Mañueco apura la legislatura en minoría tras fracasar la primera coalición del país entre PP y Vox

María Salgado
María Salgado REDACCIÓN / LA VOZ

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Fernández Mañueco, en Palencia este febrero.
Fernández Mañueco, en Palencia este febrero. Almudena Álvarez | EFE

Tres años después de pactar con la ultraderecha, ahora en la oposición, el presidente regional descarta un adelanto electoral

24 feb 2025 . Actualizado a las 09:50 h.

«Si el cielo de Castilla es tan alto es porque lo levantaron los campesinos de tanto mirarlo». Así evocaba Miguel Delibes su tierra natal, la comunidad autónoma más extensa, la que cuenta con más provincias y la más vaciada. Estos 94.000 kilómetros cuadrados de «país frío, áspero y pobre», decía el viajero griego Estrabón, que ha perdido 78.000 habitantes en la última década, es el territorio que gobierna el popular Alfonso Fernández Mañueco desde el 2019, y que soporta en minoría parlamentaria desde el pasado julio, tras la salida de Vox del Gobierno regional. Castilla y León estrenó hace tres años la primera coalición del PP con la ultraderecha en nuestro país, un campo de minas del que solo ha sobrevivido el político salmantino, que insiste en «agotar la legislatura» pese a que faltan doce largos meses para ir a las urnas.

un mal cálculo

El divorcio de Ciudadanos. Con el antecedente de la moción de censura del PSOE y Ciudadanos contra el PP en Murcia en marzo del 2021, Mañueco, que gobernaba en coalición con los naranjas, temió un movimiento similar y destituyó en diciembre de ese año a los tres consejeros de la formación de Arrimadas, disolvió las Cortes y anunció el adelanto electoral para el 13 de febrero del 2022. Los sondeos, que le atribuían una mayoría absoluta, se equivocaron: los populares se quedaron a diez escaños de esta, mientras Vox logró trece procuradores y se hizo imprescindible para formar gobierno.

un campo de minas

La coalición con Vox. El popular pactó un Ejecutivo de coalición con la ultraderecha, a quien cedió tres consejerías (Agricultura, Cultura e Industria), una Vicepresidencia sin cartera para el recién dimitido Juan García-Gallardo, y la Presidencia de las Cortes, que aún mantiene Carlos Pollán. El acuerdo de investidura con Vox incluía una ley de violencia intrafamiliar, que anularía la machista; una inmigración «ordenada»; una educación «libre de adoctrinamiento» y omitir la Agenda 2030.

un punto de inflexión

El protocolo antiaborto. El anuncio de García-Gallardo, que no tenía competencias en Sanidad, de un protocolo antiaborto por el que se ofrecería a las embarazadas escuchar el latido del feto en la semana sexta de gestación, marcó un punto de inflexión con el PP, que tuvo que desmentirlo. Vox redujo a la mitad el presupuesto del Servicio de Relaciones Laborales (Serla), cuyos trabajadores sufrieron impagos de sus nóminas. Ambas crisis, en enero del 2023, obligaron al Gobierno central a enviar requerimientos a la Junta.

la ruptura de los ultras

Por la acogida de menores migrantes. Tras más de 800 días de coalición, el líder de Vox, Santiago Abascal, rompió el 11 de julio del 2024 los pactos de gobierno autonómicos con el PP debido a la acogida de menores migrantes. La ultraderecha salió así del Ejecutivo de Mañueco, quien se quedó en minoría parlamentaria y desde entonces solo ha podido aprobar una proposición de ley.

votando con el PSOE

Contra la Ley de Concordia. Después de la ruptura, Vox se quedó solo en septiembre defendiendo la norma con la que pretendía sustituir la Ley de Memoria Histórica. Los populares votaron junto a los socialistas para rechazar la tramitación de la Proposición de Ley de Concordia, que ellos mismos habían presentado en las Cortes.

los presupuestos del 2025

Prórroga. La Junta aprobó la pasada Navidad la prórroga de las cuentas del 2024 ante la falta de acuerdo para sacar adelante el anteproyecto de Ley de Presupuestos del 2025 presentado en octubre.

un nuevo líder socialista

La marcha de Tudanca. Tras la salida de Luis Tudanca y la proclamación de Carlos Martínez, alcalde de Soria, como nuevo dirigente del PSOE regional, este ofreció a Mañueco en febrero negociar «sin líneas rojas» para lograr dos pactos: uno para los Presupuestos y otro contra la violencia machista.

el adiós inesperado de garcía-gallardo

Una oposición descabezada. El pasado 3 de febrero, la dimisión de todos sus cargos de García-Gallardo sorprendió a Mañueco, quien aseguró que esta decisión no influiría en un eventual adelanto electoral, que descartó.

