Rusia y EE.UU. restablecen sus relaciones y sientan las bases para la paz en Ucrania

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La reunión en Riad no concreta el inicio de las conversaciones ni la fecha de la cita entre Putin y Trump
18 feb 2025 . Actualizado a las 22:30 h.La primera reunión a alto nivel entre Rusia y Estados Unidos desde hace tres años refleja el nuevo orden internacional que trae consigo el segundo mandato de Donald Trump. Los jefes de las diplomacia estadounidense, Marco Rubio, y rusa, Serguéi Lavrov, dieron este martes los primeros pasos para reiniciar las relaciones bilaterales —que pone fin al aislamiento de Moscú— y para sentar las bases de negociación sobre el fin de la guerra en Ucrania, sin contar ni con el país invadido por Vladimir Putin ni con la Unión Europea.

Durante la reunión de cuatro horas y media en el palacio real de Riad (Arabia Saudí), Rubio y Lavrov acordaron «empezar a discutir, pensar y examinar la cooperación geopolítica y económica» que surgirán tras el fin del conflicto, en palabras del secretario de Exteriores norteamericano. Rubio, que estuvo acompañado por el asesor de Seguridad Nacional, Michael Waltz, y el enviado para Oriente Medio, Steve Witkoff, consideró que «hoy es el primer paso de un viaje largo y difícil, pero importante».
En breve Washington designará un «equipo de alto nivel» para negociar la paz, anunció el político latino tras la reunión con la delegación rusa, encabezada por Lavrov y completada por Yuri Ushakov, asesor del Kremlin, y Kiril Dmítriev, director del fondo soberano ruso y encargado de la parte económica del deshielo entre las dos potencias nucleares.

De este encuentro salió un acuerdo para restablecer el personal de las embajadas de ambos países. Lavrov confirmó los esfuerzos para eliminar las «barreras artificiales» impuestas a las legaciones diplomáticas, de las que culpó a la Administración Biden.
El restablecimiento de las relaciones traerá consigo oportunidades económicas para Rusia y EE.UU., como insistieron en destacar ambas partes. Lavrov incluso dejó caer el levantamiento de las sanciones impuestas tras la invasión. «El mercado ruso es un gran atractivo para los países occidentales», se apresuró a declarar Dmítriev, educado en EE.UU. y exbanquero de Goldman Sachs. La Administración Trump aspira a quedarse con el 50 % de los beneficios de las explotaciones de tierras raras en Ucrania, como compensación por los miles de millones en apoyo militar y financiero que Washington le ha aportado en estos tres años, según un documento confidencial difundido por The Daily Telegraph. El secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, habría presentado en Múnich al presidente Volodímir Zelenski esa propuesta, que también incluye el control estadounidense de los puertos, la infraestructura energética y los futuros proyectos económicos.
No se opone al ingreso en la UE
Rusia insiste en poner sus condiciones al país que invadió el 24 de febrero del 2022. A diferencia de la entrada Ucrania en la OTAN, su línea roja, el Kremlin no se opone a que forme parte de la Unión Europea. «Hablamos de procesos de integración económica, ante lo que nadie puede dictar nada a otro país», argumentó Dmitri Peskov, portavoz presidencial. A lo que también se opone Moscú es al despliegue de tropas de paz europeas, como ratificó Lavrov en Riad, aduciendo que todos ellos son miembros de la OTAN. Zelenski insistió, en cambio, en que las tropas extranjeras son una medida para garantizar la seguridad, como proponen Francia y el Reino Unido.
Peskov también señaló que Vladimir Putin no descarta negociar con su homólogo ucraniano, aunque dude de su legitimidad. Se refería así a que, según el líder ruso, Zelenski dejó de ser presidente legítimo en mayo pasado al no convocar elecciones.
Las dos delegaciones intentaron rebajar las expectativas y Ushakov aclaró que «todavía no se puede hablar de un acercamiento entre las posiciones». Por ello aún se necesita un trabajo «intenso» para poner fecha a la reunión entre Putin y Trump que marcará el pistoletazo de salida de las negociaciones de paz. Desmintiendo a la agencia Bloomberg, añadió que era poco probable que ese cara a cara tenga lugar próxima semana.
EE.UU. y Rusia restaron importancia a la exclusión de Kiev y los aliados europeos, que temen que Trump acepte un acuerdo que envalentone a Putin, en un momento en que Washington parece dispuesto a retirarles su paraguas de seguridad, piedra angular del orden mundial tras la Segunda Guerra Mundial.

