La familia real británica, en el punto de mira por el supuesto vínculo entre Carlos III y el príncipe Andrés con un espía chino

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El príncipe Andrés y Sarah Ferguson en una imagen de archivo
El príncipe Andrés y Sarah Ferguson en una imagen de archivo Chris Jackson | REUTERS

El exasesor del duque de York asegura que el monarca y su hermano se reunieron para conversar sobre un fondo de inversión vinculado con Yang Tengbo, que fue expulsado del país por razones de seguridad nacional

05 abr 2025 . Actualizado a las 19:44 h.

El príncipe Andrés es considerado el miembro peor valorado de la realeza británica. Y no es para menos. La vida del tercer hijo de la reina Isabel ha estado siempre rodeada de polémicas como su relación amorosa una actriz porno, o las acusaciones por agresión sexual a una de las víctimas de Jeffrey Epstein. El último escándalo protagonizado por el duque de York salió a la luz tras las afirmaciones de Dominic Hampshire, su exasesor, quién aseguró en una declaración jurada que que el rey Carlos y su hermano se reunieron para conversar sobre un fondo de inversión vinculado con Yang Tengbo, un presunto espía chino. 

En marzo del 2023 Yang Tengbo fue expulsado del territorio británico por razones de seguridad nacional porque, según las autoridades, estaba en posición de generar relaciones entre destacadas figuras del Reino Unido y altos funcionarios chinos que podrían aprovecharse para «injerencias políticas». Tengbo quiso apelar la decisión ante el Comité Especial de Apelación de Inmigración, pero los jueces descubrieron que el empresario era un «estrecho confidente» del príncipe Andrés en un proceso judicial que incluyó los testimonios de Hampshire y ratificaron el veto de entrada. 

Visitas clandestinas 

En los documentos en los que se recoge la declaración de Hampshire, fechados en mayo de 2024, el exasesor del hermano del rey asegura que acudió dos ocasiones junto con Andrés al Castillo de Windsor «sin ser vistos» para comentar temas de negocios y abordar «cómo el duque (de York) podía seguir adelante con ellos de forma que fuese aceptable para Su Majestad».

Según Hampshire, que trabajó para el duque entre el 2019 y el 2022, estas conversaciones abordaron el llamado Fondo Eurasia, cuyo objetivo era invertir el dinero chino en proyectos de energía renovable en África y proporcionar ingresos al segundo hijo varón de la fallecida Isabel II tras su caída en desgracia pública por escándalos de índole sexual.

Buckingham admite las reuniones, pero con matices

Tras conocerse esta noticia, un portavoz del Palacio de Buckingham admitió las reuniones del monarca con el duque de York y su asesor, pero matizó que estas abordaron «propuestas de financiación independiente» y que Tengbo «no fue mencionado en ningún momento ni de ninguna manera como parte de las conversaciones». Además, especificó que el Fondo Eurasia «nunca fue aprobado por Carlos III ni comentado en ningún tipo de detalle».

Los documentos también desvelaron que Andrés tenía un «canal de comunicación» directo con el presidente de China, Xi Jinping, utilizado para promover posibles iniciativas de negocios en el gigante asiático, y que le enviaba anualmente tarjetas de cumpleaños.

Hampshire confesó que, debido a las «diferencias culturales», Tengbo ayudó a Andrés a escribir los borradores de las cartas a Xi en relación con los planes del Fondo Eurasia. 

El pasado mes de diciembre, tras conocerse la relación entre Andrés y el presunto espía chino, el hermano del rey Carlos III aseguró haber cesado todo contacto con Tengbo después de que las autoridades planteasen su preocupación y añadió que en su relación nunca se trató «nada de una naturaleza sensible».

El pasado mes de diciembre, la relación entre el príncipe Andrés y el espía de Pekín pusieron en peligro los intentos de Keir Starmer por normalizar las relaciones con China. Y es que en los últimos años Yang Tengbo consiguió acceder a fiestas en el palacio de Buckingham y otras residencias reales, donde se codeó con miembros de la realeza, empresarios y, sobre todo, políticos, incluidos David Cameron y Theresa May. Y todo gracias a sus nexos con el hermano del monarca.

Yang, que antes de su expulsión llevaba más de dos décadas en el Reino Unido, dirigía una empresa de consultoría. Las autoridades británicas lo acusaron de formar parte del Departamento de Trabajo del Frente Unido del Partido Comunista Chino (UFWD, en sus siglas en inglés), una organización que busca infiltrarse en las esferas de poder de naciones rivales para recabar información e influir para que adopten decisiones favorables a Pekín.