Un equipo, del que forma parte el biólogo asturiano José Luis Acuña, mide una temperatura de -32,7% en la vega de Liordes. Aemet no reconoce el registro
28 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Una piscina de aire frío es un fenómeno climático a pequeña escala que suele ocurrir por la noche, cuando hay un predominio de las altas presiones, vientos flojos y cielos despejados. Se producen en unos terrenos con unas condiciones concretas como, por ejemplo, en Picos de Europa, un sistema kárstico, paralelo a la costa y de gran altitud. En una de esas piscinas de aire frío de Picos se ha medido la temperatura más baja registrada en España: -32,7 grados. Un grupo de físicos, biólogos y amantes de la montaña, entre los que está el biólogo asturiano José Luis Acuña, trabaja en el proyecto Jous Picos de Europa que se dedica a analizar estos fenómenos. El pasado 19 de febrero de 2015, en la estación que tienen colocada, con todos los controles, en la vega de Liordes, tropezaron con este hito. Aunque esta mínima histórica no está reconocida por el Aemet (Agencia Española Meteorología), que no cuenta con instrumentos de verificación en la zona, los expertos han publicado un completo informe en el que ofrecen todos los detalles, desde la tecnología utilizada a la ubicación exacta, las condiciones y los datos de los días previos.
Este proyecto no cuenta con ningún tipo de financiación externa, según cuentan los autores, Por esa razón, han optimizado sus recursos y han utilizado la mejor tecnología desde el punto de vista económico y logístico. Así, explican que han utilizado como medidor un datalogger concreto, que abarca un campo de temperaturas desde los -40 grados a los +80 grados, protegido por una garita meteorológica. Para la verificación recurren a las estaciones de la Red de Seguimiento del cambio Global de Picos de Europa. En concreto, para Liordes recurren a la cabaña Verónica, Sotres y el pico Cotorra.
Los días previos al gélido frío no tuvieron hitos reseñables, ya que una borrasca poco profunda atravesó el Cantábrico, dejando precipitaciones. Así el 18 de febrero, se produjo una transición entre un periodo altamente inestable y otro ya mucho más estable, que es el proceso que genera las piscinas de aire frío. El 19 comenzó con cielos rasos por la zona de Picos de Europa y con el suelo cubierto de una nevada moderada, «en uno de los suelos con una mayor capacidad de generar frío por pérdida de energía infrarroja en horas nocturnas, aspecto que probablemente favoreció el registro», explica el informe de los expertos. La temperatura a las doce de la noche era ya de -20,5 grados. Desde las 5:10 de la madrugada hasta las 10:40 de la mañana, la vega se encontró por debajo de los -30°C, lo que supone cinco horas y media con temperaturas dignas de zonas árticas. Hubo un punto en el que la temperatura era igual o similar a zonas de Siberia, Mongolia, Estepa Rusa o Norte de Canadá. «Y todo ello en un invierno en el que para nada fue el más frío de los últimos años, de hecho según AEMET, se trató de uno de los inviernos más cálidos de los últimos 50 años, similar al de 1989, en lo que a temperaturas medias en estaciones de la red de AEMET se refiere», puntualizan los especialistas en su informe. Los -32,7 grados se alcanzaron a las 8:50 de la mañana.
Un dato que aportan los autores del informe para incidir en la veracidad del registro es la situación del medidor, si estaba o no cubierto por la nieve. Nadie entró en esa vega a esas horas, ese día. Por lo que no hay una constatación visual. Así que lo que han hecho los es comparar con los espesores registrados en Picos de Europa, en otras zonas en las que sí hay constancia exacta y en las que las condiciones y altitud pueden ser similares. Con los espesores generales, queda confirmado que el sensor no estaba cubierto por la nieve.
En el año 1956, en un histórico por gélido mes de febrero, la Estany Gento, a 2.141 metros de altitud batía el mínimo histórico en España con -32 grados. «Este año, 60 años después, se vuelve a alcanzar los -32°C en la península Ibérica, en una zona que se encuentra a tan solo 20km en línea recta del Mar Cantábrico. En concreto -32,7°C a las 8:50 horas de la mañana del 19 de Febrero del 2016. Todo ello en unas condiciones de medición moderadamente aceptables para la localización en donde se están realizando, en un entorno muy hostil, y con unos medios muy escasos gracias a los miembros de la asociación», concluyen los integrantes del proyecto Jous de Picos de Europa.
«Parece ser que la garita con su correspondiente sensor, ambos homologados y debidamente calibrados, se encontraba en ese momento entre 1-1,5 metros sobre el manto de nieve lo que hace que la medida sea representativa del entorno en el que se encontraba», explican. Aunque entienden que Aemet no verifique de forma oficial el registro, los expertos defienden su trabajo científico y, por tanto, el récord. España y, más en concreto, el macizo central de Picos ya ha estado a -32,7 grados.