La socialista ha reconocido que a pesar de ello siguen manteniendo una «relación de respeto»
03 nov 2016 . Actualizado a las 21:44 h.La exsecretaria de Política Municipal del PSOE, Adriana Lastra, ha reconocido que no mantiene ningún contacto con el presidente del Principado y de la gestora del PSOE, Javier Fernández, pero que sigue manteniendo una relación de respeto. «No he hablado con Javier en las ultimas semanas. Tampoco creo que fuera necesario, es el presidente de la gestora y del Principado y tendrá cosas más importantes en la cabeza que hablar conmigo, pero sigo manteniendo una relación de respeto y espero que el respeto sea mutuo», ha precisado.
Lastra, que durante la sesión de investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno se abstuvo «por imperativo» en la segunda votación, ha asegurado que si utilizó esa fórmula es porque hasta el último minuto pidió que sólo tuviesen que hacerlo once compañeros y así «evitar fracturar el Grupo Socialista». En su opinión, fueron muchos los que pidieron esa abstención técnica a la dirección del partido, a la que ha pedido que tenga «altura de miras» a la hora de fijar sanciones a los 15 parlamentarios que rompieron la disciplina y votaron en contra. «Espero que el expediente disciplinario se cierre sin mas», ha afirmado la parlamentaria que se ha mostrado convencida de que Pedro Sánchez sigue siendo un referente para mucha gente y que va a seguir siéndolo por mucho que dilaten los tiempos la gestora socialista para convocar primarias y un congreso.
El PSC y Pedro Sánchez
Lastra, que hasta el año pasado fue diputada en el Parlamento asturiano, ha dicho también que sería «un tremendo error, una locura y una barbaridad» que el PSOE rompiese su relación con el PSC porque los socialistas dejarían de ser alternativa de Gobierno y no volverían a llevar «las riendas» del país. «Si ya estamos muy mal, nos llevaría a la irrelevancia», ha señalado tras asegurar que sería un «profundo error» romper con los socialistas catalanes por no abstenerse en la investidura de Rajoy y porque, de esa forma, no podrían votar en las próximas primarias 18.000 militantes que podrían favorecer la vuelta de Pedro Sánchez.
La socialista también ha negado que el de Pedro Sánchez sea un proyecto personalista, como dicen sus detractores, sino la cabeza de un proyecto político que quiere un partido autónomo, diferenciado de la derecha y que profundice en la democracia participativa. Ha añadido que Sánchez también es poco sospechoso de estar «podemizado» y ha asegurado que en los últimos meses era evidente la presión a la que los medios de comunicación estaban sometiendo al ex secretario general socialista para que apoyase al PP. En cualquier caso, ha afirmado que el Congreso del partido tiene que celebrarse cuanto antes porque el PSOE no podrá hacer oposición real «hasta que haya un nuevo líder y eso sólo lo puede hacer una nueva dirección respaldada por la militancia».