El ex vicesecretario general recuerda la tradición socialista de alcanzar acuerdos con sus adversarios políticos sin tener «ningún miedo a hablar con todos»
04 dic 2016 . Actualizado a las 17:49 h.El presidente de la fundación Pablo Iglesias, Alfonso Guerra, ha afirmado hoy en Gijón, que «el odio a la derecha no puede ser el programa del PSOE» y que debe evitar cualquier ambigüedad ante nacionalismos y populismo con un discurso «de mayorías» como única vía para recuperar el apoyo de la sociedad.
Guerra ha hecho estas afirmaciones durante el acto conmemorativo del 125 aniversario de la fundación de la Agrupación Socialista de Gijón donde ha estado acompañado por el presidente de la gestora y jefe del Ejecutivo asturiano, Javier Fernández, y por el portavoz del PSOE en el Senado, Vicente Álvarez Areces.
A su juicio, si se constata que los partidos nuevos son autócratas y ponen en peligro la democracia actuando desde la superioridad moral, el PSOE «lejos de imitarlos, debe combatirlos» en una sociedad que ha perdido el sentido de la responsabilidad y donde se vota desde la emoción y no desde la razón.
Tras hacer un repaso a su historia, Guerra ha recordado la tradición del PSOE de alcanzar acuerdos con sus adversarios políticos sin tener «ningún miedo a hablar con todos» y a obtener, preservando los principios, «los pactos que sean necesarios».
Para el ex vicesecretario general del PSOE, su partido no puede centrarse en contentar a un determinado sector sino buscar un discurso «que afecte a todos» y ha puesto como ejemplo los recientes acuerdos con el Gobierno del PP para subir el salario mínimo o aumentar el techo de déficit de las comunidades autónomas.
De esta forma, ha apuntado, el PSOE puede conducir al PP a impulsar reformas en la Constitución y promover la derogación de la ley mordaza o el pacto educativo, «y eso es también hacer oposición porque a veces la emoción obnubila nuestra razón».
Según Guerra, que ha afirmado ver «con espanto», aunque sin mencionar al PSC, que quienes participan en una votación luego no asuman el resultado, el PSOE no está ahora ni de lejos en el peor momento de su historia aunque ha lamentado que no afronte con suficiente claridad determinados debates.
También ha reclamado del PSOE que se revele «contra los rufianes de la política», en alusión al portavoz de ERC en el Congreso, en un momento en que resurgen los populismos -«no los hay de izquierdas y derechas, tienen las mismas consecuencias»- y en el que quien actúa como un matón en televisión «tiene garantizado un escaño» y quien lo hace en el Congreso tiene asegurada su presencia en los platós.
Guerra ha acudido a Gijón para participar en el 125 aniversario del PSOE gijonés, la agrupación más numerosa y más antigua de Asturias, seis días antes de que el ex secretario general Pedro Sánchez acuda a la cuenca minera del Nalón en la segunda estación de su recorrido para buscar apoyos de la militancia del PSOE tras su dimisión como secretario general y su renuncia al escaño.
En su etapa como vicesecretario general, Guerra fue el referente del sector nucleado en torno al sindicato minero del SOMA-UGT que aupó en el año 2000 a Fernández a la secretaría general del PSOE asturiano y enfrentado en la década de los años noventa al actual portavoz socialista en el Senado, Vicente Álvarez Areces, en su etapa como alcalde de Gijón y presidente del Principado.
No obstante, las decisiones de la gestora presidida por Fernández están siendo cuestionadas ahora en el seno de la FSA-PSOE, entre otros, por el actual secretario general del SOMA-UGT, José Luis Alperi, y por las agrupaciones de las comarcas mineras.