
La dirigente de Sumar amenaza con votar con los populares sobre el SMI
23 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El PSOE y Sumar mantienen uno de los enfrentamientos más graves desde que se creó el Gobierno de coalición. Tras la aprobación de una nueva subida del SMI, la ministra de Hacienda y vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, sorprendió a la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz al filtrar a los medios que los que perciban ese salario mínimo tendrán que cotizar ahora por el IRPF. La polémica creada desde entonces, lejos de amainar durante esta semana se ha recrudecido con las dos ministras manteniéndose inflexibles en sus respectivas posiciones. La lucha es sin cuartel porque Yolanda Díaz no se puede permitir que el sector socialista del Gobierno encabezado por Pedro Sánchez se salga en esta ocasión con la suya e imponga el criterio de Montero.
La nueva subida del salario mínimo era la gran baza de la dirigente de Sumar para remontar en las encuestas, que auguran unos malos resultados para su formación en caso de que se celebrasen ahora unas elecciones generales. Y el anuncio de que los que menos cobran tendrán que tributar dejaría prácticamente en nada el avance del que presume Díaz. Pero tampoco Montero se puede permitir en este momento, en el que además de sus responsabilidades en el Gobierno asume la candidatura del PSOE andaluz de cara a unos futuros comicios autonómicos, verse desautorizada por Díaz. Pese a los gestos de amistad forzados de cara a la galería, las espadas se mantienen en alto y la dirigente de Sumar ha dado un paso inédito hasta ahora al plantear como una posibilidad real el hecho de que su partido acabe coincidiendo en el voto con el PP para imponer el criterio de que los perceptores del SMI sigan sin tener que declarar por el IRPF, tal y como ha venido sucediendo en los últimos años.
La responsable de Hacienda insiste sin embargo en que es necesario que tributen porque en caso contrario se produciría una merma de los ingresos en los siguiente tramos de renta que cifra en 2.000 millones de euros. Pero lo cierto es que Pedro Sánchez ha eludido esta semana en la sesión de control dar la razón a Montero o a Díaz. De momento, el presidente evita un compromiso concreto en esta cuestión para preocupación de Montero, que espera ganar esta batalla aunque el portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, asegure que la tiene «perdida en la calle». Díaz apuesta su futuro a que Sánchez acabe por darle la razón en lo que afecta al salario mínimo y el IRPF porque votar junto al PP en contra del Gobierno supondría un cisma de muy complicado arreglo.
Choque Sumar-Podemos
Monedero agrava el distanciamiento. El PSOE observa con preocupación el distanciamiento creciente entre Podemos y Sumar, que se ha visto incrementado por el caso de las presuntas agresiones sexuales de Juan Carlos Monedero. Desde Podemos aseguran que a diferencia de lo que hizo Sumar con Íñigo Errejón, cuando le nombró portavoz pese a los sospechas que ya había sobre su conducta, ellos no metieron en sus listas a Monedero. La fractura parece insalvable y en el PSOE consideran que si el partido de Ione Belarra se presenta por separado del de Yolanda Díaz en las generales sería imposible reeditar la mayoría de investidura de Sánchez.
Ábalos no se mueve
Alivio en el PSOE tras su declaración. El exministro de Transportes José Luis Ábalos no fue capaz de negar categóricamente ante el juez del Supremo el haber estado en pisos con «señoritas» pagados por el comisionista Víctor de Aldama. Las últimas declaraciones de Ábalos a la prensa, en las que aseguraba que el caso Koldo iba a «escalar» sembraron la preocupación en el PSOE por lo que pudiera declarar ante el juez. Pero finalmente Ábalos se ha mantenido firme en su relato, distanciándose de Aldama, negando haber cobrado cualquier tipo de comisión o conocer que otros lo hicieran. Los socialistas aseguran que hay tranquilidad, pero el caso está todavía en fase embrionaria. Desde el PP, su número tres, Elías Bendodo, se muestra convencido que al final Ábalos acabará tirando de la manta y apuntando hacia arriba. Pero, por el momento, el exministro elude cargar contra su partido.