Un niña denunció supuestos abusos de su tío-abuelo en Instagram tras tres años de silencio y obtuvo 70.000 likes

E. V. Pita VIGO

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Imagen de archivo del edificio de la Ciudad de la Justicia en Vigo
Imagen de archivo del edificio de la Ciudad de la Justicia en Vigo M.MORALEJO

Profesores y médicos de Baiona presionaron a una madre para que denunciase los supuestos abusos a su hija cuando esta tenía 10 años en el entorno familiar y, luego, la menor contó su testimonio en las redes sociales. El acusado, de más de 70 años, se declara inocente y lo niega todo

19 mar 2025 . Actualizado a las 18:30 h.

Un acusado de abusar de su sobrina-nieta de 10 años en su casa familiar en una parroquia de Baiona a la que le causó un daño psicológico negó los hechos en el juicio celebrado este miércoles. «Es todo mentira, no sé los motivos, nosotros siempre fuimos una familia muy unida», aseguró el implicado. Negó haber gastado bromas, groserías o comentarios inadecuados a la menor con las que ella se sintiese incómoda. «Siempre estuvo muy animada conmigo», afirmó. 

El acusado afronta tres años de cárcel y el pago de una indemnización de 3.000 euros por un único episodio de abusos que, al parecer, le causó un trastorno psicológico a la menor, que ocultó el incidente durante tres años. La presión de profesoras y terapeutas obligó a la madre a denunciar pese a que no quería. Finalmente, la propia niña publicó el relato de su mala experiencia en las redes sociales en Instagram y obtuvo 70.000 likes. La defensa, por contra, afirma que la menor adolece de credibilidad y que, con su relato, pretendía aumentar su número de seguidores en redes y ser más «popular».

El juicio se ha celebrado esta mañana en la Quinta Sección de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo. El acusado pidió declarar en último lugar.

La menor, que testificó tras un biombo y a puerta cerrada, ratificó el episodio de abusos y explicó que esperó tres años a contarlo porque no quería dejar de ver a su tía-abuela.

Los presuntos abusos fueron en la casa de los tíos-abuelos en Baiona cuando el familiar estaba sentado en el ordenador de su despacho viendo fotos antiguas en verano del 2019, la niña se acercó a mirar y él la tocó. «Nunca ocurrió eso, jamás. A lo mejor estoy en esa estancia una o dos veces a la semana, no tengo internet, tengo fotos familiares. Por mi profesión, con contacto con menores, siempre fui respetuoso con las niñas», dijo el acusado, de más de 70 años.

La Fiscalía le preguntó si era cierto que dormía con la niña. «Non é que a nena dormira conmigo. Quedaba vendo a televisión coa miña señora e a nena e había que acostala porque tiña que ir ao colexio», aseguró el acusado en gallego. «Mientras no se quedaba dormida, yo me acostaba encima de la ropa, eso siempre desde pequeña. Nunca durmió conmigo sino con la abuela. La niña tenía miedo, cuando roncaba la dejaba sola», explicó el acusado.

El implicado sintió rechazo de la menor y de la madre en mayo del 2022, cuando la mujer, tras tiempo sin hablarles, se echó a gritar contra él por temas de la herencia. Meses después, lo llamó la Guardia Civil para que fuese al cuartel con un abogado.

El abuelo contó otro episodio con la menor sobre el cambio que supondría ir del colegio al instituto y ella dijo que ya se sabía defender. Añadió que su esposa era espléndida con la niña y le daba pagas hasta que la familia de la menor salió de su situación precaria. El abuelo llevaba siempre a la hija al colegio y la iba a buscar porque era el autorizado por la ley hasta final de curso del 2021. Añadió que la relación entre madre e hija era «dura»  porque la menor era «caprichosa» y «si no le compraba algo, le decía que no la quería».

La madre de la víctima contó que la relación con el tío-abuelo era buena pero que sus familias no se hablaban por «una tontería» aunque los niños sí que visitaban habitualmente la casa de su tía. En la Pascua del 2022, la madre y sus hijos fueron a su casa de los tíos abuelos a buscar la rosca. Esa época fue problemática porque la mejor amiga de la víctima se intentó quitar la vida. 

Los dos hijos iban a dormir a la casa de la tía pero la madre no sabía que el tío abuelo «se acostaba con la menor». La menor tenía problemas de ansiedad y tomaba valeriana en el desayuno pero no medicación por depresión. La menor se encontraba mal, tenía ideas autolíticas y fueron a un psiquiatra, donde ella relató lo que le pasaba con el tío abuelo.

Una profesora de la ESO llamó a los padres porque estaba preocupada por un bajón emocional que estaban sufriendo los alumnos en el aula por el intento autilítico de una compañera. Allí la madre le contó que venían del psicólogo y que su hija acababa de relatar que sufría abusos por parte de un miembro de la familia. Habló con la orientadora y convocaron a la madre y a la menor. Definió a la alumna como introvertida y le dijo que tenían que denunciar esto pese a que la menor se oponía porque no quería dejar de ver a su tía-abuela. La madre tampoco quería denunciar y la profesora insitió que había que proteger a la niña ante todo y que si no iba a la policía se jugaba la tutela.

Una vecina, que se enteró de los abusos por el grupo de madres del colegio, testificó que veía a la menor casi todos los días en la casa de los tíos abuelos. «Era una relación normal, pero la niña dejó de ir después de eso, sí fue en Navidad», explicó. Respecto al acusado contó que se trataba de una «persona educada» que nunca dijo nada fuera de tono. El hombre le contó sorprendido a su vecina que lo habían denunciado, algo que ella ya sabía. La residente incluso vio una captura de pantalla donde la niña relataba en las redes sociales que sufrió abusos a los nueve o diez años y que tres años después decidió denunciarlo.

Pediatría

Una pediatra del centro de salud forzó a la madre a denunciar porque ella no quería pues su marido estaba ausente. La doctora le avisó de que si ella no denunciaba ellos lo harían porque no podían permitir que la menor quedase en desamparo.

Una psicóloga notó a la niña «muy afectada» tras ese episodio con su abuelo, el cual estaba en el ordenador cuando supuestamente le hizo tocamientos a la menor. La terapeuta cree que la niña sufrió un trauma, se bloqueó y reprimió sus recuerdos y luego intentó saber qué le había pasado. «Fue un antes y un después, con vivencias traumáticas, con pensamientos autolíticos o deprimida», dijo la profesional. Explicó que ha notado cierta mejoría pero cree que la menor necesita seguir el tratamiento. 

«Este hecho traumático por esa vivencia del abuso sexual o emocional es el que más marca», indicó la terapeuta, que también aseguró ver secuelas como el trastorno de conductas alimentarias.

La Fiscalía ve pruebas de que la menor tiene un daño psicológico porque siente rechazo hacia los hombres mayores. Además, la niña sufrió acoso en el colegio. La acusación particular pidió mayor indemnización para sufragar el coste del tratamiento psicológico y la medicación.

La defensa negó los hechos y pide la absolución. Se pregunta porqué la menor iba a publicar algo así en las redes sociales. Recuerda que la menor tomaba medicación psiquiátrica desde muy pequeña, había tenido problemas de acoso escolar y acoso de un vecino. La traumática crisis con una amiga pudo precipitar que ella contase el abuso en Instagram,  «quizás para conseguir seguidores» .