Refuerzo del pP regional

Nueva estructura. Mañueco nombró en enero a dos coordinadores de los que dependen las vicesecretarías del partido: Raúl de la Hoz, de organización interna, e Isabel Blanco, de acción política.

las causas judiciales

El caso perla negra. El pasado 8 de enero, la Audiencia Provincial de Valladolid dictó la sentencia del macrojuicio por el caso perla negra que condenó a nueve de los once imputados a penas de hasta dos años y medio de cárcel e inhabilitación por malversación y prevaricación administrativa. Entre ellos, dirigentes del PP que ocuparon altos cargos en el Gobierno autonómico, como los ex viceconsejeros Rafael Delgado y Begoña Hernández; y el que fuera consejero de Gesturcal, Juan Carlos Sacristán, entre otros. Una trama urdida cuando Mañueco era consejero de Presidencia y de Interior.

La trama eólica. Tras varios años de instrucción y demoras, esta macrocausa judicial, de 11.000 folios y piezas separadas, sobre corrupción política y con 17 encausados —entre ellos, varios ex altos cargos de la Junta de Castilla y León— se celebrará en 50 sesiones entre septiembre de este año y enero del 2026 en la Audiencia de Valladolid. Entre los imputados por delitos de prevaricación administrativa, blanqueo de capitales, contra la Hacienda Pública, cohecho y pertenencia a organización criminal, figuran el ex viceconsejero Rafael Delgado, ya condenado por el caso perla negra; y el exconsejero delegado de ADE Internacional Excal, Alberto Esgueva.

encuestas optimistas

Comicios, en marzo del 2026. Mientras los socialistas sostienen que Mañueco está en «minoría extrema y en su momento de mayor debilidad en seis años», y este sigue dispuesto a llegar a acuerdos con Vox para sacar adelante alguna iniciativa, los últimos sondeos atribuyen al popular la mayoría absoluta. La encuesta elaborada por NC-Report para La Razón —que en diciembre del 2021 ya había pronosticado muy al alza los resultados del político— volvió a augurar el pasado julio que obtendría entre 41 y 43 escaños si adelantase las elecciones autonómicas, previstas para marzo del 2026.

El charro tranquilo e impuntual que nunca estuvo en la oposición

Los hombres tranquilos llegan a todas partes si nacen en la familia correcta. Alfonso Fernández Mañueco (Salamanca, 1965) es el octavo hijo del que fuera magistrado, alcalde franquista de la capital charra, gobernador civil de Zamora y procurador en las Cortes de la dictadura, Marcelo Fernández Nieto, ya fallecido. El benjamín de uno de los clanes salmantinos más importantes se inscribió al cumplir la mayoría de edad en las Nuevas Generaciones del PP y desde 1996, cuando se convirtió en el presidente de Diputación más joven de España, viaja en vehículo oficial y cobra un sueldo público.

Los suyos lo definen como prudente, parsimonioso y paciente; la oposición critica su cinismo, inacción y escasa oratoria, y lo acusa de vivir «tumbado a la bartola»; y la prensa lamenta su impuntualidad casi metódica. «Tranquilidad, tranquilidad», son las palabras mágicas que pronuncia ante las crisis el séptimo presidente de la Junta de Castilla y León, un político profesional que apenas ha ejercido como abogado y nunca ha estado en la oposición. Tras estudiar Derecho en la Universidad de Salamanca —allí conoció a su mujer, Fina, hija de José Martín, el alcalde popular de Villares de la Reina durante 45 años— hizo prácticas como pasante en el bufete de su progenitor. A los 28 años fue elegido secretario general del PP provincial; a los 30, concejal de su ciudad; a los 31, presidente de la Diputación; a los 38, procurador de las Cortes; a los 42, consejero de la Junta; y a los 46, alcalde de la capital charra, al igual que su padre, cumpliendo un sueño de juventud. Como primer edil, se negó rotundamente a retirar un medallón con la cara de Franco de la plaza Mayor de Salamanca, hasta que una resolución del 2017 lo ordenó en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica.

Ahijado popular de María Dolores de Cospedal y delfín del expresidente regional Juan Vicente Herrera (2001-2019), Mañueco supo ganarse al partido y no desaprovechó ninguna oportunidad en su ascenso lento, pero imparable. Incluso dejó algún cadáver político por el camino, como la ex vicepresidenta Rosa Valedón, pillada en un control de alcoholemia, cuyo atestado llegó ipso facto a los medios. Taurino, madridista y padre de dos veinteañeras, dicen que nadie cambia un tornillo en la estructura del PP castellanoleonés sin que Mañueco lo sepa.

Tras tres décadas en la arena política y un lustro al frente del Ejecutivo regional, lo cierto es que el salmantino obtuvo el peor resultado de su formación en esta comunidad en los comicios del 2019 y el segundo peor dato en los del 2022, cuando se erigió como el primer barón en pactar con la ultraderecha, que el pasado julio huyó a la oposición. Ahora, asegura que quiere agotar la legislatura, en solitario, como un hombre tranquilo.