La UE reitera a EE.UU. su petición de sumarse a la mesa de diálogo «de forma constructiva»
Rubio apunta que puede unirse cuando se traten las sanciones
La Unión Europea hizo este martes un nuevo intento de sentarse en la mesa de negociación para la paz en Ucrania y el resultado fue de nuevo incierto. Los presidentes de la Comisión Europea y del Consejo Europeo, Ursula von der Leyen y António Costa, respectivamente, expresaron al enviado especial de la presidencia de EE.UU. para Ucrania y Rusia, Keith Kellogg, la voluntad de los Veintisiete en este «momento crítico» de trabajar «de forma constructiva» junto a Washington para poner fin a la guerra. Desde Riad, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, apuntó que la Unión Europea deberá participar «en algún momento» en las negociaciones de paz, para acto seguido vincular esa participación a un eventual levantamiento de las sanciones impuestas por la UE a Rusia tras la invasión de Ucrania.
En una reunión en Bruselas, Von der Leyen expresó a Kellogg que la intención de la UE es trabajar «para poner fin al derramamiento de sangre y ayudar a asegurar la paz justa y duradera que Ucrania y su pueblo merecen», un mensaje que reiteró Costa a través de sus redes sociales.
La información difundida tras las entrevistas por la Comisión Europea reitera los mensajes difundidos por la UE desde que el miércoles pasado Donald Trump llamó a Putin y Zelenski para iniciar un diálogo para la paz, pero no hace referencia a ninguna garantía adicional expresada por Kellogg de que finalmente Europa negociará el futuro de un territorio en el que ha hecho una fuerte inversión militar y financiera desde la invasión rusa.
Las reuniones de Von der Leyen y Costa con Kellogg, celebradas por separado y en ese orden, tuvieron lugar al día siguiente de la cumbre convocada por el presidente Emmanuel Macron en París para tratar el mismo asunto. Von der Leyen reiteró a Kellogg que «cualquier resolución debe respetar la independencia, la soberanía y la integridad territorial de Ucrania, respaldadas por fuertes garantías de seguridad». En el mismo sentido, Costa señaló: «La paz no puede ser un simple alto el fuego: necesitamos un acuerdo que garantice una paz amplia, justa y duradera en Ucrania y seguridad en Europa».
La política alemana destacó asimismo el papel «fundamental» de la UE para garantizar la estabilidad financiera y la defensa de Ucrania, con un compromiso total de 135.000 millones de euros (aproximadamente 145.000 millones de dólares), «más que cualquier otro aliado». Esto incluye, dijo, 52.000 millones de dólares en asistencia militar, que equivalen a las contribuciones estadounidenses, según la nota de la CE.
China aplaude el proceso de paz, pero defiende que Europa sea parte de las negociaciones
El representante permanente de China ante la ONU, Fu Cong, aseguró que su país acoge con satisfacción las conversaciones de paz para Ucrania abierto por Estados Unidos y Rusia, aunque consideró «imperativo» que Europa forme parte del proceso, ya que el conflicto «se ha desarrollado en suelo europeo».
«Esperamos que todas las partes implicadas en la crisis en Ucrania se involucren en el proceso de diálogo de paz y alcancen un acuerdo justo, duradero y vinculante aceptado por todas las partes», dijo Fu el lunes durante una sesión dedicada a este asunto en el Consejo de Seguridad de la ONU. Las palabras de Fu, recogidas este martes por los medios estatales, son las primeras de un representante chino sobre el acuerdo entre Trump y Putin.
El diplomático confió en que las partes «encuentren un marco de seguridad equilibrado, efectivo y sostenible para lograr una estabilidad duradera en la región», según informa Efe. También defendió la iniciativa de doce puntos presentada por China hace dos años que defendía el respeto a la soberanía e integridad territorial de todas las naciones pero también la toma en consideración de las «legítimas preocupaciones de seguridad» de los países. Esta propuesta fue recibida con escepticismo por buena parte de la comunidad internacional.