Yoon, Suk-yeol, un presidente que aspiraba a dictador
ACTUALIDAD · Exclusivo suscriptores

El dirigente surcoreano destituido subestimó el poder del pueblo que no dudó en salir a las calles para defender una democracia tras su intento de implantar la ley marcial
05 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Yoon Suk-yeol de 65 de años, llegó a la presidencia en el 2022 como candidato del conservador Partido del Poder Popular (PPP). Ganó las elecciones a su rival, Lee Jae-myung, del Partido Demócrata con el margen más estrecho de la historia de la democracia. Esa ajustada diferencia ha marcado su presidencia y desencadenado su final político. Las justificaciones para declarar la ley marcial han sido que el Parlamento, controlado por la oposición, no le permitía aprobar leyes ni gobernar.
Yoon nació en una acomodada familia y estudió Derecho en la Universidad de Seúl. Pero ha sido el círculo de amigos íntimos que forjó en su adolescencia, en la escuela privada de Choongam, lo que más ha influido en él y con el que en los últimos años formó una camarilla.
En 1994 inició una prometedora carrera como fiscal, ganando proyección pública al investigar a importantes figuras políticas. Adquirió fama de implacable.
Los que han trabajado con él lo han descrito como alguien inteligente y con carisma, pero inflexible. En el 2016 no le tembló el pulso al investigar por corrupción a la presidenta Park Geun-hye, de su mismo partido. La investigación también incluía al principal ejecutivo de Samsung. Park acabó en la cárcel en el 2018.
Este caso le convirtió en el preferido de los políticos de izquierda. Y en el 2019 se convirtió en fiscal general durante el mandato del liberal Moon Jae-in. Siguió fiel a su máxima de «no le debo mi lealtad a nadie» e inició investigaciones contra ministros del Gobierno y al final tuvo que abandonar el cargo de fiscal.
Giro ideológico
La popularidad del personaje y su imagen de incorruptible le convirtieron en el candidato de los conservadores, aunque no era un hombre de partido y ganó las elecciones en el 2022. En este momento ya había dado un giro ideológico a la extrema derecha y demonizó a la oposición a la que acusaba de ser pronorcoreana y prácticamente marxista.
Las medidas impopulares, como el enfrentamiento con los sindicatos o la negación de los derechos de las mujeres, le hicieron perder la mayoría en el Parlamento en el 2024. También influyó las acusaciones contra su mujer acusada de corrupción y de aceptar sobornos.
La oposición bloqueaba sus iniciativas y eso le llevó a tachar de criminal al opositor Lee Jae-myung. Se rodeó de un círculo de leales y planificó un golpe de Estado para invalidar el Parlamento decretando la ley marcial el 3 de diciembre. La ley solo estuvo vigente unas horas.
Seguramente Yoon confió demasiado en sus supuestos apoyos y creyó que sus correligionarios y los mandos militares estaban con él. Pero sobre todo subestimó el poder del pueblo que no dudó en salir a las calles para defender una democracia que se había conquistado en el pasado con sacrificio y muertes de manifestantes.