amigos. Las alumnas se fían de sus intereses personales. Esto determina que ellas consigan mejores resultados a posteriori en sus carreras.También hay diferencias entre los matriculados en centros públicos y los que acuden a colegios privados y concertados. Estos últimos recurren a fuentes de información más variadas. Que los padres sean licenciados influye en que los jóvenes vayan a la universidad pero no tanto en qué camino siguen.
Así queda reflejado en un estudio titulado ¿Cuáles son los motivos y las fuentes de información más utilizados por el alumnado de Bachillerato para elegir carrera universitaria?, elaborado por un equipo de expertos y publicado ahora por el Servicio de Evaluación de la Consejería de Educación. Este trabajo está basado en los resultados de un cuestionario que se aplicó a 2.005 estudiantes de 49 centros educativos del Principado, de los que el 53,9% eran mujeres. Este cuestionario estaba dividido en dos bloques diferentes, el primero pretendía saber qué motivos había para elegir un determinado grado y el segundo se interesa por las fuentes de información que utilizan. Así, uno a uno han tenido que puntuar cómo pesa la opinión de los padres, la proximidad de la carrera al domicilio familiar, las posibilidades de encontrar trabajo que ofrece, la nota de corte, el prestigio o la tradición familiar. También han tenido que explicar de dónde sacan la información que manejan, si han hablado con universitarios, si han rastreado las redes sociales o las web oficiales de las universidades, si han acudido a jornadas de puertas abiertas o colonias científicas, si leen periódicos, escuchan la radio o ven la televisión. Con todo este amplísimo abanico de datos, los investigadores han podido trazar perfiles, gustos y necesidades. No solo conocen mejor a los estudiantes de Bachillerato. Ahora ya saben qué se puede hacer para ayudarles a elegir una carrera.
Una de las grandes novedades de esta investigación es que se ha realizado entre alumnos de Bachillerato que todavía no han dado el salto a la formación superior, porque hasta ahora las encuestas se realizaban entre universitarios que echaban la vista atrás, lo que ya implica un sesgo porque ya conocen de primera mano el mundo universitario y cuentan con más información sobre la titulación que han elegido y pueden tratar de justificarse. Así lo explican los firmantes del trabajo: Luis Rodríguez Muñiz, José Muñiz, Marisol Cueli, Javier Suárez-Álvarez y Debora Areces.
Las conclusiones son rotundas. Las fuentes de información más utilizadas son los consejos de las familias y las web de las universidades y las menos son las que proceden de un contexto externo al propio alumno, como las colonias y los campus científicos o las jornadas de puertas abiertas organizadas por las propias universidades. Las chicas reconocen, no obstante, que recurren a fuentes más variadas que los hombres, aunque no todas tengan el mismo peso sobre su decisión. También existen diferencias en función de la modalidad de Bachillerato y de la titularidad del centro en el que estudian. Por ejemplo, los estudiantes de Humanidades y Ciencias Sociales utilizan los medios de comunicacion -radio, televisión, prensa e internet- y los de Artes, no. Los de centros privados y concertados muestran un abanico de fuentes más amplio que los de institutos públicos. El contexto familiar es igual de determinante. Nueve de cada diez jóvenes cuyos dos progenitores son licenciados van a cursar una carrera. Si ninguno de los dos posee un título, el porcentaje cae al 73%.
El otro gran apartado analizado es es el de las motivaciones, la razón por la que se elige una carrera y no otra. Las denominadas intrínsecas son las relacionadas con la vocación o con los gustos personales. Esas han sido las más valoradas por los estudiantes, por encima del prestigio de la universidad o de las futuras salidas laborales, que son las denominadas extrínsecas. Sin embargo, los autores han detectado aquí una nueva brecha de género. Los hombres se guían más por factores externos y las mujeres más por sus intereses personales. A juicio de los autores, esto puede explicar «que ellas obtengan mejores calificaciones en las carreras universitarias, dado que en algunas investigaciones han señalado que cuando el alumnado estudia con una motivación intrínseca, este tiene más probabilidades de alcanzar el éxito académico».
El trabajo concluye que es necesario mejorar los programas de orientación vocacional de los institutos y colegios que ofertan Bachillerato, ya que es una herramienta fundamental para sus alumnos.