Las familias de IU buscan un coordinador de consenso para Asturias

Luis Ordóñez
Luis Ordóñez REDACCIÓN

ASTURIAS

PACO RODRÍGUEZ

La asamblea de la organización se celebrará en la primera semana de noviembre

16 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Quizá porque las penurias unen mucho, porque en tiempos inestables es peligroso hacer mudanza, en Izquierda Unida de Asturias se prepararan para elegir a un nuevo coordinador general en un otoño marcado por la posibilidad de unos terceros comicios generales, en una relación de competencia y alianza simultáneas con Podemos y todo eso ha llevado a los distintos sectores de la coalición a tratar de acordar que la próxima dirección cuente con el mayor respaldo posible. Tanto respecto a las distintas sensibilidades de la organización como a la necesidad de contar con el respaldo de los alcaldes con los que IU cuenta entre los concejos asturianos. Además hay que atar un tercer aspecto, el próximo coordinador o coordinadora, no debería (al menos en el corto y medio plazo) suponer un rival abierto del actual candidato a la presidencia del Principado y actual portavoz del grupo parlamentario, Gaspar Llamazares.

En IU tienen la sensación de que la actual bicefalia (desde que Llamazares optó en primarias a ser candidato autonómico en las pasadas elecciones de 2015 imponiéndose a Manuel González Orviz) ha funcionado relativamente bien. IU de Asturias cosechó unos de los mejores resultados de la coalición en el Estado tanto en el parlamento asturiano como en los comicios municipales. Para Llamazares (que se ha descartado para optar a dirigir de nuevo el partido en Asturias) queda un «liderazgo social» ejercido en la cámara autonómica y ante los medios de comunicación, y al próximo coordinador le corresponderá el «liderazgo político», uno para abordar los retos futuros de la coalición, entre ellos un cierto relevo generacional, la relación con el PSOE (con el que actualmente se mantiene un acuerdo de investidura en el Principado) y también agrupar en la medida de lo posible a todos los sectores, fraguar una dirección más «colectiva» y más «plural».

No hay nombres todavía pero no tardarán mucho en conocerse. La asamblea de IU de Asturias se celebrará durante la primera semana de noviembre, muy posiblemente el día 4 ó 5 de ese mes. Será cuestión de dos o tres semanas a partir de de este arranque del nuevo curso político para que alguien dé el primer paso. Nadie lo ha dado aún a la espera de saber cuánto de ese amplio apoyo tiene, y en él deberán estar las agrupaciones más grandes, especialmente Gijón, pero también tres de las alcaldías más relevantes: Mieres, Langreo y Grado.

A lo largo de los meses del verano sonó con fuerza la posibilidad de que el diputado autonómico, Ovidio Zapico, pudiera ser el nuevo coordinador de IU de Asturias, una contingencia a la que respondió el propio Zapico en una entrevista realizada por este periódico y en la que también él destacó la relevancia de que, sea quien sea el elegido, asuma un estilo de dirección «muy plural y colectivo». Fuentes de IU estiman que si las distintas sensibilidades lograran un acuerdo amplio, de alrededor del 70%, y le ofrecieran a Zapico la candidatura, éste aceptaría. Pero nadie ha dado aún ningún paso concreto.

No será en todo caso, un coordinador elegido por unanimidad. El sistema será de primarias y en el ADN de IU está la impronta de que incluso los sectores más minoritarios hagan valer sus posiciones en los debates incluso aunque no cuenten con posibilidad de ganarlos. Pero en esta ocasión cunde la sensación de que pesará sobre todo la necesidad de hacer causa común y dar imagen de unidad.

La dirección de la federación asturiana se alineó mayoritariamente con la lista de Alberto Garzón en su candidatura para alzarse con la Coordinación General en el ámbito nacional. En ella no está, en todo caso, Gaspar Llamazares, quien (aún cuando en la campaña electoral participó activamente para pedir el voto para Unidos Podemos) fue el dirigente nacional que con más fuerza y más abiertamente se opuso a una alianza de coalición con el partido de Pablo Iglesias.

Ese acuerdo de coalición fue particularmente difícil de fraguar en Asturias pero, en el caso de darse una nueva llamada a las urnas, son pocos los que apostarían por su ruptura. Los asturianos de IU quedaron abiertamente descontentos con el reparto de puestos de salida en la lista conjunta a las generales y aún así entienden que se trató de un pacto global, suscrito para el Estado, en el que tenían escaso margen de maniobra. También quieren darle un plazo de confianza a Alberto Garzón como máximo dirigente de la organización dado que al poco de ser elegido tuvo que ponerse al frente de la campaña sin tiempo apenas para ocuparse de cuestiones internas.

La relación con Podemos, más un matrimonio de conveniencia que de amor, «va a ser importante una temporada larga», pero incluso agrupaciones más favorables a los morados en las pasadas elecciones de junio, como las de la comarca de Avilés, se encuentran en una disposición más constructiva con la dirección autonómica pasada el verano.